/ miércoles 3 de noviembre de 2021

La muerte

Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar a la vida.

Octavio Paz


La muerte es irremediable y la pérdida de un ser querido es una ausencia irreparable.

Es ingrata porque llega de súbito. Te arrebata la calma y sin duda, a los vivos nos quita el aliento. Nos sumerge en un estado de inacción mezclado con dolor. Algunos opinan que el tiempo hará función. Sin embargo, pienso que intentas vivir en una gran ilusión para calmar la desazón.

Pero, ¿qué significa la muerte para los mexicanos? La muerte para nosotros es dualidad. Por un lado es añoranza y tristeza. Y en otro sentido también es celebración y reencuentro con nuestros seres queridos. Es rito. El deceso de un ser querido significa el renacimiento y el reencuentro futuro con él o ella.

Para la ciencia médica, el fallecimiento de una persona es definida como el “cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias o de todas las funciones del encéfalo”.

Además, habría que añadir que está presente la muerte psicológica, donde la persona es consciente de que va a morir. Es capaz de percibirlo. Entonces, ¿será posible morir por causas mentales y emocionales? Desde luego es factible. Las enfermedades que se cuelan a través del cerebro provocan anomalías del pensamiento, la percepción, la conducta y las emociones.

Ahora bien, la extinción de vida desde el punto de vista psicógeno se produce en ausencia de una patología o condición médica que explique la razón de ello. Aquí la influencia cobra fuerza mediante la psique, la cual domina el funcionamiento del cuerpo y la energía necesaria para vivir.

Este tipo de trance suele estar vinculado a la vivencia extrema de emociones como tristeza, miedo o vergüenza relativos a alguna experiencia traumática con gran afectación para la persona.

Este punto de invisibilidad al que se entrega el individuo, es notorio porque el sujeto pierde la motivación para vivir. Y no. No se trata de un fenómeno derivado de la depresión o de otras condiciones psiquiátricas, simplemente la persona se obsequia y se rinde a la muerte al perder la voluntad para vivir.

En México prevalece el culto a la vida y de igual forma a la muerte. Es por ello que el Día de Muertos representa nuestra identidad. Es el espejo que refleja la vitalidad de una tradición que permanece, y que aún se conserva. Avanza de generación en generación.

Según la cosmovisión indígena son los días en los cuales, los que se fueron de nuestro lado nos vienen a visitar. Aunado a ello, en las civilizaciones del pasado, la vida se concebía como una preparación consciente para morir.

En la actualidad, vivimos tratando de evadirla. No queremos aceptar que llegará el momento en que nuestros seres queridos o nosotros mismos ya no estaremos.

Y cómo olvidar a las personas que marcaron un antes y un después en nuestra vida. Pienso que cuando el olvido se hace presente es porque ya no hay puentes suficientes que sostengan ese lazo entre tú y tu difunto. De llegar a ello, ahí sí es cuando aparece la muerte absoluta.


Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar a la vida.

Octavio Paz


La muerte es irremediable y la pérdida de un ser querido es una ausencia irreparable.

Es ingrata porque llega de súbito. Te arrebata la calma y sin duda, a los vivos nos quita el aliento. Nos sumerge en un estado de inacción mezclado con dolor. Algunos opinan que el tiempo hará función. Sin embargo, pienso que intentas vivir en una gran ilusión para calmar la desazón.

Pero, ¿qué significa la muerte para los mexicanos? La muerte para nosotros es dualidad. Por un lado es añoranza y tristeza. Y en otro sentido también es celebración y reencuentro con nuestros seres queridos. Es rito. El deceso de un ser querido significa el renacimiento y el reencuentro futuro con él o ella.

Para la ciencia médica, el fallecimiento de una persona es definida como el “cese irreversible de las funciones cardiorrespiratorias o de todas las funciones del encéfalo”.

Además, habría que añadir que está presente la muerte psicológica, donde la persona es consciente de que va a morir. Es capaz de percibirlo. Entonces, ¿será posible morir por causas mentales y emocionales? Desde luego es factible. Las enfermedades que se cuelan a través del cerebro provocan anomalías del pensamiento, la percepción, la conducta y las emociones.

Ahora bien, la extinción de vida desde el punto de vista psicógeno se produce en ausencia de una patología o condición médica que explique la razón de ello. Aquí la influencia cobra fuerza mediante la psique, la cual domina el funcionamiento del cuerpo y la energía necesaria para vivir.

Este tipo de trance suele estar vinculado a la vivencia extrema de emociones como tristeza, miedo o vergüenza relativos a alguna experiencia traumática con gran afectación para la persona.

Este punto de invisibilidad al que se entrega el individuo, es notorio porque el sujeto pierde la motivación para vivir. Y no. No se trata de un fenómeno derivado de la depresión o de otras condiciones psiquiátricas, simplemente la persona se obsequia y se rinde a la muerte al perder la voluntad para vivir.

En México prevalece el culto a la vida y de igual forma a la muerte. Es por ello que el Día de Muertos representa nuestra identidad. Es el espejo que refleja la vitalidad de una tradición que permanece, y que aún se conserva. Avanza de generación en generación.

Según la cosmovisión indígena son los días en los cuales, los que se fueron de nuestro lado nos vienen a visitar. Aunado a ello, en las civilizaciones del pasado, la vida se concebía como una preparación consciente para morir.

En la actualidad, vivimos tratando de evadirla. No queremos aceptar que llegará el momento en que nuestros seres queridos o nosotros mismos ya no estaremos.

Y cómo olvidar a las personas que marcaron un antes y un después en nuestra vida. Pienso que cuando el olvido se hace presente es porque ya no hay puentes suficientes que sostengan ese lazo entre tú y tu difunto. De llegar a ello, ahí sí es cuando aparece la muerte absoluta.