/ martes 24 de abril de 2018

Las postverdades del postdebate

Luego del primero de los tres debates presidenciales organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) el pasado domingo en el Palacio de Minería (que ni conoce Napito Gómez Urrutia), todos los candidatos y la candidata, se declararon ganadores, como marca el capítulo primero, artículo uno del Manual del Post Debate.


Durante el espectáculo, televisado en un horario que no compitiera con el estreno de la serie basada en la vida de Luis Miguel en Netflix, los moderadores, Denise Maerker, Azucena Uresti y Sergio Sarmiento, muy bien. Ellos se llevaron la noche, con un formato más flexible y directo, como las preguntas que les soltaron a los abanderados de las distintas fuerzas políticas (menos a “El Jaguar” Ríos Piter, que se bajó al declinar por Meade) quienes echaron mano de gráficas y todo lo que se les ocurriera, como dijera el propio Peje (pero no lagarto) “para echarle montón”.


Sin duda, el más pintoresco y ocurrente (que no efectivo) fue Jaime Rodríguez “El Bronco” a quien más que sus adversarios, tundieron las figuras de Televisa, Milenio y Azteca. Incluso revivieron el audio falso de su esposa usado en 2105. Desde la bala que mostró para decir que también ha sido víctima, hasta la propuesta de que todas las preparatorias sean militarizadas para enderezar a los que hagan travesuras como él (que llamó gordas a niñas embarazadas), acaparó la atención con su idea de mochar la mano a los que roben. ¡N´ombre, un genio! debió haber pensado, pero no lo dijo, Meade, quien parecía maestro dando clases, pero sin conectar con la audiencia.


El priista-ciudadano es el más preparado, con más amplia experiencia en el sector público y una buena dosis de decencia, pero no prende, no motiva y no levanta. Intentó vender el logro de quitar al fuero al presidente, de ir contra jueces corruptos y ya dijo que espera que AMLO le cumpla y le done (como a sus hijos) alguno de los departamentos que no declaró. Pepe Toño arremetió contra López Obrador por no responder claramente sobre la amnistía que propone para acabar con la violencia; lo acusó de vivir de los tres mil millones que recibe MORENA y del nepotismo dentro de su franquicia.


El tabasqueño ironizó que “humildemente, pobremente” iba muy arriba en las encuestas y que el no miente, no roba y no traiciona, pues es mil veces honesto. Se dijo a favor de la segunda vuelta electoral, de la revocación de mandato e insistió en vender el avión presidencial. Insistió, primero los pobres y en traer al Papa para que haya paz, luego de la estafa maestra y los más de 200 mil muertos del PRIAN.


Quien más lo cuestionó fue Ricardo Anaya, el mejor polemista, sin duda. Sin hablar inglés ni francés, propuso desmantelar el crimen organizado, la cárcel y muerte civil al ladrón y fomentar deporte, cultura y educación para el desarrollo nacional. Y se lanzó a la yugular diciendo que Andrés Manuel espanta las inversiones y pacta con criminales como Ponce, Bejarano, Imaz y Elba Esther Gordillo. Reviró que la PGR no lo persigue y que va por un Fiscal Anticorrupción Independiente y que el gobierno no pague nada en efectivo. Fue el único que mencionó a los Duarte y al socavón del Paso Exprés de Cuernavaca como sinónimos de corrupción.


Margarita, ternurita, no explotó su posición como única mujer. Titubeó, trastabilló, se vio acartonada y con la sombra de Felipe Calderón todo el tiempo sobre ella, que dice que tiene el valor y los valores para gobernar, tomando (sic) sola todas las decisiones. Mencionó los moches, a Odebrecht y OHL y ya. Se quejó de inequidad pues está sin partido, sin dinero y sin spots, que si tienen todos los demás que han estado, fustigó, en el PRI. Remató: “el gobierno nos falló a todos”. No dijo cual.


De esto y más platicamos en una mesa de análisis luego del debate en las señales de Instituto Morelense de Radio y Televisión, por primera vez en su historia, y con colegas columnistas de El Sol de Cuernavaca como Michelle Onofre y Víctor Hugo Bolaños, así como Pablo Rubén Villalobos de La 99 FM y María Helena González, historiadora del arte y experta en semiología de la imagen. Gracias a ellos y a quienes nos vieron. Y vamos por más, que esto apenas comienza y se calientan motores para los debates estatales.


Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.


Comentarios: cfelix7@hotmail.com

Twitter: @CarlosFelix1

Luego del primero de los tres debates presidenciales organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) el pasado domingo en el Palacio de Minería (que ni conoce Napito Gómez Urrutia), todos los candidatos y la candidata, se declararon ganadores, como marca el capítulo primero, artículo uno del Manual del Post Debate.


Durante el espectáculo, televisado en un horario que no compitiera con el estreno de la serie basada en la vida de Luis Miguel en Netflix, los moderadores, Denise Maerker, Azucena Uresti y Sergio Sarmiento, muy bien. Ellos se llevaron la noche, con un formato más flexible y directo, como las preguntas que les soltaron a los abanderados de las distintas fuerzas políticas (menos a “El Jaguar” Ríos Piter, que se bajó al declinar por Meade) quienes echaron mano de gráficas y todo lo que se les ocurriera, como dijera el propio Peje (pero no lagarto) “para echarle montón”.


Sin duda, el más pintoresco y ocurrente (que no efectivo) fue Jaime Rodríguez “El Bronco” a quien más que sus adversarios, tundieron las figuras de Televisa, Milenio y Azteca. Incluso revivieron el audio falso de su esposa usado en 2105. Desde la bala que mostró para decir que también ha sido víctima, hasta la propuesta de que todas las preparatorias sean militarizadas para enderezar a los que hagan travesuras como él (que llamó gordas a niñas embarazadas), acaparó la atención con su idea de mochar la mano a los que roben. ¡N´ombre, un genio! debió haber pensado, pero no lo dijo, Meade, quien parecía maestro dando clases, pero sin conectar con la audiencia.


El priista-ciudadano es el más preparado, con más amplia experiencia en el sector público y una buena dosis de decencia, pero no prende, no motiva y no levanta. Intentó vender el logro de quitar al fuero al presidente, de ir contra jueces corruptos y ya dijo que espera que AMLO le cumpla y le done (como a sus hijos) alguno de los departamentos que no declaró. Pepe Toño arremetió contra López Obrador por no responder claramente sobre la amnistía que propone para acabar con la violencia; lo acusó de vivir de los tres mil millones que recibe MORENA y del nepotismo dentro de su franquicia.


El tabasqueño ironizó que “humildemente, pobremente” iba muy arriba en las encuestas y que el no miente, no roba y no traiciona, pues es mil veces honesto. Se dijo a favor de la segunda vuelta electoral, de la revocación de mandato e insistió en vender el avión presidencial. Insistió, primero los pobres y en traer al Papa para que haya paz, luego de la estafa maestra y los más de 200 mil muertos del PRIAN.


Quien más lo cuestionó fue Ricardo Anaya, el mejor polemista, sin duda. Sin hablar inglés ni francés, propuso desmantelar el crimen organizado, la cárcel y muerte civil al ladrón y fomentar deporte, cultura y educación para el desarrollo nacional. Y se lanzó a la yugular diciendo que Andrés Manuel espanta las inversiones y pacta con criminales como Ponce, Bejarano, Imaz y Elba Esther Gordillo. Reviró que la PGR no lo persigue y que va por un Fiscal Anticorrupción Independiente y que el gobierno no pague nada en efectivo. Fue el único que mencionó a los Duarte y al socavón del Paso Exprés de Cuernavaca como sinónimos de corrupción.


Margarita, ternurita, no explotó su posición como única mujer. Titubeó, trastabilló, se vio acartonada y con la sombra de Felipe Calderón todo el tiempo sobre ella, que dice que tiene el valor y los valores para gobernar, tomando (sic) sola todas las decisiones. Mencionó los moches, a Odebrecht y OHL y ya. Se quejó de inequidad pues está sin partido, sin dinero y sin spots, que si tienen todos los demás que han estado, fustigó, en el PRI. Remató: “el gobierno nos falló a todos”. No dijo cual.


De esto y más platicamos en una mesa de análisis luego del debate en las señales de Instituto Morelense de Radio y Televisión, por primera vez en su historia, y con colegas columnistas de El Sol de Cuernavaca como Michelle Onofre y Víctor Hugo Bolaños, así como Pablo Rubén Villalobos de La 99 FM y María Helena González, historiadora del arte y experta en semiología de la imagen. Gracias a ellos y a quienes nos vieron. Y vamos por más, que esto apenas comienza y se calientan motores para los debates estatales.


Hasta la próxima entrega, donde podrán seguir leyendo lo que hay en mi mente.


Comentarios: cfelix7@hotmail.com

Twitter: @CarlosFelix1

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