/ sábado 30 de octubre de 2021

¡La UNAM en su lugar, y AMLO en el suyo!

El balance observado por nosotros y que queremos transmitir a quienes nos honran leyendo esta columna es positivo, tanto para la Universidad Nacional como para Andrés Manuel.

Es la expresión máxima de la democracia. No se coarta la libertad ni de los universitarios ni del Presidente. Éste último con el derecho que le da haber sido miembro de la comunidad universitaria, y en esa calidad ha emitido opiniones que deben tomarse en cuenta, que hay que rescatar lo positivo de ellas, y sobretodo ponderar la libertad con la que se ha dado este diálogo que no es monólogo, porque volviendo a la investidura máxima de Andrés Manuel, con esa calidad también ha expresado su preocupación justificada, de que la Universidad siga siendo la de la Nación; nacional; gratuita; y que siga formando profesionistas al servicio de todos los mexicanos y las mexicanas; sin olvidar que la UNAM es un crisol, es la forja, donde todos tienen derecho a participar, y una vez que reciben su formación, cada quien, de acuerdo a sus convicciones servirá al país desde diferentes trincheras.

El caso de Andrés Manuel es notorio y palpable, acaba de reconocerlo y se siente orgulloso de que es el primer egresado de Ciencias Políticas de la UNAM que ocupa la Presidencia de la República.

Por otro lado, la mayoría de los Presidentes egresados de la UNAM hicieron lo que a su convicción, saber y entender debían hacer por México.

No se puede soslayar que la autonomía universitaria significa libertad de cátedra. Autogobierno. Leyes y Reglamentos propios de la Institución. Libertad de expresión. Que la UNAM tiene sus propias leyes para reformarse y así lo ha hecho durante décadas; y para hablar de la época moderna, 1945 cuando se dio su Ley Orgánica y hoy, seguramente se podrán canalizar muchos de los comentarios del Presidente de la República en favor del pueblo de México, de la Universidad y de quienes le deben a ella su formación profesional.

Andrés Manuel en su lugar como Presidente de la República ha tocado durante una semana en las conferencias mañaneras el tópico universitario; no podía ser menos en una república democrática como la nuestra, que frente a sus afirmaciones, expresiones, y manera personal de ser, hubiera diferentes reacciones y respuestas de universitarios muy distinguidos, como fue el caso del artículo escrito por el Doctor Raúl Carrancá y Rivas, Premio Universidad Nacional y Profesor Emérito de esta Institución, quien reiteró que para él, y quedó muy claro, había calumnias y maledicencias que deberían llevar hasta un juicio político al Presidente. Estas son las realidades.

Por otro lado, Andrés Manuel ha dicho con razón, que sus expresiones están dentro del ejercicio de la democracia y de que es, por encima de todo, y antes que nada, un universitario que le debe a la UNAM su pasado, su presente y su futuro.

Esta libertad que también yo ejerzo en esta columna, me permite ponderar los dos extremos para convocarlos a sumar sus opiniones, sus esfuerzos, sus puntos de vista, para que siga creciendo y engrandecer a la Máxima Casa de Estudios del país.

De lo expresado por unos y otros, debe recogerse lo mejor de cada quien, para que la Universidad Nacional Autónoma de México siga siendo el crisol del desarrollo, que como antes dije en otra columna, no podría concebirse el México vigente, el país actual del siglo XXI, sin el acompañamiento, la presencia y la formación de los universitarios que han pasado por esta Institución.

CONCLUSIONES

Primera. El ejercicio democrático en México es una realidad palpable y concreta, ante este último diálogo entre Andrés Manuel y la Universidad Nacional.

Segunda. Recojamos lo mejor de las críticas constructivas que han hecho él y los universitarios que han respondido para mejorar a la Universidad.

Tercera. Ha quedado demostrado plenamente que la Universidad es un organismo vivo, que late, que son los ojos, el corazón y la vida de este país.

Cuarta. Mientras tengamos a la Universidad Nacional como el faro del desarrollo de este país, México seguirá creciendo.


Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com

El balance observado por nosotros y que queremos transmitir a quienes nos honran leyendo esta columna es positivo, tanto para la Universidad Nacional como para Andrés Manuel.

Es la expresión máxima de la democracia. No se coarta la libertad ni de los universitarios ni del Presidente. Éste último con el derecho que le da haber sido miembro de la comunidad universitaria, y en esa calidad ha emitido opiniones que deben tomarse en cuenta, que hay que rescatar lo positivo de ellas, y sobretodo ponderar la libertad con la que se ha dado este diálogo que no es monólogo, porque volviendo a la investidura máxima de Andrés Manuel, con esa calidad también ha expresado su preocupación justificada, de que la Universidad siga siendo la de la Nación; nacional; gratuita; y que siga formando profesionistas al servicio de todos los mexicanos y las mexicanas; sin olvidar que la UNAM es un crisol, es la forja, donde todos tienen derecho a participar, y una vez que reciben su formación, cada quien, de acuerdo a sus convicciones servirá al país desde diferentes trincheras.

El caso de Andrés Manuel es notorio y palpable, acaba de reconocerlo y se siente orgulloso de que es el primer egresado de Ciencias Políticas de la UNAM que ocupa la Presidencia de la República.

Por otro lado, la mayoría de los Presidentes egresados de la UNAM hicieron lo que a su convicción, saber y entender debían hacer por México.

No se puede soslayar que la autonomía universitaria significa libertad de cátedra. Autogobierno. Leyes y Reglamentos propios de la Institución. Libertad de expresión. Que la UNAM tiene sus propias leyes para reformarse y así lo ha hecho durante décadas; y para hablar de la época moderna, 1945 cuando se dio su Ley Orgánica y hoy, seguramente se podrán canalizar muchos de los comentarios del Presidente de la República en favor del pueblo de México, de la Universidad y de quienes le deben a ella su formación profesional.

Andrés Manuel en su lugar como Presidente de la República ha tocado durante una semana en las conferencias mañaneras el tópico universitario; no podía ser menos en una república democrática como la nuestra, que frente a sus afirmaciones, expresiones, y manera personal de ser, hubiera diferentes reacciones y respuestas de universitarios muy distinguidos, como fue el caso del artículo escrito por el Doctor Raúl Carrancá y Rivas, Premio Universidad Nacional y Profesor Emérito de esta Institución, quien reiteró que para él, y quedó muy claro, había calumnias y maledicencias que deberían llevar hasta un juicio político al Presidente. Estas son las realidades.

Por otro lado, Andrés Manuel ha dicho con razón, que sus expresiones están dentro del ejercicio de la democracia y de que es, por encima de todo, y antes que nada, un universitario que le debe a la UNAM su pasado, su presente y su futuro.

Esta libertad que también yo ejerzo en esta columna, me permite ponderar los dos extremos para convocarlos a sumar sus opiniones, sus esfuerzos, sus puntos de vista, para que siga creciendo y engrandecer a la Máxima Casa de Estudios del país.

De lo expresado por unos y otros, debe recogerse lo mejor de cada quien, para que la Universidad Nacional Autónoma de México siga siendo el crisol del desarrollo, que como antes dije en otra columna, no podría concebirse el México vigente, el país actual del siglo XXI, sin el acompañamiento, la presencia y la formación de los universitarios que han pasado por esta Institución.

CONCLUSIONES

Primera. El ejercicio democrático en México es una realidad palpable y concreta, ante este último diálogo entre Andrés Manuel y la Universidad Nacional.

Segunda. Recojamos lo mejor de las críticas constructivas que han hecho él y los universitarios que han respondido para mejorar a la Universidad.

Tercera. Ha quedado demostrado plenamente que la Universidad es un organismo vivo, que late, que son los ojos, el corazón y la vida de este país.

Cuarta. Mientras tengamos a la Universidad Nacional como el faro del desarrollo de este país, México seguirá creciendo.


Director de la Programación Digital de la Revista de Derecho Familiar “Pater Familias” de la UNAM. Politólogo Autodidacta. jhernandez366@hotmail.com