/ lunes 27 de julio de 2020

Los Cimientos Rotos

En el clima político de nuestro país también existen las temporadas de Huracanes, hechos diarios del quehacer nacional, donde toda la sociedad tiene un desempeño muy activo, hoy estamos pasando por un temporal político y no es para menos, a la captura de Lozoya, van brotando nombres del turbio manantial de la corrupción, todo se descalifica hoy, las malas acciones pero también las buenas, se politiza incluso lo que habíamos advertido era un error politizar: el manejo de una pandemia, vivimos polarizados como sociedad y a esta polarización abonamos todos, gobierno, medios de comunicación y ciudadanía, la objetividad huyó del país y hoy es ilocalizable, a nadie le importa por ejemplo si la capacidad hospitalaria no ha sido rebasada durante esta emergencia sanitaria ni le preocupa la alta probabilidad de ver cambiar esto en cualquier momento, porque se trata de aplaudir sin análisis o descalificar sin motivos.

El Presidente estuvo este fin de semana en Oaxaca, supervisando la construcción de la Autopista Barranca Larga-Ventanilla, esta vía conectará la capital del estado con la costa y se calcula que reducirá hasta un 65% el tiempo real de traslado actual, la rehabilitación del puerto de Coatzacoalcos, los avances de la vía férrea del Istmo y la terminación de la autopista Mitla-Tehuantepec, además de la construcción de gasoductos para el suministro de 10 parques industriales proyectados para instalarse en el Estado, sin embargo la anterior información no acapara titulares, los medios y la población están más interesados en la vestimenta no formal de AMLO habló con ciudadanos en el perímetro del hotel en donde se hospedó o en la mañanera de ayer con el Avión Presidencial como marco, un exceso al atizar la guerra política contra la oposición, pareciera como si el punto de debate y lo realmente trascendente para el país fuera el costo de los zapatos del titular del ejecutivo o la rifa de un avión.

La situación no va a mejorar, por el contrario, ante la llegada de un año electoral se prevé que el ambiente empeore, la crisis económica ha tocado las puertas de todos los sectores de la población sobre todo de los más vulnerables, la pandemia no cede, el presidente estigmatiza, la oposición no aporta ni reconoce responsabilidades, esto es parte de la escenografía perfecta por venir.

Debemos aumentar la capacidad de análisis para elegir el rumbo correcto, saber que existen ideologías distintas para ser escuchadas y no descalificadas, ¿nos conviene un gobierno con mayoría el congreso con el riesgo de otorgar un poder desequilibrado e imperial o tal vez la apuesta sería arriesgar para el crecimiento de una oposición cuya directriz prioritaria, sea dinamitar a la llamada 4T? Ambas opciones merecen larga reflexión.

Se dice que cuando falla la cimentación de una edificación, las patologías constructivas se extienden por todo el inmueble generando un riesgo de colapso estructural, nuestros cimientos hoy encuentran rotos y México es el inmueble en peligro, nuestra población se encuentra dividida en una suerte lucha absurda entre pobres y ricos, con una tesis irracional de etiquetas a una población completa con solo dos opciones, chairo o fifí, todo la puesta se realiza en medio de una economía golpeada, con un virus acechante y un timón peleado por muchas manos

Urge serenarse, debatir sin ofender y tomar la mejor decisión, entre todos.

En el clima político de nuestro país también existen las temporadas de Huracanes, hechos diarios del quehacer nacional, donde toda la sociedad tiene un desempeño muy activo, hoy estamos pasando por un temporal político y no es para menos, a la captura de Lozoya, van brotando nombres del turbio manantial de la corrupción, todo se descalifica hoy, las malas acciones pero también las buenas, se politiza incluso lo que habíamos advertido era un error politizar: el manejo de una pandemia, vivimos polarizados como sociedad y a esta polarización abonamos todos, gobierno, medios de comunicación y ciudadanía, la objetividad huyó del país y hoy es ilocalizable, a nadie le importa por ejemplo si la capacidad hospitalaria no ha sido rebasada durante esta emergencia sanitaria ni le preocupa la alta probabilidad de ver cambiar esto en cualquier momento, porque se trata de aplaudir sin análisis o descalificar sin motivos.

El Presidente estuvo este fin de semana en Oaxaca, supervisando la construcción de la Autopista Barranca Larga-Ventanilla, esta vía conectará la capital del estado con la costa y se calcula que reducirá hasta un 65% el tiempo real de traslado actual, la rehabilitación del puerto de Coatzacoalcos, los avances de la vía férrea del Istmo y la terminación de la autopista Mitla-Tehuantepec, además de la construcción de gasoductos para el suministro de 10 parques industriales proyectados para instalarse en el Estado, sin embargo la anterior información no acapara titulares, los medios y la población están más interesados en la vestimenta no formal de AMLO habló con ciudadanos en el perímetro del hotel en donde se hospedó o en la mañanera de ayer con el Avión Presidencial como marco, un exceso al atizar la guerra política contra la oposición, pareciera como si el punto de debate y lo realmente trascendente para el país fuera el costo de los zapatos del titular del ejecutivo o la rifa de un avión.

La situación no va a mejorar, por el contrario, ante la llegada de un año electoral se prevé que el ambiente empeore, la crisis económica ha tocado las puertas de todos los sectores de la población sobre todo de los más vulnerables, la pandemia no cede, el presidente estigmatiza, la oposición no aporta ni reconoce responsabilidades, esto es parte de la escenografía perfecta por venir.

Debemos aumentar la capacidad de análisis para elegir el rumbo correcto, saber que existen ideologías distintas para ser escuchadas y no descalificadas, ¿nos conviene un gobierno con mayoría el congreso con el riesgo de otorgar un poder desequilibrado e imperial o tal vez la apuesta sería arriesgar para el crecimiento de una oposición cuya directriz prioritaria, sea dinamitar a la llamada 4T? Ambas opciones merecen larga reflexión.

Se dice que cuando falla la cimentación de una edificación, las patologías constructivas se extienden por todo el inmueble generando un riesgo de colapso estructural, nuestros cimientos hoy encuentran rotos y México es el inmueble en peligro, nuestra población se encuentra dividida en una suerte lucha absurda entre pobres y ricos, con una tesis irracional de etiquetas a una población completa con solo dos opciones, chairo o fifí, todo la puesta se realiza en medio de una economía golpeada, con un virus acechante y un timón peleado por muchas manos

Urge serenarse, debatir sin ofender y tomar la mejor decisión, entre todos.