Pasó la primera quincena del mes en el que históricamente, todos tenemos problemas de flujo, capacidad de pago y, sobre todo, para pagar los pasivos a mediano plazo que, al día de hoy, ya son de corto plazo, la expectativa de recuperar cartera vencida está muy por debajo de la realidad, nadie quiere asumir riesgos en términos de adquirir deuda, ya sea con la banca comercial o con la de desarrollo, y eso se traduce en confianza del consumidor.
Lo bueno y aunque nada es perfecto y el Paquete Económico 2020 en la que el Gobierno espera de la economía, las finanzas públicas y el gasto con que cumplirá sus metas tampoco lo es, parece ser equilibrado, demasiado optimismo ante una desaceleración económica y con el riesgo de que al final tenga que haber recortes en el gasto por no dar énfasis a factores que estimulan el crecimiento económico, son parte de lo bueno, fue la iniciativa de la Secretaria de Hacienda y se ejecutó como tal por parte del Gobierno Federal, el Equilibrio, eso es lo que ven los analistas, por lo que no hay sobresaltos hasta ahora ni elementos que pongan demasiado nerviosos a los observadores del mercado.
Hacienda incluyó en los Criterios Generales del Paquete una propuesta para cambiar la regla fiscal y entre los elementos para hacerlo reconocer la importancia de contar con un “Consejo Asesor” independiente a la Secretaría, y puso en la mesa la necesidad de cambiar la regla fiscal, la cual, es básicamente la regla que te gobierna el endeudamiento, en qué situaciones debes endeudarte como gobierno, y de esto los diputados están conscientes y nosotros, los ciudadanos, estar atentos.
Lo malo en este Paquete fue el optimismo del Gobierno en sus expectativas de crecimiento económico y de la recuperación de la producción de petróleo de Pemex, y su propuesta de castigar una vez más, como ha ocurrido desde hace años, la inversión pública física, en obras de infraestructura, necesarias para impulsar y detonar la economía en los estados, aunque el rubro de gasto en infraestructura con dinero público se reduce 5%, según la propuesta, este tipo de inversiones son consideradas fundamentales para generar crecimiento económico sostenido en el tiempo, lo que no se ve es que en realidad el sustento de cualquier economía es el crecimiento y que para ello se requiere inversión y lo que se ve con este presupuesto es que la inversión física sigue siendo castigada, sigue siendo la variable de ajuste presupuestal y ya conocemos el resultado que eso genera, durante los últimos 25 años el castigo ha sido a la inversión y eso ha frenado el crecimiento potencial del país en términos reales y no de expectativas.
Lo peor son los recortes, y que la historia de 2019 se repita, que el crecimiento económico esperado se vaya desinflando, que no se obtenga lo esperado como estimó Hacienda tras meses de rehusarse a hacer recortes en sus pronósticos cuando ya todos los analistas y hasta Banxico lo habían hecho y un menor crecimiento implica menos recaudación de impuestos y sobre todo en una economía claramente desacelerada y en algunos sectores en recesión, situación reconocida por la propia Hacienda y el más tangible de los hechos, un menor resultado en los ingresos públicos, esto, abre la puerta a los ajustes, o lo que es lo mismo, la tijera del recorte en el gasto.
¿Y Morelos? Mejor esperamos que se pongan de acuerdo con el Presupuesto 2020 para saber si el resultado fue el interés mutuo de los 20 diputados en beneficio de Morelos.
¡Que así sea!
