/ jueves 14 de enero de 2021

¿Los van a extrañar?

Amado dejó al PRI, Bolaños se va del PAN, Corona se alejó de Morena, el momento del cambio de camisetas llegó y los políticos lo ejercen a discreción, según la percepción que de sí mismos y sus posibilidades de contienda se han formado a través de muchos meses en que sus adláteres les han insistido en lo grandes que son, lo guapos que se ven en ese atuendo, la infalibilidad de sus decisiones, asegurándoles que podrían ser alcaldes, diputados federales o locales, o ya de perdis, regidores de algún recóndito municipio. Cuando el partido no cumple sus deseos, porque dentro hay otros iguales que quieren los mismos cargos, o porque aplican la máxima gubernamental de tener otros datos, el aspirante que nunca querrá pasar a la categoría de suspirante, emigra con su presunto plumaje intacto y acusando la bola de transas y abusos que deja atrás y en las que supuestamente él nunca participó.

Así es la política y cada trienio, por lo menos, tenemos que ver el mismo triste espectáculo. Porque los partidos más que depositarios de la ideología de un sector de la población o promotores de plataformas políticas que resultarían la praxis de un conjunto de teorías sobre el Estado, son agencias de colocación, en que los titulares apuestan a ubicar a los sujetos con quienes comparten algún interés y marginan al resto de sus liderazgos. Si Amado Orihuela, Javier Bolaños, Jesús Corona, por mencionar los más famositos, o cualquiera otro de los tránsfugas tiene seguidores suficientes para ganar una elección, para imponerse sin mayores problemas a cualquier candidato que el partido del que se ha ido postule, es irrelevante, porque en los hechos, los partidos son los dueños de las firmas con que se registra a los candidatos a cargos de elección popular (salvo los pocos que se lanzan por la vía independiente cuyo plazo ya ha finalizado). Así que Amado Orihuela busca amparo en Morena donde pretende ser candidato a diputado federal, Jesús Corona y el PAN coquetean para buscar la reelección del alcalde de Cuautla, y Javier Bolaños le pone algo de interés a una etapa que podríamos considerar equivalente al período de la agencia libre en la NFL.

Y claro que Bolaños no es, ni de cerca, un Von Miller de la política local aunque él lo crea, pero entre tantos partidos que quieren postular candidatos, se vuelve un fichaje interesante más por su historia que por su presente. Fuerza por México y el PES serían los primeros en formarse, pero postular al ex diputado puede resultar atractivo a muchos otros dada la baja calidad y escasez de la oferta política que se presentará en las próximas elecciones.

Esto poco tiene que ver con la ciudadanía porque a fin de cuentas ningún político es una navaja suiza que pueda aplicarse a todos los problemas. Las características de liderazgo y gestión pública que se requieren en las actuales condiciones de crisis sanitaria y económica que atraviesa el estado, son muy diferentes a las que ganaron elecciones y gobiernan desde el 2018 y que no han solucionado nada. Y es deprimente que hasta ahora la oferta sea la misma que en la elección anterior, pero revolcada.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Amado dejó al PRI, Bolaños se va del PAN, Corona se alejó de Morena, el momento del cambio de camisetas llegó y los políticos lo ejercen a discreción, según la percepción que de sí mismos y sus posibilidades de contienda se han formado a través de muchos meses en que sus adláteres les han insistido en lo grandes que son, lo guapos que se ven en ese atuendo, la infalibilidad de sus decisiones, asegurándoles que podrían ser alcaldes, diputados federales o locales, o ya de perdis, regidores de algún recóndito municipio. Cuando el partido no cumple sus deseos, porque dentro hay otros iguales que quieren los mismos cargos, o porque aplican la máxima gubernamental de tener otros datos, el aspirante que nunca querrá pasar a la categoría de suspirante, emigra con su presunto plumaje intacto y acusando la bola de transas y abusos que deja atrás y en las que supuestamente él nunca participó.

Así es la política y cada trienio, por lo menos, tenemos que ver el mismo triste espectáculo. Porque los partidos más que depositarios de la ideología de un sector de la población o promotores de plataformas políticas que resultarían la praxis de un conjunto de teorías sobre el Estado, son agencias de colocación, en que los titulares apuestan a ubicar a los sujetos con quienes comparten algún interés y marginan al resto de sus liderazgos. Si Amado Orihuela, Javier Bolaños, Jesús Corona, por mencionar los más famositos, o cualquiera otro de los tránsfugas tiene seguidores suficientes para ganar una elección, para imponerse sin mayores problemas a cualquier candidato que el partido del que se ha ido postule, es irrelevante, porque en los hechos, los partidos son los dueños de las firmas con que se registra a los candidatos a cargos de elección popular (salvo los pocos que se lanzan por la vía independiente cuyo plazo ya ha finalizado). Así que Amado Orihuela busca amparo en Morena donde pretende ser candidato a diputado federal, Jesús Corona y el PAN coquetean para buscar la reelección del alcalde de Cuautla, y Javier Bolaños le pone algo de interés a una etapa que podríamos considerar equivalente al período de la agencia libre en la NFL.

Y claro que Bolaños no es, ni de cerca, un Von Miller de la política local aunque él lo crea, pero entre tantos partidos que quieren postular candidatos, se vuelve un fichaje interesante más por su historia que por su presente. Fuerza por México y el PES serían los primeros en formarse, pero postular al ex diputado puede resultar atractivo a muchos otros dada la baja calidad y escasez de la oferta política que se presentará en las próximas elecciones.

Esto poco tiene que ver con la ciudadanía porque a fin de cuentas ningún político es una navaja suiza que pueda aplicarse a todos los problemas. Las características de liderazgo y gestión pública que se requieren en las actuales condiciones de crisis sanitaria y económica que atraviesa el estado, son muy diferentes a las que ganaron elecciones y gobiernan desde el 2018 y que no han solucionado nada. Y es deprimente que hasta ahora la oferta sea la misma que en la elección anterior, pero revolcada.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx