/ domingo 9 de enero de 2022

Los próximos 100 días


La variante ómicron del virus SARS-CoV-2 ya se encuentra en nuestro país. Tal como predijeron los modelos, entró por los sitios más frecuentados por los extranjeros en invierno: Quintana Roo, Baja California Sur y la Ciudad de México. Esto hace sentido sabiendo que México es uno de los pocos países en el mundo que no impone restricciones sanitarias al turismo internacional.

El turismo nacional propagará el virus en el resto del territorio. Si se siguiera aplicando el semáforo epidemiológico tal como se diseñó, la mitad del país estaría en semáforo rojo con las consecuentes restricciones a la movilidad. Sin embargo, en ese inentendible afán de subestimar todo lo que tenga que ver con la pandemia, ahora solo estamos en verde obscuro confundiendo a la población e impidiendo que los gobiernos locales actúen.

Aún con pocos datos sabemos que el número de casos superó ya al máximo histórico con una velocidad vertiginosa. El pico en el conteo de enfermos graves y fallecimientos seguirá en unas pocas semanas. A pesar de sus síntomas, la infección por ómicron no es una gripa, sigue siendo una enfermedad inflamatoria que aún en los casos leves puede poner en riesgo la salud de las personas y dejar secuelas de por vida.

Las vacunas funcionan, todas funcionan, reduciendo el riesgo de las formas graves de la enfermedad y la muerte. Sin embargo, 4 de cada 10 de mexicanos no están vacunados, alrededor de 40 millones de personas. Una fracción de ellos son adultos que declinaron la vacuna pero la gran mayoría son menores de 15 años a quienes, a pesar de la acumulación de evidencias, el gobierno persiste en no proteger.

Los niños y jóvenes siempre han sido vulnerables a COVID-19 sin embargo y gracias a la falta de movilidad del año pasado estaban más protegidos frente al contagio. Ahora, ante la insistencia de reactivar las clases presenciales durante el pico de ómicron estarán más expuestos con los inevitables riesgos a su salud.

Los próximos 100 días van a ser críticos. México es un país grande y disperso por lo que la distribución del contagio se alargará en el tiempo. Para nosotros en Morelos coincide con el arranque de las administraciones municipales. Aunque con pocas facultades en el tema de salud, los nuevos alcades y alcaldesas tendrán que aprender mucho en muy poco tiempo. Si quieren comenzar con el pie derecho, mi recomendación es que reactiven lo antes posible el Comité Municipal de Contingencia COVID-19 como órgano asesor y que sigan sus recomendaciones. Esa sola acción puede salvar vidas en su municipio.

A quienes tenemos la necesidad de salir de casa la recomendación es utilizar cubrebocas KN95, evitar espacios cerrados o concurridos y reducir al mínimo el número de contactos. Si pueden posponer el regreso a clases presenciales de los menores no vacunados, háganlo hasta que el pico de la pandemia haya recedido en su comunidad.

Como siempre, el faro que debe guiar nuestras acciones deben ser los datos analizados con el rigor del científico por lo que ratifico mi compromiso de que esta columna hará lo que le corresponde en difundir solamente información verificada.

PD. A las crisis existentes en la UDLAP, el CIDE, el INECC, el IMTA y la ENAH sumamos la del Sistema Nacional de Investigadores con miles de colegas todavía sin nombramiento vigente por fallas en el proceso de evaluación.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
Reivindicando a Plutón o Brenda Valderrama en Facebook


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La variante ómicron del virus SARS-CoV-2 ya se encuentra en nuestro país. Tal como predijeron los modelos, entró por los sitios más frecuentados por los extranjeros en invierno: Quintana Roo, Baja California Sur y la Ciudad de México. Esto hace sentido sabiendo que México es uno de los pocos países en el mundo que no impone restricciones sanitarias al turismo internacional.

El turismo nacional propagará el virus en el resto del territorio. Si se siguiera aplicando el semáforo epidemiológico tal como se diseñó, la mitad del país estaría en semáforo rojo con las consecuentes restricciones a la movilidad. Sin embargo, en ese inentendible afán de subestimar todo lo que tenga que ver con la pandemia, ahora solo estamos en verde obscuro confundiendo a la población e impidiendo que los gobiernos locales actúen.

Aún con pocos datos sabemos que el número de casos superó ya al máximo histórico con una velocidad vertiginosa. El pico en el conteo de enfermos graves y fallecimientos seguirá en unas pocas semanas. A pesar de sus síntomas, la infección por ómicron no es una gripa, sigue siendo una enfermedad inflamatoria que aún en los casos leves puede poner en riesgo la salud de las personas y dejar secuelas de por vida.

Las vacunas funcionan, todas funcionan, reduciendo el riesgo de las formas graves de la enfermedad y la muerte. Sin embargo, 4 de cada 10 de mexicanos no están vacunados, alrededor de 40 millones de personas. Una fracción de ellos son adultos que declinaron la vacuna pero la gran mayoría son menores de 15 años a quienes, a pesar de la acumulación de evidencias, el gobierno persiste en no proteger.

Los niños y jóvenes siempre han sido vulnerables a COVID-19 sin embargo y gracias a la falta de movilidad del año pasado estaban más protegidos frente al contagio. Ahora, ante la insistencia de reactivar las clases presenciales durante el pico de ómicron estarán más expuestos con los inevitables riesgos a su salud.

Los próximos 100 días van a ser críticos. México es un país grande y disperso por lo que la distribución del contagio se alargará en el tiempo. Para nosotros en Morelos coincide con el arranque de las administraciones municipales. Aunque con pocas facultades en el tema de salud, los nuevos alcades y alcaldesas tendrán que aprender mucho en muy poco tiempo. Si quieren comenzar con el pie derecho, mi recomendación es que reactiven lo antes posible el Comité Municipal de Contingencia COVID-19 como órgano asesor y que sigan sus recomendaciones. Esa sola acción puede salvar vidas en su municipio.

A quienes tenemos la necesidad de salir de casa la recomendación es utilizar cubrebocas KN95, evitar espacios cerrados o concurridos y reducir al mínimo el número de contactos. Si pueden posponer el regreso a clases presenciales de los menores no vacunados, háganlo hasta que el pico de la pandemia haya recedido en su comunidad.

Como siempre, el faro que debe guiar nuestras acciones deben ser los datos analizados con el rigor del científico por lo que ratifico mi compromiso de que esta columna hará lo que le corresponde en difundir solamente información verificada.

PD. A las crisis existentes en la UDLAP, el CIDE, el INECC, el IMTA y la ENAH sumamos la del Sistema Nacional de Investigadores con miles de colegas todavía sin nombramiento vigente por fallas en el proceso de evaluación.

Para información adicional de éste y otros temas de interés visiten:
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