/ jueves 28 de octubre de 2021

LA MUERTE ¿Sirve de algo?

Se considera que la Muerte en realidad representa una ventaja selectiva (de Selección Natural: SN); o sea, es una muy importante adaptación, de acuerdo con la teoría Darwiniana. Es decir, la Muerte puede representar una necesidad ineludible de la propia vida. En este sentido, la Muerte natural de los individuos de una especie es un aliado fundamental para su permanencia. La Muerte no sirve -como tal- al individuo, pero sí a la ventaja selectiva de la especie (a nivel de grupo) acrecentando la adaptabilidad y la viabilidad de la especie. Existen implicaciones diversas de la eternidad -si esta existiera- y está relacionado -por ejemplo- con mutaciones que afectan a individuos particulares. Asumiendo que existieran organismos eternos, y éstos al cruzarse, eternizarían ciertas características deletéreas (negativas) y probablemente serían auténticamente nefastas para su especie y desencadenarían su propia destrucción y extinción. Es importante mencionar que la variabilidad genética de los individuos de una especie incrementa las posibilidades de sobrevivir (como especie) ante los cambios (bióticos y abióticos) del ambiente. En cada generación se producen nuevas combinaciones genéticas (vía las mutaciones, el entrecruzamiento entre cromosomas de los padres, y la propia reproducción sexual en su conjunto). Si las especies vivieran por siempre, entonces no sólo ya habríamos sobrepoblado el planeta, sino que muy probablemente se habría originado una extinción masiva de la vida.

Lo que sabemos es que la SN (de un individuo), con el tiempo debería mejorar la capacidad de una especie para sobrevivir y reproducirse. Entonces, ¿por qué morimos de viejos, si una mutación "negativa" aumenta el riesgo de muerte de los individuos? Esta debería haberse eliminado en algún lugar del camino evolutivo. En la década de 1940, Haldane y Medawar sugirieron una explicación alternativa. Lo que es muy interesante -además- es que, para la mayoría de las especies, los individuos generalmente mueren antes de llegar a la vejez. Ellos argumentaron que debido a que la supervivencia de la especie depende -principalmente- de los individuos jóvenes. Por lo tanto, la SN no debería favorecer las mutaciones dañinas que afectan a los jóvenes; por el contrario, sólo unos pocos individuos sobreviven hasta la vejez.

Una de las predicciones de los investigadores fue particularmente curiosa. En el modelo de Hamilton (1966), si las mutaciones dañinas afectan principalmente a los más viejos, la SN produce una relación ascendente familiar entre la edad y la mortalidad. Pero en el modelo nuevo y más complejo, esta relación colapsa. En una población genéticamente diversa, las mutaciones dañinas se propagan ampliamente, especialmente en los adultos de mayor edad, y aumente el riesgo de muerte. El orden se restablece si las mutaciones que dañan a los grupos de mayor edad también dañan levemente a las personas más jóvenes. En este caso, la SN evita que se acumulen demasiadas mutaciones problemáticas con el tiempo. Sin embargo, todavía quedan dudas sobre el proceso de envejecimiento. La estructura social puede jugar un papel muy importante, aun cuando los grupos más viejos alimenten y cuiden a los más jóvenes, esta población no escapa a la fuerza de la SN. El hecho de que muchos tangamos canas representa una ventaja (marcador) de la preferencia de las hembras Homo sapiens para cruzarse -especialmente- con los más jóvenes. Pero es importante señalar que esta explicación, sí es una adaptación de animales, pero especialmente para aquellos que “vean” las canas, mamíferos, por ejemplo.

Quizás por eso tiene concordancia que los mexicanos -en general- veamos a la Muerte básicamente como un paso más de la vida. Por lo tanto, no es -como tal- una “cosa” diferente a la vida: es parte sustancial de las especies. En este sentido, la Muerte es una gran adaptación de la vida. Y no hay una explicación -única- de la ventaja selectiva de la Muerte ¡hay muchas¡ y esto es un argumento más de por qué la Muerte tiene tantas ventajas selectivas para las especies.

Debo decir que éste es uno de los escritos en lo que he usado la palabra Muerte, muchísimo más de los que normalmente acostumbro (más de 20 veces). Sin lugar a duda, es tan importante el tema (y tan recurrente) que hay varias explicaciones, a menudo no excluyentes entre sí. Lo que también es importante mencionar es que, aun cuando como biólogo esté de acuerdo con las ventajas selectivas (evolutivas) de la Muerte, en realidad no estoy preparado todavía por el momento para asegurar la sobrevivencia de la especie humana a través de mi propia Muerte; es decir, por el momento no deseo “colgar los Converse”. Espero vivir algunas décadas más en el planeta y seguir perteneciendo al inventario biológico de México, al menos hasta que la MUERTE nos separe.

Se considera que la Muerte en realidad representa una ventaja selectiva (de Selección Natural: SN); o sea, es una muy importante adaptación, de acuerdo con la teoría Darwiniana. Es decir, la Muerte puede representar una necesidad ineludible de la propia vida. En este sentido, la Muerte natural de los individuos de una especie es un aliado fundamental para su permanencia. La Muerte no sirve -como tal- al individuo, pero sí a la ventaja selectiva de la especie (a nivel de grupo) acrecentando la adaptabilidad y la viabilidad de la especie. Existen implicaciones diversas de la eternidad -si esta existiera- y está relacionado -por ejemplo- con mutaciones que afectan a individuos particulares. Asumiendo que existieran organismos eternos, y éstos al cruzarse, eternizarían ciertas características deletéreas (negativas) y probablemente serían auténticamente nefastas para su especie y desencadenarían su propia destrucción y extinción. Es importante mencionar que la variabilidad genética de los individuos de una especie incrementa las posibilidades de sobrevivir (como especie) ante los cambios (bióticos y abióticos) del ambiente. En cada generación se producen nuevas combinaciones genéticas (vía las mutaciones, el entrecruzamiento entre cromosomas de los padres, y la propia reproducción sexual en su conjunto). Si las especies vivieran por siempre, entonces no sólo ya habríamos sobrepoblado el planeta, sino que muy probablemente se habría originado una extinción masiva de la vida.

Lo que sabemos es que la SN (de un individuo), con el tiempo debería mejorar la capacidad de una especie para sobrevivir y reproducirse. Entonces, ¿por qué morimos de viejos, si una mutación "negativa" aumenta el riesgo de muerte de los individuos? Esta debería haberse eliminado en algún lugar del camino evolutivo. En la década de 1940, Haldane y Medawar sugirieron una explicación alternativa. Lo que es muy interesante -además- es que, para la mayoría de las especies, los individuos generalmente mueren antes de llegar a la vejez. Ellos argumentaron que debido a que la supervivencia de la especie depende -principalmente- de los individuos jóvenes. Por lo tanto, la SN no debería favorecer las mutaciones dañinas que afectan a los jóvenes; por el contrario, sólo unos pocos individuos sobreviven hasta la vejez.

Una de las predicciones de los investigadores fue particularmente curiosa. En el modelo de Hamilton (1966), si las mutaciones dañinas afectan principalmente a los más viejos, la SN produce una relación ascendente familiar entre la edad y la mortalidad. Pero en el modelo nuevo y más complejo, esta relación colapsa. En una población genéticamente diversa, las mutaciones dañinas se propagan ampliamente, especialmente en los adultos de mayor edad, y aumente el riesgo de muerte. El orden se restablece si las mutaciones que dañan a los grupos de mayor edad también dañan levemente a las personas más jóvenes. En este caso, la SN evita que se acumulen demasiadas mutaciones problemáticas con el tiempo. Sin embargo, todavía quedan dudas sobre el proceso de envejecimiento. La estructura social puede jugar un papel muy importante, aun cuando los grupos más viejos alimenten y cuiden a los más jóvenes, esta población no escapa a la fuerza de la SN. El hecho de que muchos tangamos canas representa una ventaja (marcador) de la preferencia de las hembras Homo sapiens para cruzarse -especialmente- con los más jóvenes. Pero es importante señalar que esta explicación, sí es una adaptación de animales, pero especialmente para aquellos que “vean” las canas, mamíferos, por ejemplo.

Quizás por eso tiene concordancia que los mexicanos -en general- veamos a la Muerte básicamente como un paso más de la vida. Por lo tanto, no es -como tal- una “cosa” diferente a la vida: es parte sustancial de las especies. En este sentido, la Muerte es una gran adaptación de la vida. Y no hay una explicación -única- de la ventaja selectiva de la Muerte ¡hay muchas¡ y esto es un argumento más de por qué la Muerte tiene tantas ventajas selectivas para las especies.

Debo decir que éste es uno de los escritos en lo que he usado la palabra Muerte, muchísimo más de los que normalmente acostumbro (más de 20 veces). Sin lugar a duda, es tan importante el tema (y tan recurrente) que hay varias explicaciones, a menudo no excluyentes entre sí. Lo que también es importante mencionar es que, aun cuando como biólogo esté de acuerdo con las ventajas selectivas (evolutivas) de la Muerte, en realidad no estoy preparado todavía por el momento para asegurar la sobrevivencia de la especie humana a través de mi propia Muerte; es decir, por el momento no deseo “colgar los Converse”. Espero vivir algunas décadas más en el planeta y seguir perteneciendo al inventario biológico de México, al menos hasta que la MUERTE nos separe.