/ jueves 13 de enero de 2022

Las cuentas del agua como una herramienta en la toma de desiciones

A pesar de la importancia que tiene el agua para el ser humano, generalmente no existe información confiable y completa que permita contar con elementos para la toma de decisiones de políticas públicas relacionadas con el tema.

La gestión adecuada del agua no solo requiere información sobre el ciclo hidrológico, sino también diferentes campos de conocimiento para comprender las complejas interrelaciones que existen entre el agua y otros aspectos de la vida humana.

Los datos de las más diversas fuentes deben ser integrados, analizados y convertidos en información útil para quienes desarrollan y evalúan las políticas públicas relativas al recurso. En las democracias, la sociedad en su conjunto participa de alguna manera en el proceso de toma de decisiones.

Por lo tanto, en primera instancia debe existir información confiable, completa y consistente para el público en general, organizaciones no gubernamentales, diferentes niveles de gobierno, investigadores, operadores y gerentes de diferentes actores involucrados en la gestión del agua.

Los Sistemas Estadísticos Nacionales, conformados a partir de los principios acordados bajo la recomendación de la Comisión de Estadística de la ONU, constituyen una base institucional muy sólida para la integración de información económica, social y ambiental, relevante para el desarrollo y evaluación de políticas públicas.

En ese sentido cabe recordar que, después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de la Tierra, Río 1992), la Agenda 21 destacó la necesidad de un enfoque de sistemas para monitorear la transición hacia el desarrollo sostenible.

Para ello, se propuso una solución específica; el desarrollo de cuentas ambientales y económicas integradas. Por ello a partir de 1992, la comunidad internacional ha estado trabajando arduamente para preparar un sistema de contabilidad que ha llevado al desarrollo del Sistema de Cuentas Económicas Ambientales.

El Sistema de Cuentas Económicas Ambientales del Agua es un subsistema del anterior y en específico para el agua. El tema del agua se consideró prioritario, por lo que fue el primer subsistema desarrollado y aplicado en los países.

El desarrollo de este subsistema permitió avanzar en el desarrollo del SCEA en su conjunto. Dado que SCEA-agua es un subsistema de SCEA, su uso facilita que los administradores del agua evalúen las interacciones entre los recursos hídricos y otros recursos naturales, así como los servicios de los ecosistemas.

Como parte de la implementación de SCEA-Agua, se desarrollaron las Recomendaciones Internacionales para Estadísticas del Agua (RIEA), las cuales son un conjunto consensuado de recomendaciones para la recopilación de información relacionada con el agua a nivel internacional. Las recomendaciones proporcionan una lista de datos para respaldar la compilación, elaboración y difusión de estadísticas del agua, así como su integración en las Cuentas del Agua.

El Programa ha realizado un seguimiento de los objetivos del milenio relacionados con el agua. Programa Conjunto de Monitoreo (JMP) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por UNICEF.

Para el seguimiento de los Objetivos del Desarrollo Sustentable, se propuso que los propios países sean los responsables del seguimiento. Por otro lado, se pretende ampliar el Programa Conjunto de Monitoreo para conformar la Iniciativa Global Ampliada de Monitoreo del Agua (GEMI), en la que, además de OMS y UNICEF, participarán otras organizaciones, como la OMM, ONU -Hábitat y PNUMA.

El reconocimiento internacional del Derecho Humano al agua ha servido para impulsar el acceso universal al mismo y, en general, otorgar mayor prioridad al tema. El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció que el acceso al agua y al saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y el resto de los derechos humanos.

En este contexto, México es un país con un gran contraste en disponibilidad de agua, población y desarrollo económico. Mientras que el norte del país es árido o semiárido con una precipitación media inferior a 600 mm / año, el sur es muy húmedo con una precipitación media de alrededor de 1.500 mm / año. Sin embargo, es de llamar la atención que aproximadamente el 77% de la población, que genera el 78% del PIB, vive en la región norte y en cuanto a agua potable y alcantarillado, en el norte hay altos niveles de cobertura, mientras que en el sur hay una gran carencia.

En la primera parte del siglo XX, la política del agua en México se centró en la construcción de la infraestructura hidráulica para desarrollar el riego, la producción de electricidad y el suministro de agua potable a la creciente población del país.

En la década de 1980 resultó evidente que era necesario cambiar el enfoque de la política del agua con menor énfasis en la construcción de infraestructura y el aumento del suministro de agua y más control de la demanda.

En 1989 se crea la Comisión Nacional del Agua (CONÁGUA) con el objetivo de integrar en una sola organización las diversas tareas de gestión del agua y formulación de la política del agua. Por ley, CONÁGUA debe desarrollar un Programa Nacional de Agua cada seis años.

La ley de 1992 marca un momento muy importante en el desarrollo de la política hídrica del país, ya que crea el Registro Público de Derechos de Agua y permite un mayor control sobre las extracciones y descargas de agua. También se establece el pago de tasas (derechos) por la extracción de agua.

En 2004 se realizaron reformas a la Ley Nacional de Aguas, que creó el concepto de Sistema Nacional de Información sobre Cantidad, Calidad, Uso y Conservación del Agua. El sistema, denominado SINA, pretende ser un instrumento básico de la política hídrica nacional.

Para apoyar al SINA, en 2005 se creó el Grupo Temático del Agua. Este grupo agrupa a los principales productores de información relacionada con el agua. El grupo está liderado por CONAGUA, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Por otra parte, desde 1999, toda la información sobre el agua se ha integrado en una publicación con el fin de contar con cifras consistentes que sustenten la formulación del Programa Nacional del Agua y su seguimiento.

De 1999 a 2002 la publicación se denominó Compendio del Agua en México. Desde 2003 se denomina Estadísticas del Agua en México y se publica anualmente.

En 2008, luego de reformas al artículo 26 de la Constitución Política de México, se publicó la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, que regula la generación de información necesaria para apoyar el desarrollo y evaluación de políticas públicas.

En 2010 se creó el Comité Técnico Especializado en Información en Materia del Agua (CETAGUA) con el objetivo de definir la estrategia de recolección y recopilación de información de interés nacional relacionada con el agua. El trabajo realizado en el ámbito del Grupo Temático de Agua y CETAGUA, así como la publicación continuada de Estadísticas del Agua en México, permiten sentar las bases para la elaboración de las Cuentas Económicas Ambientales del Agua de acuerdo con SCEA.

A partir de 2014, CONAGUA e INEGI trabajaron juntos en la elaboración de las primeras versiones de las Cuentas del Agua, que se denominaron cuentas piloto. Las cuentas piloto no han evolucionado en el sentido de presentar mayor detalle sobre las actividades económicas, ni sobre la parte geográfica (por ejemplo: las diferencias entre el norte y el sur del país).

El SINA permitió la integración de toda la información relacionada con el agua, lo cual ha sido de gran utilidad en el proceso de toma de decisiones. Si bien es cierto, el trabajo conjunto entre CONAGUA e INEGI ha sido muy productivo y se ha intensificado gracias a la publicación de la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, y no obstante la publicación periódica de estadísticas integradas del agua, aún no es posible contar con Cuentas de Agua completas que se puedan utilizar para el diseño y evaluación de políticas de agua.

Se crearon marcos estándar de la SCEA, pero estos no han sido interpretados para su uso por los tomadores de decisiones y el público en general. Es necesario un mayor trabajo conjunto entre CONAGUA e INEGI para que los marcos estándar sean ampliamente utilizados.

Las Cuentas del Agua deben realizarse con mayor detalle, tanto en términos de actividades, regiones y tiempos. Por ejemplo, sería muy útil tener Cuentas para el norte y sureste del país, ya que las dos zonas son muy diferentes desde el punto de vista poblacional, económico y capacidad hídrica renovable. La estacionalidad es otro aspecto muy importante a tener en cuenta en las consideraciones de Agua de México, ya que el 80% de las precipitaciones se dan en la mitad húmeda del año.

Desde mi visión como economista y en conclusión, considero que la realización de Cuentas de Agua requiere cambios en la forma de hacer estadísticas. Esto es, lo que se llama un proyecto de innovación, ya que cambiaría los procesos existentes. Hacer cambios en los procesos existentes es difícil, ya que los seres humanos y las instituciones se resisten al cambio (las instituciones son como hábitos).

El cambio requiere tiempo y esfuerzo, así como un liderazgo fuerte que lo permita. Las cuentas de agua deben complementarse con otra información. Los reportes actuales son simplemente una herramienta de trabajo, pero no muestran los resultados completos. Es necesario crear otras herramientas, gráficos y documentos para complementar la información en las Cuentas y ponerlos en contexto.

El carácter holístico de las cuentas hace necesario obtener información sobre muchos temas. Es posible que se desee comenzar por consolidar las cuentas de agua para temas cuantitativos del agua.

El tema del financiamiento del agua y el saneamiento ofrece una gran área de oportunidad para el uso directo de las cuentas de agua. Por último, es necesario comprender en profundidad cómo funciona el Sistema de Cuentas Nacionales y cuáles son los supuestos y categorías conceptuales de lo que se está trabajando.

Es muy útil aprender a leer las Cuentas Nacionales y el ciclo monetario de los países. También es útil comparar cuentas de diferentes países para comprender nuestro propio país. Una vez que se comprenda el ciclo monetario del país, es posible hacer algo similar con el ciclo del agua.


A pesar de la importancia que tiene el agua para el ser humano, generalmente no existe información confiable y completa que permita contar con elementos para la toma de decisiones de políticas públicas relacionadas con el tema.

La gestión adecuada del agua no solo requiere información sobre el ciclo hidrológico, sino también diferentes campos de conocimiento para comprender las complejas interrelaciones que existen entre el agua y otros aspectos de la vida humana.

Los datos de las más diversas fuentes deben ser integrados, analizados y convertidos en información útil para quienes desarrollan y evalúan las políticas públicas relativas al recurso. En las democracias, la sociedad en su conjunto participa de alguna manera en el proceso de toma de decisiones.

Por lo tanto, en primera instancia debe existir información confiable, completa y consistente para el público en general, organizaciones no gubernamentales, diferentes niveles de gobierno, investigadores, operadores y gerentes de diferentes actores involucrados en la gestión del agua.

Los Sistemas Estadísticos Nacionales, conformados a partir de los principios acordados bajo la recomendación de la Comisión de Estadística de la ONU, constituyen una base institucional muy sólida para la integración de información económica, social y ambiental, relevante para el desarrollo y evaluación de políticas públicas.

En ese sentido cabe recordar que, después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de la Tierra, Río 1992), la Agenda 21 destacó la necesidad de un enfoque de sistemas para monitorear la transición hacia el desarrollo sostenible.

Para ello, se propuso una solución específica; el desarrollo de cuentas ambientales y económicas integradas. Por ello a partir de 1992, la comunidad internacional ha estado trabajando arduamente para preparar un sistema de contabilidad que ha llevado al desarrollo del Sistema de Cuentas Económicas Ambientales.

El Sistema de Cuentas Económicas Ambientales del Agua es un subsistema del anterior y en específico para el agua. El tema del agua se consideró prioritario, por lo que fue el primer subsistema desarrollado y aplicado en los países.

El desarrollo de este subsistema permitió avanzar en el desarrollo del SCEA en su conjunto. Dado que SCEA-agua es un subsistema de SCEA, su uso facilita que los administradores del agua evalúen las interacciones entre los recursos hídricos y otros recursos naturales, así como los servicios de los ecosistemas.

Como parte de la implementación de SCEA-Agua, se desarrollaron las Recomendaciones Internacionales para Estadísticas del Agua (RIEA), las cuales son un conjunto consensuado de recomendaciones para la recopilación de información relacionada con el agua a nivel internacional. Las recomendaciones proporcionan una lista de datos para respaldar la compilación, elaboración y difusión de estadísticas del agua, así como su integración en las Cuentas del Agua.

El Programa ha realizado un seguimiento de los objetivos del milenio relacionados con el agua. Programa Conjunto de Monitoreo (JMP) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por UNICEF.

Para el seguimiento de los Objetivos del Desarrollo Sustentable, se propuso que los propios países sean los responsables del seguimiento. Por otro lado, se pretende ampliar el Programa Conjunto de Monitoreo para conformar la Iniciativa Global Ampliada de Monitoreo del Agua (GEMI), en la que, además de OMS y UNICEF, participarán otras organizaciones, como la OMM, ONU -Hábitat y PNUMA.

El reconocimiento internacional del Derecho Humano al agua ha servido para impulsar el acceso universal al mismo y, en general, otorgar mayor prioridad al tema. El 28 de julio de 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció que el acceso al agua y al saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y el resto de los derechos humanos.

En este contexto, México es un país con un gran contraste en disponibilidad de agua, población y desarrollo económico. Mientras que el norte del país es árido o semiárido con una precipitación media inferior a 600 mm / año, el sur es muy húmedo con una precipitación media de alrededor de 1.500 mm / año. Sin embargo, es de llamar la atención que aproximadamente el 77% de la población, que genera el 78% del PIB, vive en la región norte y en cuanto a agua potable y alcantarillado, en el norte hay altos niveles de cobertura, mientras que en el sur hay una gran carencia.

En la primera parte del siglo XX, la política del agua en México se centró en la construcción de la infraestructura hidráulica para desarrollar el riego, la producción de electricidad y el suministro de agua potable a la creciente población del país.

En la década de 1980 resultó evidente que era necesario cambiar el enfoque de la política del agua con menor énfasis en la construcción de infraestructura y el aumento del suministro de agua y más control de la demanda.

En 1989 se crea la Comisión Nacional del Agua (CONÁGUA) con el objetivo de integrar en una sola organización las diversas tareas de gestión del agua y formulación de la política del agua. Por ley, CONÁGUA debe desarrollar un Programa Nacional de Agua cada seis años.

La ley de 1992 marca un momento muy importante en el desarrollo de la política hídrica del país, ya que crea el Registro Público de Derechos de Agua y permite un mayor control sobre las extracciones y descargas de agua. También se establece el pago de tasas (derechos) por la extracción de agua.

En 2004 se realizaron reformas a la Ley Nacional de Aguas, que creó el concepto de Sistema Nacional de Información sobre Cantidad, Calidad, Uso y Conservación del Agua. El sistema, denominado SINA, pretende ser un instrumento básico de la política hídrica nacional.

Para apoyar al SINA, en 2005 se creó el Grupo Temático del Agua. Este grupo agrupa a los principales productores de información relacionada con el agua. El grupo está liderado por CONAGUA, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Por otra parte, desde 1999, toda la información sobre el agua se ha integrado en una publicación con el fin de contar con cifras consistentes que sustenten la formulación del Programa Nacional del Agua y su seguimiento.

De 1999 a 2002 la publicación se denominó Compendio del Agua en México. Desde 2003 se denomina Estadísticas del Agua en México y se publica anualmente.

En 2008, luego de reformas al artículo 26 de la Constitución Política de México, se publicó la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, que regula la generación de información necesaria para apoyar el desarrollo y evaluación de políticas públicas.

En 2010 se creó el Comité Técnico Especializado en Información en Materia del Agua (CETAGUA) con el objetivo de definir la estrategia de recolección y recopilación de información de interés nacional relacionada con el agua. El trabajo realizado en el ámbito del Grupo Temático de Agua y CETAGUA, así como la publicación continuada de Estadísticas del Agua en México, permiten sentar las bases para la elaboración de las Cuentas Económicas Ambientales del Agua de acuerdo con SCEA.

A partir de 2014, CONAGUA e INEGI trabajaron juntos en la elaboración de las primeras versiones de las Cuentas del Agua, que se denominaron cuentas piloto. Las cuentas piloto no han evolucionado en el sentido de presentar mayor detalle sobre las actividades económicas, ni sobre la parte geográfica (por ejemplo: las diferencias entre el norte y el sur del país).

El SINA permitió la integración de toda la información relacionada con el agua, lo cual ha sido de gran utilidad en el proceso de toma de decisiones. Si bien es cierto, el trabajo conjunto entre CONAGUA e INEGI ha sido muy productivo y se ha intensificado gracias a la publicación de la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, y no obstante la publicación periódica de estadísticas integradas del agua, aún no es posible contar con Cuentas de Agua completas que se puedan utilizar para el diseño y evaluación de políticas de agua.

Se crearon marcos estándar de la SCEA, pero estos no han sido interpretados para su uso por los tomadores de decisiones y el público en general. Es necesario un mayor trabajo conjunto entre CONAGUA e INEGI para que los marcos estándar sean ampliamente utilizados.

Las Cuentas del Agua deben realizarse con mayor detalle, tanto en términos de actividades, regiones y tiempos. Por ejemplo, sería muy útil tener Cuentas para el norte y sureste del país, ya que las dos zonas son muy diferentes desde el punto de vista poblacional, económico y capacidad hídrica renovable. La estacionalidad es otro aspecto muy importante a tener en cuenta en las consideraciones de Agua de México, ya que el 80% de las precipitaciones se dan en la mitad húmeda del año.

Desde mi visión como economista y en conclusión, considero que la realización de Cuentas de Agua requiere cambios en la forma de hacer estadísticas. Esto es, lo que se llama un proyecto de innovación, ya que cambiaría los procesos existentes. Hacer cambios en los procesos existentes es difícil, ya que los seres humanos y las instituciones se resisten al cambio (las instituciones son como hábitos).

El cambio requiere tiempo y esfuerzo, así como un liderazgo fuerte que lo permita. Las cuentas de agua deben complementarse con otra información. Los reportes actuales son simplemente una herramienta de trabajo, pero no muestran los resultados completos. Es necesario crear otras herramientas, gráficos y documentos para complementar la información en las Cuentas y ponerlos en contexto.

El carácter holístico de las cuentas hace necesario obtener información sobre muchos temas. Es posible que se desee comenzar por consolidar las cuentas de agua para temas cuantitativos del agua.

El tema del financiamiento del agua y el saneamiento ofrece una gran área de oportunidad para el uso directo de las cuentas de agua. Por último, es necesario comprender en profundidad cómo funciona el Sistema de Cuentas Nacionales y cuáles son los supuestos y categorías conceptuales de lo que se está trabajando.

Es muy útil aprender a leer las Cuentas Nacionales y el ciclo monetario de los países. También es útil comparar cuentas de diferentes países para comprender nuestro propio país. Una vez que se comprenda el ciclo monetario del país, es posible hacer algo similar con el ciclo del agua.