/ lunes 13 de enero de 2020

Las precisiones de Gurría

Desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, le llovieron miles de críticas de analistas y de sus opositores; algunas –considero- en buena lid, y otras con toda la mala leche del mundo.

Sí, desde luego, es preocupante que el crecimiento el año pasado haya sido prácticamente cero, lo cual genera incertidumbre por lo que es necesario que en este año, el país crezca de manera sostenida al menos en 1.5 puntos porcentuales, aunque lo ideal sería el 4%.

Efectivamente la llegada del nuevo gobierno en diciembre de 2018 generó en la ciudadanía expectativas que se convirtieron en grandes retos: corrupción, inseguridad, crecimiento económico. La desconfianza y el hartazgo en contra de los gobiernos del PAN y PRI, derivado también de la desigualdad y la pobreza abonaron en favor del candidato presidencial de Morena y sus legisladores.

Durante todo el año pasado muchos se dedicaron a generar propaganda para descalificar al gobierno de la Cuarta Transformación. Ya lo señalaba la semana pasada, “hace poco más de un año algunos analistas vaticinaban un “desastre” para la economía del país”. La catástrofe que profetizaron no llegó.

Traigo esto a cuento por las declaraciones del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el priísta José Ángel Gurría, quien justificó el bajo crecimiento de México en 2019. Uno de los factores, explicó, tiene que ver con la crisis que hubo a nivel internacional, la que, dijo, “mermó la inversión”, además de subrayar: “también coincidió con un cambio en el gobierno”.

“¿Qué sucede con un país como México que depende crucialmente del crecimiento del comercio y de las inversiones a nivel internacional?”, se preguntó para después señalar que México “es uno de los países más abiertos del mundo, pues entonces le pega más”.

Gurría quien fue canciller y secretario de Hacienda en el gobierno de Ernesto Zedillo fue puntual al explicar otro de los factores del porqué en buena medida el crecimiento económico fue nulo: “Además coincide con que era primer año de gobierno; siempre los primeros años de gobierno hay alguna atonía económica”, detalló.

Muchos analistas hablan de la “bondad” y de la “paciencia” que tuvieron las calificadoras para el gobierno de López Obrador, “dejando para después sus acciones hacia México”. Sin embargo no hay que olvidar que dichas calificadoras tienen intereses, y la llegada de un gobierno no alineado al sistema financiero internacional prevaleciente, es evidente que al menos lo iban a criticar arduamente.

La fórmula para crecer en el país es que empresarios y gobierno inviertan. Desde el Congreso debemos dar certidumbre a la iniciativa privada, pero no aquella certidumbre que les permitía enriquecerse de manera escandalosa, grosera, donde la corrupción era el principal ingrediente que les consentía no hacer negocios, no. Lo que hicieron, con el beneplácito de los gobiernos panistas y priístas, fue atracar a la nación, a los mexicanos que dejaron de ser beneficiarios de un mejor sistema de seguridad social, de generación de empleos dignamente remunerados, en fin, de un mejor sistema de vida.

Interesante pues resulta la revisión de las declaraciones de José Ángel Gurría; hay que reconocer que si bien ha hecho críticas al gobierno desde su posición como Secretario General de la OCDE, también ha sabido reconocer y atajar las versiones de que la política económica del gobierno de la 4T significaría una catástrofe para México y para los mexicanos.

Explicó que “en la década reciente parecía que ya habría despegue, tras la más profunda crisis económica de nuestras vidas colectivas, pero en 2018 se repitió la problemática, asociada a conflictos comerciales”, lo que supongo, desde luego, afectó también a la economía mexicana, y esto muy pocos lo acotaron en sus análisis que, insisto, se convirtieron más en acciones de propaganda en contra del gobierno que llegaba, que en análisis honestos.

Gurría ha aplaudido, por ejemplo, el hecho que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, haya anunciado la liberación del gasto público, “lo cual para todos fue una buena noticia”, afirmó.

Desde el gobierno, y las y los legisladores de Morena, claro está, no debemos aprovechar las “circunstancias” que explicó Gurría para justificar siempre el no avance que se requiere. Efectivamente, “nunca hemos tenido una crisis tan severa como la que hubo en los últimos 10 años a nivel mundial”, pero necesitamos de muchos más para que el país crezca y la economía de los mexicanos mejore sustancialmente

Desde luego que el país requiere de la opinión, del punto de vista crítico de los especialistas, de los analistas que con juicio sano dejen ver y entender al gobierno y a quienes no somos versados en la materia, lo que pasa con la economía, pero no a partir de campañas maliciosa, de propaganda que muchas veces se nota mal intencionada, y que detrás de esta hay fuertes intereses de quienes se habían venido favoreciendo de que las cosas marcharan a su imagen y semejanza.


Senadora de Morena

Desde la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, le llovieron miles de críticas de analistas y de sus opositores; algunas –considero- en buena lid, y otras con toda la mala leche del mundo.

Sí, desde luego, es preocupante que el crecimiento el año pasado haya sido prácticamente cero, lo cual genera incertidumbre por lo que es necesario que en este año, el país crezca de manera sostenida al menos en 1.5 puntos porcentuales, aunque lo ideal sería el 4%.

Efectivamente la llegada del nuevo gobierno en diciembre de 2018 generó en la ciudadanía expectativas que se convirtieron en grandes retos: corrupción, inseguridad, crecimiento económico. La desconfianza y el hartazgo en contra de los gobiernos del PAN y PRI, derivado también de la desigualdad y la pobreza abonaron en favor del candidato presidencial de Morena y sus legisladores.

Durante todo el año pasado muchos se dedicaron a generar propaganda para descalificar al gobierno de la Cuarta Transformación. Ya lo señalaba la semana pasada, “hace poco más de un año algunos analistas vaticinaban un “desastre” para la economía del país”. La catástrofe que profetizaron no llegó.

Traigo esto a cuento por las declaraciones del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el priísta José Ángel Gurría, quien justificó el bajo crecimiento de México en 2019. Uno de los factores, explicó, tiene que ver con la crisis que hubo a nivel internacional, la que, dijo, “mermó la inversión”, además de subrayar: “también coincidió con un cambio en el gobierno”.

“¿Qué sucede con un país como México que depende crucialmente del crecimiento del comercio y de las inversiones a nivel internacional?”, se preguntó para después señalar que México “es uno de los países más abiertos del mundo, pues entonces le pega más”.

Gurría quien fue canciller y secretario de Hacienda en el gobierno de Ernesto Zedillo fue puntual al explicar otro de los factores del porqué en buena medida el crecimiento económico fue nulo: “Además coincide con que era primer año de gobierno; siempre los primeros años de gobierno hay alguna atonía económica”, detalló.

Muchos analistas hablan de la “bondad” y de la “paciencia” que tuvieron las calificadoras para el gobierno de López Obrador, “dejando para después sus acciones hacia México”. Sin embargo no hay que olvidar que dichas calificadoras tienen intereses, y la llegada de un gobierno no alineado al sistema financiero internacional prevaleciente, es evidente que al menos lo iban a criticar arduamente.

La fórmula para crecer en el país es que empresarios y gobierno inviertan. Desde el Congreso debemos dar certidumbre a la iniciativa privada, pero no aquella certidumbre que les permitía enriquecerse de manera escandalosa, grosera, donde la corrupción era el principal ingrediente que les consentía no hacer negocios, no. Lo que hicieron, con el beneplácito de los gobiernos panistas y priístas, fue atracar a la nación, a los mexicanos que dejaron de ser beneficiarios de un mejor sistema de seguridad social, de generación de empleos dignamente remunerados, en fin, de un mejor sistema de vida.

Interesante pues resulta la revisión de las declaraciones de José Ángel Gurría; hay que reconocer que si bien ha hecho críticas al gobierno desde su posición como Secretario General de la OCDE, también ha sabido reconocer y atajar las versiones de que la política económica del gobierno de la 4T significaría una catástrofe para México y para los mexicanos.

Explicó que “en la década reciente parecía que ya habría despegue, tras la más profunda crisis económica de nuestras vidas colectivas, pero en 2018 se repitió la problemática, asociada a conflictos comerciales”, lo que supongo, desde luego, afectó también a la economía mexicana, y esto muy pocos lo acotaron en sus análisis que, insisto, se convirtieron más en acciones de propaganda en contra del gobierno que llegaba, que en análisis honestos.

Gurría ha aplaudido, por ejemplo, el hecho que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, haya anunciado la liberación del gasto público, “lo cual para todos fue una buena noticia”, afirmó.

Desde el gobierno, y las y los legisladores de Morena, claro está, no debemos aprovechar las “circunstancias” que explicó Gurría para justificar siempre el no avance que se requiere. Efectivamente, “nunca hemos tenido una crisis tan severa como la que hubo en los últimos 10 años a nivel mundial”, pero necesitamos de muchos más para que el país crezca y la economía de los mexicanos mejore sustancialmente

Desde luego que el país requiere de la opinión, del punto de vista crítico de los especialistas, de los analistas que con juicio sano dejen ver y entender al gobierno y a quienes no somos versados en la materia, lo que pasa con la economía, pero no a partir de campañas maliciosa, de propaganda que muchas veces se nota mal intencionada, y que detrás de esta hay fuertes intereses de quienes se habían venido favoreciendo de que las cosas marcharan a su imagen y semejanza.


Senadora de Morena