/ martes 14 de junio de 2022

Los aspirantes a la gubernatura

Como los sexenios duran en México mucho menos de seis años, es común que con una admirable anticipación se empiece a especular sobre quiénes pueden ser sucesores de quien ocupa la presidencia, los gobiernos estatales y las senadurías (los únicos cargos de elección popular que cumplen períodos de seis años en el sistema político mexicano). Algo que sabemos es que en la medida en que los gobiernos se van agotando, el ánimo sucesorio se anticipa.

Por ejemplo, en el caso de Graco Ramírez, cuya personalidad y circunstancia lo mantuvieron más o menos fuerte hasta ya entrado el 2017, la discusión real sobre la sucesión en la gubernatura inició bastante tardía (y ya se ve cómo nos fue con eso); pero en el caso de Cuauhtémoc Blanco, cuyo período pareció desvanecerse incluso antes de la elección intermedia, la proyección del relevo fue incluso parte de las decisiones tomadas en el momento de definir las candidaturas. Porque no sólo se agotó muy temprano la influencia de Cuauhtémoc Blanco, tampoco llegó siquiera a pintar la de su gabinete , ni la de los senadores. Así que muy rápido se comenzaron a barajar en Morelos casi los mismos nombres antes de la elección intermedia de los que se ofrecen ahora. Acaso se han incluido los del alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, y más por voluntad del gobernador que por méritos en la función pública, el del Secretario de Movilidad y Transporte, Víctor Mercado Salgado.

Así, la lista de suspirantes sigue más o menos igual: Margarita González Saravia, Lucía Meza Guzmán, Rabindranath Salazar Solorio, Agustín Alonso Gutiérrez, Rafael Reyes Reyes, Juan Ángel Flores Bustamante, Ángel García Yáñez, Tania Valentina Rodríguez Ruiz; como los aparentemente posicionados, pero hay muchos otros que podrían buscar la postulación desde sectores menos ortodoxos, entre ellos probablemente empresarios y líderes de la sociedad civil.

De hecho, habrá quienes aseguren que una “caballada” tan floja, junto a la evidente crisis de liderazgo en los partidos y la proclividad a buscar alianzas en torno a candidatos “nuevos”, podría favorecer a otros actores sociales, el problema es que pocos han mostrado tener poder de convocatoria. Probablemente entre ellos podamos considerar relevante a Antonio Sandoval Tajonar, que ya intentó obtener la candidatura por la vía independiente en el 2017. Pocos miran al Poder Judicial, pero bien podría ofrecer a un par de magistrados como postulaciones dignas, ya en algún momento la hoy retirada Nadia Luz Lara tuvo una malograda participación como candidata a la gubernatura por el Verde Ecologista.

Pero este proceso difícilmente será como al anterior porque no habrá las dos variables que hicieron de las de 2018 elecciones francamente atípicas. En las boletas no aparecerá un ídolo deportivo como Cuauhtémoc Blanco Bravo, y tampoco estará, por mucho que lo intente, Andrés Manuel López Obrador. Así, los partidos deberán revisar las capacidades de competencia si quieren ganar una plaza tan maltratada como Morelos después de Cuauhtémoc. Por lo pronto, hay que anotarlo, salvo por el trabajo de bases que hacen tras bambalinas algunos de los políticos mencionados en el listado superior, no se nota alguien que por sí mismo pueda hacerse de la gubernatura, aunque lo postulara Morena.

Por lo pronto, entre el mal desempeño del gobierno estatal, la mediocre actuación de los partidos en el poder, y lo disminuida que sigue la oposición, parece que en el estado la gubernatura está realmente en disputa.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx


Como los sexenios duran en México mucho menos de seis años, es común que con una admirable anticipación se empiece a especular sobre quiénes pueden ser sucesores de quien ocupa la presidencia, los gobiernos estatales y las senadurías (los únicos cargos de elección popular que cumplen períodos de seis años en el sistema político mexicano). Algo que sabemos es que en la medida en que los gobiernos se van agotando, el ánimo sucesorio se anticipa.

Por ejemplo, en el caso de Graco Ramírez, cuya personalidad y circunstancia lo mantuvieron más o menos fuerte hasta ya entrado el 2017, la discusión real sobre la sucesión en la gubernatura inició bastante tardía (y ya se ve cómo nos fue con eso); pero en el caso de Cuauhtémoc Blanco, cuyo período pareció desvanecerse incluso antes de la elección intermedia, la proyección del relevo fue incluso parte de las decisiones tomadas en el momento de definir las candidaturas. Porque no sólo se agotó muy temprano la influencia de Cuauhtémoc Blanco, tampoco llegó siquiera a pintar la de su gabinete , ni la de los senadores. Así que muy rápido se comenzaron a barajar en Morelos casi los mismos nombres antes de la elección intermedia de los que se ofrecen ahora. Acaso se han incluido los del alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, y más por voluntad del gobernador que por méritos en la función pública, el del Secretario de Movilidad y Transporte, Víctor Mercado Salgado.

Así, la lista de suspirantes sigue más o menos igual: Margarita González Saravia, Lucía Meza Guzmán, Rabindranath Salazar Solorio, Agustín Alonso Gutiérrez, Rafael Reyes Reyes, Juan Ángel Flores Bustamante, Ángel García Yáñez, Tania Valentina Rodríguez Ruiz; como los aparentemente posicionados, pero hay muchos otros que podrían buscar la postulación desde sectores menos ortodoxos, entre ellos probablemente empresarios y líderes de la sociedad civil.

De hecho, habrá quienes aseguren que una “caballada” tan floja, junto a la evidente crisis de liderazgo en los partidos y la proclividad a buscar alianzas en torno a candidatos “nuevos”, podría favorecer a otros actores sociales, el problema es que pocos han mostrado tener poder de convocatoria. Probablemente entre ellos podamos considerar relevante a Antonio Sandoval Tajonar, que ya intentó obtener la candidatura por la vía independiente en el 2017. Pocos miran al Poder Judicial, pero bien podría ofrecer a un par de magistrados como postulaciones dignas, ya en algún momento la hoy retirada Nadia Luz Lara tuvo una malograda participación como candidata a la gubernatura por el Verde Ecologista.

Pero este proceso difícilmente será como al anterior porque no habrá las dos variables que hicieron de las de 2018 elecciones francamente atípicas. En las boletas no aparecerá un ídolo deportivo como Cuauhtémoc Blanco Bravo, y tampoco estará, por mucho que lo intente, Andrés Manuel López Obrador. Así, los partidos deberán revisar las capacidades de competencia si quieren ganar una plaza tan maltratada como Morelos después de Cuauhtémoc. Por lo pronto, hay que anotarlo, salvo por el trabajo de bases que hacen tras bambalinas algunos de los políticos mencionados en el listado superior, no se nota alguien que por sí mismo pueda hacerse de la gubernatura, aunque lo postulara Morena.

Por lo pronto, entre el mal desempeño del gobierno estatal, la mediocre actuación de los partidos en el poder, y lo disminuida que sigue la oposición, parece que en el estado la gubernatura está realmente en disputa.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx