/ jueves 13 de agosto de 2020

La pandemia en Jiutepec

Ninguna autoridad ha salido ilesa de los efectos de la pandemia en Morelos. Presidente, congresistas, gobernadores o alcaldes han visto una caída más o menos dramática en sus niveles de aprobación. El respaldo ciudadano López Obrador ha caído 15 puntos en un año; el de Cuauhtémoc Blanco casi 40% en el mismo período; y los alcaldes del estado han tenido bajas sensibles, de entre 7 y 25 puntos porcentuales casi todos de acuerdo a las mediciones de las encuestadoras. Casi todos, algunos no son medidos y uno pareciera no sufrir tan gravemente los efectos del manejo de la pandemia en el país y el estado.

Rafael Reyes es presidente municipal de Jiutepec, municipio de vocación primordialmente industrial donde radica más del 11% de la población de Morelos. Los efectos de la pandemia en la salud pública del municipio son preocupantes pero menores a los de otros municipios, si se considera la densidad poblacional. Jiutepec concentró por mucho tiempo poco más del 7% de los contagios en el estado, y recién la proporción subió al 9%, lo que preocupa al Ayuntamiento que ha vuelto a reforzar medidas de difusión de las estrategias para evitar contagios.

Los otros efectos de la pandemia, los sociales y económicos, han sido mucho mayores para el municipio que ha visto cerrar en los últimos cuatro meses unas mil unidades productivas y de servicios de las 10 mil 200 que había en la demarcación, el problema grave de pobreza en el municipio se ha ido agravando al grado de multiplicarse la pobreza alimentaria. Pero el compromiso comunitario de los empresarios que decidieron ubicar sus negocios en Jiutepec ha permitido que los despidos sean mínimos, incluso empresas que padecieron desastres como Industrias Lavín, determinaron conservar su planta laboral completa. La esperanza de que las cosas mejoren en el municipio después de la pandemia se muestra con hechos como ese.

El que las cosas no vayan tan mal en Jiutepec no es resultado de los buenos oficios del gobierno estatal o federal. En términos prácticos, ambas entidades se han desentendido de lo que ocurre en los municipios y se limitan, el federal a la parte normativa y estadística de la pandemia, y el estatal a planear formas para administrar el desastre. El impacto de la implementación de medidas de reducción de la movilidad, cierre de negocios, aumento de la pobreza, enojo social, ha recaído directamente en los alcaldes. En el caso de Morelos, la única razón para que la mayoría de los alcaldes no resulten peor evaluados por la ciudadanía es, aparentemente, la baja calificación que los ciudadanos ponen al gobierno estatal.

En Jiutepec, sin embargo, la evaluación de Rafael Reyes es buena, la caída en aprobación ha sido mínima, apenas un punto en la evaluación ciudadana. La clave pareciera estar en una gestión municipal discreta, lejana de escándalos pero cercana a la gente, en la efectividad del Ayuntamiento para mantener funcionando la ciudad pese a los efectos de la pandemia y en la dotación de apoyos alimentarios a comunidades marginadas. Probablemente la clave sea sólo hacer el trabajo para el que fue electo, sin más.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Ninguna autoridad ha salido ilesa de los efectos de la pandemia en Morelos. Presidente, congresistas, gobernadores o alcaldes han visto una caída más o menos dramática en sus niveles de aprobación. El respaldo ciudadano López Obrador ha caído 15 puntos en un año; el de Cuauhtémoc Blanco casi 40% en el mismo período; y los alcaldes del estado han tenido bajas sensibles, de entre 7 y 25 puntos porcentuales casi todos de acuerdo a las mediciones de las encuestadoras. Casi todos, algunos no son medidos y uno pareciera no sufrir tan gravemente los efectos del manejo de la pandemia en el país y el estado.

Rafael Reyes es presidente municipal de Jiutepec, municipio de vocación primordialmente industrial donde radica más del 11% de la población de Morelos. Los efectos de la pandemia en la salud pública del municipio son preocupantes pero menores a los de otros municipios, si se considera la densidad poblacional. Jiutepec concentró por mucho tiempo poco más del 7% de los contagios en el estado, y recién la proporción subió al 9%, lo que preocupa al Ayuntamiento que ha vuelto a reforzar medidas de difusión de las estrategias para evitar contagios.

Los otros efectos de la pandemia, los sociales y económicos, han sido mucho mayores para el municipio que ha visto cerrar en los últimos cuatro meses unas mil unidades productivas y de servicios de las 10 mil 200 que había en la demarcación, el problema grave de pobreza en el municipio se ha ido agravando al grado de multiplicarse la pobreza alimentaria. Pero el compromiso comunitario de los empresarios que decidieron ubicar sus negocios en Jiutepec ha permitido que los despidos sean mínimos, incluso empresas que padecieron desastres como Industrias Lavín, determinaron conservar su planta laboral completa. La esperanza de que las cosas mejoren en el municipio después de la pandemia se muestra con hechos como ese.

El que las cosas no vayan tan mal en Jiutepec no es resultado de los buenos oficios del gobierno estatal o federal. En términos prácticos, ambas entidades se han desentendido de lo que ocurre en los municipios y se limitan, el federal a la parte normativa y estadística de la pandemia, y el estatal a planear formas para administrar el desastre. El impacto de la implementación de medidas de reducción de la movilidad, cierre de negocios, aumento de la pobreza, enojo social, ha recaído directamente en los alcaldes. En el caso de Morelos, la única razón para que la mayoría de los alcaldes no resulten peor evaluados por la ciudadanía es, aparentemente, la baja calificación que los ciudadanos ponen al gobierno estatal.

En Jiutepec, sin embargo, la evaluación de Rafael Reyes es buena, la caída en aprobación ha sido mínima, apenas un punto en la evaluación ciudadana. La clave pareciera estar en una gestión municipal discreta, lejana de escándalos pero cercana a la gente, en la efectividad del Ayuntamiento para mantener funcionando la ciudad pese a los efectos de la pandemia y en la dotación de apoyos alimentarios a comunidades marginadas. Probablemente la clave sea sólo hacer el trabajo para el que fue electo, sin más.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx