/ miércoles 12 de febrero de 2020

¿Más o menos plurinominales?

Cualquier intención de modificar las leyes electorales, las reglas del juego “democrático”, que provenga de partidos políticos resulta sospechosa, especialmente si esos partidos ostentan el poder en el momento de presentar las iniciativas. Esto no significa un veto inicial a cualquier reforma política; de hecho, el sistema electoral mexicano está construido sobre la base de partidos políticos, por lo que el consenso de ellos es indispensable para conseguir cualquier reforma. Pero también es cierto que en el país la sociedad civil, primero, y las instituciones electorales ciudadanizadas, más tarde, han sido promotores de las mejores reformas a las reglas del juego electoral que se han logrado bajo la inteligente presión social.

Esto sirva como introducción a la lectura que deberá hacerse de las iniciativas de reforma electoral que el Congreso está a punto de discutir, la primera propuesta por el PES (el partido del gobernador, Cuauhtémoc Blanco) que busca la eliminación de los diputados plurinominales; y la segunda por Morena (partido que tiene la mayoría en el Congreso y que fue votado por más del 30 por ciento de los morelenses en el 2018), que busca volver a la estructura legislativa que se tenía hasta ese año con 20 diputados de mayoría y 10 de representación proporcional.

Desaparecer los diputados plurinominales parece más una proyección populista que busca granjearse el voto a través de la explotación de la antipatía hacia los legisladores “por los que nadie votó”. De hecho, si no fuera por la existencia de la representación proporcional, el PES no tendría diputaciones federales y probablemente Hugo Argüelles, dirigente estatal, sería desempleado político.

Los plurinominales son necesarios si uno entiende que en los procesos electorales las mayorías difícilmente son absolutas. En la elección pasada, por ejemplo, Morena ganó todas las diputaciones de mayoría a través de una coalición que después se fragmentó (no proporcionalmente) entre los partidos que la integraron. La coalición no alcanzó el 37% de la votación en el proceso electoral, pero de no existir los plurinominales habría tenido el total de las curules, es decir, estaría sobrerrepresentada un 63%. Detalle adicional, con los reacomodos del Congreso local, Morena tiene el 25% de la representación en el Congreso, mientras el PES mantiene el 15% y el PT un 10%, es decir, la coalición tiene el 60% de la Legislatura aunque no obtuvo ni el 40% de los votos.

Es necesaria, entonces, una fórmula que, sin menoscabar el derecho y la importancia de los triunfos electorales de mayoría, ofrezca un reflejo mucho más cercano a los deseos de los votantes. Una fórmula tal, por cierto, es inalcanzable si se proponen congresos reducidos, porque cada legislador tiene una proporción más grande de representación. Actualmente, un legislador representa el 5 por ciento del Congreso, mientras que con 30 legisladores, como propone Morena, esa proporción regresaría a un 3.3% que resulta mucho más manejable en términos de representatividad. Tener 10 plurinominales, como antes, permitiría escuchar a las minorías.


Twitter: @martinellito

Correo: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Cualquier intención de modificar las leyes electorales, las reglas del juego “democrático”, que provenga de partidos políticos resulta sospechosa, especialmente si esos partidos ostentan el poder en el momento de presentar las iniciativas. Esto no significa un veto inicial a cualquier reforma política; de hecho, el sistema electoral mexicano está construido sobre la base de partidos políticos, por lo que el consenso de ellos es indispensable para conseguir cualquier reforma. Pero también es cierto que en el país la sociedad civil, primero, y las instituciones electorales ciudadanizadas, más tarde, han sido promotores de las mejores reformas a las reglas del juego electoral que se han logrado bajo la inteligente presión social.

Esto sirva como introducción a la lectura que deberá hacerse de las iniciativas de reforma electoral que el Congreso está a punto de discutir, la primera propuesta por el PES (el partido del gobernador, Cuauhtémoc Blanco) que busca la eliminación de los diputados plurinominales; y la segunda por Morena (partido que tiene la mayoría en el Congreso y que fue votado por más del 30 por ciento de los morelenses en el 2018), que busca volver a la estructura legislativa que se tenía hasta ese año con 20 diputados de mayoría y 10 de representación proporcional.

Desaparecer los diputados plurinominales parece más una proyección populista que busca granjearse el voto a través de la explotación de la antipatía hacia los legisladores “por los que nadie votó”. De hecho, si no fuera por la existencia de la representación proporcional, el PES no tendría diputaciones federales y probablemente Hugo Argüelles, dirigente estatal, sería desempleado político.

Los plurinominales son necesarios si uno entiende que en los procesos electorales las mayorías difícilmente son absolutas. En la elección pasada, por ejemplo, Morena ganó todas las diputaciones de mayoría a través de una coalición que después se fragmentó (no proporcionalmente) entre los partidos que la integraron. La coalición no alcanzó el 37% de la votación en el proceso electoral, pero de no existir los plurinominales habría tenido el total de las curules, es decir, estaría sobrerrepresentada un 63%. Detalle adicional, con los reacomodos del Congreso local, Morena tiene el 25% de la representación en el Congreso, mientras el PES mantiene el 15% y el PT un 10%, es decir, la coalición tiene el 60% de la Legislatura aunque no obtuvo ni el 40% de los votos.

Es necesaria, entonces, una fórmula que, sin menoscabar el derecho y la importancia de los triunfos electorales de mayoría, ofrezca un reflejo mucho más cercano a los deseos de los votantes. Una fórmula tal, por cierto, es inalcanzable si se proponen congresos reducidos, porque cada legislador tiene una proporción más grande de representación. Actualmente, un legislador representa el 5 por ciento del Congreso, mientras que con 30 legisladores, como propone Morena, esa proporción regresaría a un 3.3% que resulta mucho más manejable en términos de representatividad. Tener 10 plurinominales, como antes, permitiría escuchar a las minorías.


Twitter: @martinellito

Correo: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx