/ miércoles 23 de febrero de 2022

Las consecuencias del desperdicio del agua

Múltiples son las causas de la crisis del agua presente hoy en la capital morelense. Es de esperar que, en la interfaz técnica y tecnológica entre el saneamiento y los recursos hídricos, surjan problemas en aspectos como el control de pérdidas, la gestión de la demanda, la mejora de la eficiencia de la recolección y el tratamiento de las aguas residuales domésticas, el debate sobre el uso de soluciones para la eliminación de aguas residuales, la implementación de sistemas de reutilización de agua, la minimización de la liberación de desechos sólidos en las vías fluviales, el control de la contaminación de las aguas subterráneas, el control de la contaminación difusa por agua de lluvia, la mejora de la gestión de los desechos sólidos.

Estos temas refuerzan el imperativo de integrar las dimensiones de cantidad y calidad del agua en la gestión de los recursos hídricos, así como en las acciones de saneamiento.

En éste último rubro, el saneamiento se presenta como un servicio público y los gobiernos detentan la responsabilidad de responder a objetivos de servicio y cobertura.

Uno de los principales desafíos para el sector es atender a poblaciones en situación de pobreza concentradas en áreas marginadas o dispersas en zonas rurales.

Estos retos son tanto de carácter económico-financiero como tecnológico y de gestión, y deben ser afrontados en el conjunto de políticas integradoras dirigidas a combatir la exclusión social. Deben ser políticas coordinadas que también incluyan vivienda, salud, educación, creación de empleo y mejora de la calidad ambiental.

También como servicio, surgen problemas de financiamiento para el sector para atender las necesidades de ampliación, recuperación y renovación de sistemas y modernización de infraestructura y gestión, con el fin de cumplir con los objetivos de cobertura señalados, requisitos de calidad del servicio y cumplimiento de las progresivamente más exigentes condiciones ambientales, expresadas en normas e imposiciones diversas.

Los servicios de abastecimiento de agua potable y alcantarillado sanitario, en particular, han operado bajo una lógica de autosuficiencia financiera que incorpora tanto la amortización de los montos financiados para inversiones como el reembolso de los costos de operación y mantenimiento del sistema.

Los servicios de drenaje urbano y limpieza pública, en la mayoría de los casos, se han financiado con recursos de la tesorería municipal, eventualmente complementados, con aportes de líneas de crédito nacionales y en ocasiones internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El desarrollo de políticas integradoras entre sectores como recursos hídricos, saneamiento, medio ambiente, salud, desarrollo urbano, vivienda y transporte presenta desafíos institucionales, administrativos y técnicos nada sencillos.

Por otro lado, en Cuernavaca, todavía hay una importante escasez de infraestructura de saneamiento y una gestión que adolece de diversas fallas de los sistemas existentes. Hay muchos factores que permiten comprender las razones de estos hechos, entre ellos:

• el agravamiento de las desigualdades sociales en la distribución de ingresos y oportunidades;

• la fragmentación de las políticas públicas para la prestación de servicios de agua potable y saneamiento, con múltiples agentes y un bajo nivel de integración de acciones;

• problemas relacionados con la concesión y regulación de los servicios de agua potable y saneamiento, que involucran a los distintos niveles de gobierno autoridad y al concesionario;

• la baja capacidad de inversión de varios municipios;

• la carencia de actualización tecnológica y la falta de recursos humanos;

• la precaria base de información y la falta de recursos de apoyo a la toma de decisiones;

• la ausencia de continuidad administrativa y de mecanismos que aseguren la implementación de las acciones y normativas derivadas de la planificación, en su caso, de los procedimientos para evaluar la efectividad de las acciones emprendidas y de las dinámicas para corregir estas acciones cuando sea necesario.

Es importante entender las razones de estas discrepancias y reflexionar sobre las formas de superar dichos límites en términos de desarrollo científico, tecnológico e institucional, ampliación de la capacidad de financiamiento y la creación e implementación de instrumentos regulatorios para el sector, esfuerzo que se ha realizado. por la comunidad técnica y los líderes políticos, pero debe intensificarse.

Las agendas, pública y privada deben enfocarse en el tema de las interfaces en ciencia, tecnología e innovación, tomando en cuenta sus propias dimensiones y algunas características auxiliares.

Dichos referentes buscan resaltar temas de conocimiento y tecnología con especificidades propias de la capital del estado, escala espacial, tipo e intensidad de uso de los recursos naturales.

Algunas de las alternativas tecnológicas son el control de pérdidas físicas en los sistemas de abastecimiento de agua, la reutilización intensiva de agua, las técnicas de recolección de agua de lluvia y la adopción de procedimientos para ahorrar consumo de agua, que pueden involucrar el uso de dispositivos en el uso del agua, acciones educativas y el uso de instrumentos economizadores para fomentar la reducción del consumo.

El reto es migrar al uso de instrumentos de cobro por el uso del agua que, una vez implementado, debe generar cambios en el comportamiento de los operadores del sistema de abastecimiento de agua, en lo que respecta al control de pérdidas en los sistemas, y usuarios industriales y domésticos.

Estos cambios de comportamiento dependen, por un lado, de los valores establecidos para el cobro por los volúmenes distribuidos y, por otro lado, de la elasticidad de la demanda de los diferentes usuarios.

La implementación de la regulación en el sector de agua y saneamiento debe contribuir a lograr avances en la efectividad de políticas públicas.

Múltiples son las causas de la crisis del agua presente hoy en la capital morelense. Es de esperar que, en la interfaz técnica y tecnológica entre el saneamiento y los recursos hídricos, surjan problemas en aspectos como el control de pérdidas, la gestión de la demanda, la mejora de la eficiencia de la recolección y el tratamiento de las aguas residuales domésticas, el debate sobre el uso de soluciones para la eliminación de aguas residuales, la implementación de sistemas de reutilización de agua, la minimización de la liberación de desechos sólidos en las vías fluviales, el control de la contaminación de las aguas subterráneas, el control de la contaminación difusa por agua de lluvia, la mejora de la gestión de los desechos sólidos.

Estos temas refuerzan el imperativo de integrar las dimensiones de cantidad y calidad del agua en la gestión de los recursos hídricos, así como en las acciones de saneamiento.

En éste último rubro, el saneamiento se presenta como un servicio público y los gobiernos detentan la responsabilidad de responder a objetivos de servicio y cobertura.

Uno de los principales desafíos para el sector es atender a poblaciones en situación de pobreza concentradas en áreas marginadas o dispersas en zonas rurales.

Estos retos son tanto de carácter económico-financiero como tecnológico y de gestión, y deben ser afrontados en el conjunto de políticas integradoras dirigidas a combatir la exclusión social. Deben ser políticas coordinadas que también incluyan vivienda, salud, educación, creación de empleo y mejora de la calidad ambiental.

También como servicio, surgen problemas de financiamiento para el sector para atender las necesidades de ampliación, recuperación y renovación de sistemas y modernización de infraestructura y gestión, con el fin de cumplir con los objetivos de cobertura señalados, requisitos de calidad del servicio y cumplimiento de las progresivamente más exigentes condiciones ambientales, expresadas en normas e imposiciones diversas.

Los servicios de abastecimiento de agua potable y alcantarillado sanitario, en particular, han operado bajo una lógica de autosuficiencia financiera que incorpora tanto la amortización de los montos financiados para inversiones como el reembolso de los costos de operación y mantenimiento del sistema.

Los servicios de drenaje urbano y limpieza pública, en la mayoría de los casos, se han financiado con recursos de la tesorería municipal, eventualmente complementados, con aportes de líneas de crédito nacionales y en ocasiones internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El desarrollo de políticas integradoras entre sectores como recursos hídricos, saneamiento, medio ambiente, salud, desarrollo urbano, vivienda y transporte presenta desafíos institucionales, administrativos y técnicos nada sencillos.

Por otro lado, en Cuernavaca, todavía hay una importante escasez de infraestructura de saneamiento y una gestión que adolece de diversas fallas de los sistemas existentes. Hay muchos factores que permiten comprender las razones de estos hechos, entre ellos:

• el agravamiento de las desigualdades sociales en la distribución de ingresos y oportunidades;

• la fragmentación de las políticas públicas para la prestación de servicios de agua potable y saneamiento, con múltiples agentes y un bajo nivel de integración de acciones;

• problemas relacionados con la concesión y regulación de los servicios de agua potable y saneamiento, que involucran a los distintos niveles de gobierno autoridad y al concesionario;

• la baja capacidad de inversión de varios municipios;

• la carencia de actualización tecnológica y la falta de recursos humanos;

• la precaria base de información y la falta de recursos de apoyo a la toma de decisiones;

• la ausencia de continuidad administrativa y de mecanismos que aseguren la implementación de las acciones y normativas derivadas de la planificación, en su caso, de los procedimientos para evaluar la efectividad de las acciones emprendidas y de las dinámicas para corregir estas acciones cuando sea necesario.

Es importante entender las razones de estas discrepancias y reflexionar sobre las formas de superar dichos límites en términos de desarrollo científico, tecnológico e institucional, ampliación de la capacidad de financiamiento y la creación e implementación de instrumentos regulatorios para el sector, esfuerzo que se ha realizado. por la comunidad técnica y los líderes políticos, pero debe intensificarse.

Las agendas, pública y privada deben enfocarse en el tema de las interfaces en ciencia, tecnología e innovación, tomando en cuenta sus propias dimensiones y algunas características auxiliares.

Dichos referentes buscan resaltar temas de conocimiento y tecnología con especificidades propias de la capital del estado, escala espacial, tipo e intensidad de uso de los recursos naturales.

Algunas de las alternativas tecnológicas son el control de pérdidas físicas en los sistemas de abastecimiento de agua, la reutilización intensiva de agua, las técnicas de recolección de agua de lluvia y la adopción de procedimientos para ahorrar consumo de agua, que pueden involucrar el uso de dispositivos en el uso del agua, acciones educativas y el uso de instrumentos economizadores para fomentar la reducción del consumo.

El reto es migrar al uso de instrumentos de cobro por el uso del agua que, una vez implementado, debe generar cambios en el comportamiento de los operadores del sistema de abastecimiento de agua, en lo que respecta al control de pérdidas en los sistemas, y usuarios industriales y domésticos.

Estos cambios de comportamiento dependen, por un lado, de los valores establecidos para el cobro por los volúmenes distribuidos y, por otro lado, de la elasticidad de la demanda de los diferentes usuarios.

La implementación de la regulación en el sector de agua y saneamiento debe contribuir a lograr avances en la efectividad de políticas públicas.