/ lunes 27 de enero de 2020

Los Scalabrinianos, esperanza para los refugiados

El pasado jueves me encontré con una nota periodística muy reconfortante: “La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Congregación de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos colocaron en Tijuana la primera piedra del Centro Scalabrini de Formación para Migrantes (CESFOM)”.

El ingreso a nuestro país de miles y miles de refugiados derivado de la situación social, económica y de seguridad que viven en sus países ha ido en aumento, pero no sólo por estas circunstancias, sino también, de esto estoy convencida, promovidos por alguna mano que mueve la cuna que de una u otra manera le sirve al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump para posicionarse frente al electorado de su país de cara a las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

Al gobierno federal y a los estatales por donde transitan y se asientan los refugiados centroamericanos les representa diversas dificultades para atenderlos en sus necesidades primarias y, sobre todo, garantizar su seguridad.

Los recursos financieros que se debe derogar son altos, sin embargo y por fortuna, particularmente para los refugiados, siempre hay organizaciones sociales que se conjugan con los gobiernos para brindarles al menos techo y comida.

Por ello digo que es reconfortante el que una congregación como los misioneros Scalabrinianos hayan acordado con el máximo organismo internacional, aparte de poderles dar como lo hacen en muchas partes del mundo casa y comida, también cursos de capacitación a quienes emigran a otros países.

La información destaca que “la congregación adquirió el terreno, mientras que la ACNUR financiará la construcción del inmueble, donde se ofrecerán estudios con reconocimiento oficial a personas adultas migrantes, refugiadas, deportadas y desplazadas internas que arriban a la ciudad”.

En su página Web se señala que “La Congregación de los misioneros de San Carlos - Scalabrinianos - es una comunidad internacional de religiosos que acompañan a los migrantes de diferentes culturas, religiones y etnias, en más de 30 países. Fue fundada el 28 de noviembre de 1887 por el Beato Juan Bautista Scalabrini (1839-1905), obispo de Piacenza (Italia)”.

En México destaca, sin lugar a dudas, la Madre Leticia Gutiérrez Valderrama, directora de Scalabrinianas, quien es reconocida ampliamente por su labor y “amor por los refugiados”, sobre todo en nuestro país que está marcado por la migración ya sea externa como la propia.

La “Madre Lety” como se le conoce, encabeza la “Misión para Migrantes y Refugiados”, luego de abandonar sus estudios de Comercio Internacional y entregarse a la ayuda a quienes, en la búsqueda del sueño americano, ven frustrada su ilusión y tienen que enfrentar fuertes pesadillas de no tener un lugar dónde vivir.

En el mundo, el número de migrantes internacionales en 2019 se estima llegó a 270 millones, siendo su principal destino Estados Unidos, con casi 51 millones, esto, según el informe global de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

A decir del Instituto Nacional de Migración de México, en 2019, el flujo de personas migrantes se incrementó en 232% con respecto a 2018, pues tan sólo en los primeros seis meses del año se contabilizaron 460 mil que superaron a los 138 mil 612 migrantes que pasaron por territorio nacional en 2018.

En 31 países estos misioneros cuentan con casas para refugiados como en Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Haití, Indonesia, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Mozambique, Paraguay, Perú, Portugal, Reino Unido, Sud Africa, Suiza, Taiwán, Uruguay, Venezuela y Vietnam.

En México y Centroamérica los misioneros Scalabrinianos tienen actualmente siete casas del Migrante: Guatemala, Tucún Umán, Tapachula, Nuevo Laredo Tijuana, Guadalajara y El Salvador, y ahora han iniciado la construcción de este centro de formación en una ciudad como Tijuana donde, tarde que temprano, arriban o expulsa el gobierno de EU a decenas de refugiados.

Como ya señalaba, no es cosa fácil tener que atender a grupos de seres humanos quienes migran por necesidad y otras muchas porque son víctimas de engaños aprovechándose de sus circunstancias pero que los gobiernos por donde transitan o receptores, deben respetar sus derechos humanos y ofrecerles las mejores circunstancias posibles, sobre todo, ya lo decía, seguridad.

En esta labor nada fácil siempre es bienvenido el apoyo de este tipo de organizaciones sean civiles, religiosas o privadas. En esta ocasión la de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, es reconfortable, pero sobre todo una esperanza para los refugiados centroamericanos.


Senadora de Morena

El pasado jueves me encontré con una nota periodística muy reconfortante: “La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Congregación de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos colocaron en Tijuana la primera piedra del Centro Scalabrini de Formación para Migrantes (CESFOM)”.

El ingreso a nuestro país de miles y miles de refugiados derivado de la situación social, económica y de seguridad que viven en sus países ha ido en aumento, pero no sólo por estas circunstancias, sino también, de esto estoy convencida, promovidos por alguna mano que mueve la cuna que de una u otra manera le sirve al Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump para posicionarse frente al electorado de su país de cara a las elecciones presidenciales de noviembre próximo.

Al gobierno federal y a los estatales por donde transitan y se asientan los refugiados centroamericanos les representa diversas dificultades para atenderlos en sus necesidades primarias y, sobre todo, garantizar su seguridad.

Los recursos financieros que se debe derogar son altos, sin embargo y por fortuna, particularmente para los refugiados, siempre hay organizaciones sociales que se conjugan con los gobiernos para brindarles al menos techo y comida.

Por ello digo que es reconfortante el que una congregación como los misioneros Scalabrinianos hayan acordado con el máximo organismo internacional, aparte de poderles dar como lo hacen en muchas partes del mundo casa y comida, también cursos de capacitación a quienes emigran a otros países.

La información destaca que “la congregación adquirió el terreno, mientras que la ACNUR financiará la construcción del inmueble, donde se ofrecerán estudios con reconocimiento oficial a personas adultas migrantes, refugiadas, deportadas y desplazadas internas que arriban a la ciudad”.

En su página Web se señala que “La Congregación de los misioneros de San Carlos - Scalabrinianos - es una comunidad internacional de religiosos que acompañan a los migrantes de diferentes culturas, religiones y etnias, en más de 30 países. Fue fundada el 28 de noviembre de 1887 por el Beato Juan Bautista Scalabrini (1839-1905), obispo de Piacenza (Italia)”.

En México destaca, sin lugar a dudas, la Madre Leticia Gutiérrez Valderrama, directora de Scalabrinianas, quien es reconocida ampliamente por su labor y “amor por los refugiados”, sobre todo en nuestro país que está marcado por la migración ya sea externa como la propia.

La “Madre Lety” como se le conoce, encabeza la “Misión para Migrantes y Refugiados”, luego de abandonar sus estudios de Comercio Internacional y entregarse a la ayuda a quienes, en la búsqueda del sueño americano, ven frustrada su ilusión y tienen que enfrentar fuertes pesadillas de no tener un lugar dónde vivir.

En el mundo, el número de migrantes internacionales en 2019 se estima llegó a 270 millones, siendo su principal destino Estados Unidos, con casi 51 millones, esto, según el informe global de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

A decir del Instituto Nacional de Migración de México, en 2019, el flujo de personas migrantes se incrementó en 232% con respecto a 2018, pues tan sólo en los primeros seis meses del año se contabilizaron 460 mil que superaron a los 138 mil 612 migrantes que pasaron por territorio nacional en 2018.

En 31 países estos misioneros cuentan con casas para refugiados como en Alemania, Argentina, Australia, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Haití, Indonesia, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Mozambique, Paraguay, Perú, Portugal, Reino Unido, Sud Africa, Suiza, Taiwán, Uruguay, Venezuela y Vietnam.

En México y Centroamérica los misioneros Scalabrinianos tienen actualmente siete casas del Migrante: Guatemala, Tucún Umán, Tapachula, Nuevo Laredo Tijuana, Guadalajara y El Salvador, y ahora han iniciado la construcción de este centro de formación en una ciudad como Tijuana donde, tarde que temprano, arriban o expulsa el gobierno de EU a decenas de refugiados.

Como ya señalaba, no es cosa fácil tener que atender a grupos de seres humanos quienes migran por necesidad y otras muchas porque son víctimas de engaños aprovechándose de sus circunstancias pero que los gobiernos por donde transitan o receptores, deben respetar sus derechos humanos y ofrecerles las mejores circunstancias posibles, sobre todo, ya lo decía, seguridad.

En esta labor nada fácil siempre es bienvenido el apoyo de este tipo de organizaciones sean civiles, religiosas o privadas. En esta ocasión la de los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos, es reconfortable, pero sobre todo una esperanza para los refugiados centroamericanos.


Senadora de Morena