/ miércoles 10 de junio de 2020

Límites a la libertad de expresión en la 4T

A muchos les parecerá exagerado el título de este artículo de opinión e incluso podrán aducir que es erróneo, pero si revisamos los últimos reportes o balances de instancias especializadas la conclusión será confirmada.

Organizaciones internacionales de la sociedad civil como Freedom House y Artículo 19, han señalado que en México no existe libertad de prensa y que los periodistas siguen realizando su labor en un ambiente generalizado de violencia. También lo han confirmado organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial de Libertad de Expresión. De ahí que continuamente soliciten al gobierno federal realizar acciones de protección efectiva a la libertad de expresión.

Cualquier persona que observa, describe, documenta y analiza acontecimientos, declaraciones, políticas o actividades para conocer o incidir en los asuntos públicos es considerado periodista. Los y las periodistas son los actores clave para que una sociedad pueda ejercer otros derechos como el de acceso a la información, la participación política y la toma de decisiones para el desarrollo de la vida democrática en una sociedad.

La Constitución Política federal reconoce en los artículos 6 y 7 la libertad de expresión, y desde ahí se han erigido un conjunto de instancias protectoras: La Ley y Mecanismo de Protección a las Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas; una Fiscalía Especializada en Delitos en materia de derechos humanos y libertad de expresión; así como la propia CNDH y la CEAV.

En México hemos tenido que esperar mucho tiempo para contar con todas estas instancias, que, en principio, tienen como propósito lograr que se respete y garantice la vida, integridad y la seguridad de las y los periodistas ante cualquier amenaza. Sin embargo, tenemos que reconocer que hemos fallado al mantener una tasa ascendente en los casos de violencia o asesinatos de periodistas; así como de impunidad.

Desde el inicio de la 4T, “las mañaneras” o la comunicación directa del Presidente con los medios de comunicación se presentó como un avance en la transparencia y el acceso directo a la información de los asuntos públicos. Sin embargo, este espacio se ha convertido poco a poco en una trinchera de proselitismo o conversión político-religiosa.

De acuerdo con SPIN Taller de Comunicación Política, las conferencias mañaneras del Presidente se han vuelto un espacio que sirve para criticar “adversarios”, manipular los temas y la información, estigmatizar a periodistas o medios de comunicación y donde pueden expresarse afirmaciones falsas o engañosas (en 2019, se contabilizaron 15 mil).

A finales de marzo de este año, AMLO pidió una tregua a los medios. Hay un artículo que escribí sobre eso, pero ¿qué creen que pasó? El Presidente fue quien rompió inmediatamente la tregua atacando a medios y periodistas nacionales e internacionales.

AMLO desató nuevamente la violencia y las amenazas a varios medios y periodistas, lo que pudo provocar una censura a la libertad de expresión debido a los ataques por bots (con hashtags como #PrensaProstituta, entre otros) o llamadas telefónicas amenazantes.

La libertad de prensa también enfrenta ataques desde las #RedesAMLO o incluso desde la propia Agencia de Noticias gubernamental, Notimex. También se ha detectado la presencia de censura indirecta en la 4T con el aumento de las declaraciones de inexistencia a las solicitudes de información pública (Proceso: número 2275).

El pasado domingo 7 de junio se conmemoró el día de la libertad de expresión en México, ¿tenemos algo qué celebrar? Pregúntenle a la 4T.

A muchos les parecerá exagerado el título de este artículo de opinión e incluso podrán aducir que es erróneo, pero si revisamos los últimos reportes o balances de instancias especializadas la conclusión será confirmada.

Organizaciones internacionales de la sociedad civil como Freedom House y Artículo 19, han señalado que en México no existe libertad de prensa y que los periodistas siguen realizando su labor en un ambiente generalizado de violencia. También lo han confirmado organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial de Libertad de Expresión. De ahí que continuamente soliciten al gobierno federal realizar acciones de protección efectiva a la libertad de expresión.

Cualquier persona que observa, describe, documenta y analiza acontecimientos, declaraciones, políticas o actividades para conocer o incidir en los asuntos públicos es considerado periodista. Los y las periodistas son los actores clave para que una sociedad pueda ejercer otros derechos como el de acceso a la información, la participación política y la toma de decisiones para el desarrollo de la vida democrática en una sociedad.

La Constitución Política federal reconoce en los artículos 6 y 7 la libertad de expresión, y desde ahí se han erigido un conjunto de instancias protectoras: La Ley y Mecanismo de Protección a las Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas; una Fiscalía Especializada en Delitos en materia de derechos humanos y libertad de expresión; así como la propia CNDH y la CEAV.

En México hemos tenido que esperar mucho tiempo para contar con todas estas instancias, que, en principio, tienen como propósito lograr que se respete y garantice la vida, integridad y la seguridad de las y los periodistas ante cualquier amenaza. Sin embargo, tenemos que reconocer que hemos fallado al mantener una tasa ascendente en los casos de violencia o asesinatos de periodistas; así como de impunidad.

Desde el inicio de la 4T, “las mañaneras” o la comunicación directa del Presidente con los medios de comunicación se presentó como un avance en la transparencia y el acceso directo a la información de los asuntos públicos. Sin embargo, este espacio se ha convertido poco a poco en una trinchera de proselitismo o conversión político-religiosa.

De acuerdo con SPIN Taller de Comunicación Política, las conferencias mañaneras del Presidente se han vuelto un espacio que sirve para criticar “adversarios”, manipular los temas y la información, estigmatizar a periodistas o medios de comunicación y donde pueden expresarse afirmaciones falsas o engañosas (en 2019, se contabilizaron 15 mil).

A finales de marzo de este año, AMLO pidió una tregua a los medios. Hay un artículo que escribí sobre eso, pero ¿qué creen que pasó? El Presidente fue quien rompió inmediatamente la tregua atacando a medios y periodistas nacionales e internacionales.

AMLO desató nuevamente la violencia y las amenazas a varios medios y periodistas, lo que pudo provocar una censura a la libertad de expresión debido a los ataques por bots (con hashtags como #PrensaProstituta, entre otros) o llamadas telefónicas amenazantes.

La libertad de prensa también enfrenta ataques desde las #RedesAMLO o incluso desde la propia Agencia de Noticias gubernamental, Notimex. También se ha detectado la presencia de censura indirecta en la 4T con el aumento de las declaraciones de inexistencia a las solicitudes de información pública (Proceso: número 2275).

El pasado domingo 7 de junio se conmemoró el día de la libertad de expresión en México, ¿tenemos algo qué celebrar? Pregúntenle a la 4T.