/ domingo 28 de febrero de 2021

Los marginados también juegan

Los partidos parecen haber definido ya a quienes serán sus candidatos en Cuernavaca, proceso en que algunos liderazgos han quedado fuera de la contienda oficial, pero se vuelven importantes en términos de lo que podrían aportar, muy probablemente a partidos diferentes a los que los postularon. Así, los días que transcurren se están viendo los intensos coqueteos entre los precandidatos ya definidos y quienes fueron marginados por sus dirigencias partidistas, o quienes decidieron no entrar al juego de quienes los invitaron al no cumplirse sus condiciones.

Nombres que pareciera que ya no juegan, como Juan Pablo Adame, Antonio Sandoval, Meggie Salgado, Antonio Villalobos, Marisol Becerra, Alejandra Flores, Alejandro Mojica, Alejandra Pani, Juan Pablo Rivera, cada uno de ellos con capitales políticos que pueden ser reales o meramente simbólicos, se vuelven importantes en términos de lo operativo o imaginario que puedan aportar a quienes llegaran eventualmente a acuerdos con ellos.

Tampoco es que haya mucho qué ofrecerles, para alcanzar sus candidaturas, la mayoría de los aspirantes tuvo ya que ceder muchas posiciones al partido o los partidos que lo postulan, y a los grupos compactos que los han acompañado siempre, pero podría ser que el Ayuntamiento de la capital aún tanga posiciones o pueda aportar beneficios en proyectos específicos que resulten de interés a quienes fueron marginados.

En los procesos internos de los partidos políticos, muestra la experiencia, las derrotas son sólo momentáneas. De inmediato los aspirantes marginados son absorbidos por las famosas operaciones cicatriz en los partidos, o se fugan aunque sea momentáneamente a otras fuerzas para apoyar a candidatos que les permitan impulsar sus proyectos personales de mejor manera. A menudo les va mucho mejor que a quienes tienen que jugar las candidaturas y, muy a menudo, ser derrotados.

Desde una muy primitiva visión se asume que los políticos marginados se convierten en traidores a sus causas. Difícilmente se perciben así, o debieran ser evaluados desde esa perspectiva, especialmente cuando referimos a la política municipal o microrregional. Los políticos actuales no son representantes de ideologías, sino de conjuntos bastante reducidos de proyectos de desarrollo abanderados por diversos grupos de interés. En este sentido, buscan su acomodo en donde pueden realizar esos proyectos. Algunos, también hay que señalarlo, solo buscan una chamba en la alta burocracia porque, a final de cuentas son políticos y les cuesta un demonial de trabajo hacer cualquier otra cosa.

Hay que hacer la distinción en este punto entre los políticos y los empresarios que fueron aventados por su historia familiar o sus amistades a la política. Antonio Sandoval, Meggie Salgado, y Juan Pablo Rivera están en la segunda categoría y perfectamente pueden vivir bien de su trabajo en la iniciativa privada. Curiosamente, en los tres casos que se indican, sus propuestas políticas parecen mucho más integrales y acabadas que las de otros aspirantes que fueron marginados en los procesos internos. Por lo pronto, todo el listado que ofrecemos, y muchos más, pueden contribuir a la construcción de una gran agenda para la ciudad.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Los partidos parecen haber definido ya a quienes serán sus candidatos en Cuernavaca, proceso en que algunos liderazgos han quedado fuera de la contienda oficial, pero se vuelven importantes en términos de lo que podrían aportar, muy probablemente a partidos diferentes a los que los postularon. Así, los días que transcurren se están viendo los intensos coqueteos entre los precandidatos ya definidos y quienes fueron marginados por sus dirigencias partidistas, o quienes decidieron no entrar al juego de quienes los invitaron al no cumplirse sus condiciones.

Nombres que pareciera que ya no juegan, como Juan Pablo Adame, Antonio Sandoval, Meggie Salgado, Antonio Villalobos, Marisol Becerra, Alejandra Flores, Alejandro Mojica, Alejandra Pani, Juan Pablo Rivera, cada uno de ellos con capitales políticos que pueden ser reales o meramente simbólicos, se vuelven importantes en términos de lo operativo o imaginario que puedan aportar a quienes llegaran eventualmente a acuerdos con ellos.

Tampoco es que haya mucho qué ofrecerles, para alcanzar sus candidaturas, la mayoría de los aspirantes tuvo ya que ceder muchas posiciones al partido o los partidos que lo postulan, y a los grupos compactos que los han acompañado siempre, pero podría ser que el Ayuntamiento de la capital aún tanga posiciones o pueda aportar beneficios en proyectos específicos que resulten de interés a quienes fueron marginados.

En los procesos internos de los partidos políticos, muestra la experiencia, las derrotas son sólo momentáneas. De inmediato los aspirantes marginados son absorbidos por las famosas operaciones cicatriz en los partidos, o se fugan aunque sea momentáneamente a otras fuerzas para apoyar a candidatos que les permitan impulsar sus proyectos personales de mejor manera. A menudo les va mucho mejor que a quienes tienen que jugar las candidaturas y, muy a menudo, ser derrotados.

Desde una muy primitiva visión se asume que los políticos marginados se convierten en traidores a sus causas. Difícilmente se perciben así, o debieran ser evaluados desde esa perspectiva, especialmente cuando referimos a la política municipal o microrregional. Los políticos actuales no son representantes de ideologías, sino de conjuntos bastante reducidos de proyectos de desarrollo abanderados por diversos grupos de interés. En este sentido, buscan su acomodo en donde pueden realizar esos proyectos. Algunos, también hay que señalarlo, solo buscan una chamba en la alta burocracia porque, a final de cuentas son políticos y les cuesta un demonial de trabajo hacer cualquier otra cosa.

Hay que hacer la distinción en este punto entre los políticos y los empresarios que fueron aventados por su historia familiar o sus amistades a la política. Antonio Sandoval, Meggie Salgado, y Juan Pablo Rivera están en la segunda categoría y perfectamente pueden vivir bien de su trabajo en la iniciativa privada. Curiosamente, en los tres casos que se indican, sus propuestas políticas parecen mucho más integrales y acabadas que las de otros aspirantes que fueron marginados en los procesos internos. Por lo pronto, todo el listado que ofrecemos, y muchos más, pueden contribuir a la construcción de una gran agenda para la ciudad.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx