/ domingo 29 de noviembre de 2020

La ley inaplicable

Mal se verá la autoridad que haciendo lo jurídicamente correcto, contravenga la desaseada ley que obliga a usar cubrebocas en Morelos. Porque la colección de pifias legislativas cometidas por diputados y gobernador, hacen que la ley sea inoperante desde su inicio, pero atacarla desde el poder público podría considerarse una suerte de apuesta populista para quedar bien con los todavía muchos que reprueban usar el artilugio que, unido a otras medidas sanitarias puede ser bastante efectivo para prevenir el Covid-19.

A lo mejor en esa lógica, el gobernador publicó la ley aprobada por el Congreso sin echarle mucho ojo, y probablemente por ello se descuidó la discordancia de fechas entre la publicación y la promulgación, que seguramente quedarán como errores anecdóticos (que igual inutilizan en la práctica un documento que de por sí ya era inaplicable).

Intentar castigar a quien no use cubrebocas plantea por lo menos tres problemas técnicos evidentes; primero el que los ingresos que se generarían por las multas de más de dos mil pesos no pueden ser cobrados por autoridades municipales o estatales en tanto no estaban contempladas en las leyes de ingresos.

De acuerdo con la ley, la multa no podrá ser impuesta sin la previa amonestación con apercibimiento al infractor (quien no use correctamente el cubrebocas en lugares públicos o en vehículos privados ocupados por más de una persona). Esta condición implicaría que el gobierno estatal o los municipios deberán tener una base de datos de personas a quienes se haya apercibido previamente, para consultar si el infractor es reincidente y aplicar entonces la sanción económica que lo remitirá a las oficinas recaudadoras de la Secretaría de Hacienda del estado, que cometería una falta administrativa cada vez que cobre esas multas en tanto no está facultada jurídicamente para obtener ingresos por esa vía.

El problema no es menor, en tanto se trata de la acción de más alto alcance que los poderes de Morelos han tomado contra la propagación del Covid-19. Acción por cierto bastante tardía, en tanto la incidencia de casos y la letalidad por el virus en Morelos se mantienen en niveles altísimos desde el inicio de la pandemia, por allá de marzo pasado.

En general, las acciones para enfrentar los efectos sanitarios y económicos del Covid-19 en el gobierno del estado son ineficientes. La letalidad oscilante entre el 18 y 21 por ciento, es una muestra de la ineficiencia en los cuidados. La incapacidad de la autoridad sanitaria para coordinarse adecuadamente con los ayuntamientos para emitir un conjunto único de medidas de prevención y contención del virus mantiene una altísima movilidad en casi todo el estado. La escasez de apoyos a empresas y la dificultad de acceder a ellos, se ha traducido en la quiebra de más de mil negocios en el estado, con su traducción en el aumento del desempleo y el freno a la actividad económica. Y la única política unificadora (la ley que obliga a usar cubrebocas) es aparentemente inaplicable por el desaseo en el trabajo legislativo. La intención fue buena, pero se trata de política, no de ocurrencias.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Mal se verá la autoridad que haciendo lo jurídicamente correcto, contravenga la desaseada ley que obliga a usar cubrebocas en Morelos. Porque la colección de pifias legislativas cometidas por diputados y gobernador, hacen que la ley sea inoperante desde su inicio, pero atacarla desde el poder público podría considerarse una suerte de apuesta populista para quedar bien con los todavía muchos que reprueban usar el artilugio que, unido a otras medidas sanitarias puede ser bastante efectivo para prevenir el Covid-19.

A lo mejor en esa lógica, el gobernador publicó la ley aprobada por el Congreso sin echarle mucho ojo, y probablemente por ello se descuidó la discordancia de fechas entre la publicación y la promulgación, que seguramente quedarán como errores anecdóticos (que igual inutilizan en la práctica un documento que de por sí ya era inaplicable).

Intentar castigar a quien no use cubrebocas plantea por lo menos tres problemas técnicos evidentes; primero el que los ingresos que se generarían por las multas de más de dos mil pesos no pueden ser cobrados por autoridades municipales o estatales en tanto no estaban contempladas en las leyes de ingresos.

De acuerdo con la ley, la multa no podrá ser impuesta sin la previa amonestación con apercibimiento al infractor (quien no use correctamente el cubrebocas en lugares públicos o en vehículos privados ocupados por más de una persona). Esta condición implicaría que el gobierno estatal o los municipios deberán tener una base de datos de personas a quienes se haya apercibido previamente, para consultar si el infractor es reincidente y aplicar entonces la sanción económica que lo remitirá a las oficinas recaudadoras de la Secretaría de Hacienda del estado, que cometería una falta administrativa cada vez que cobre esas multas en tanto no está facultada jurídicamente para obtener ingresos por esa vía.

El problema no es menor, en tanto se trata de la acción de más alto alcance que los poderes de Morelos han tomado contra la propagación del Covid-19. Acción por cierto bastante tardía, en tanto la incidencia de casos y la letalidad por el virus en Morelos se mantienen en niveles altísimos desde el inicio de la pandemia, por allá de marzo pasado.

En general, las acciones para enfrentar los efectos sanitarios y económicos del Covid-19 en el gobierno del estado son ineficientes. La letalidad oscilante entre el 18 y 21 por ciento, es una muestra de la ineficiencia en los cuidados. La incapacidad de la autoridad sanitaria para coordinarse adecuadamente con los ayuntamientos para emitir un conjunto único de medidas de prevención y contención del virus mantiene una altísima movilidad en casi todo el estado. La escasez de apoyos a empresas y la dificultad de acceder a ellos, se ha traducido en la quiebra de más de mil negocios en el estado, con su traducción en el aumento del desempleo y el freno a la actividad económica. Y la única política unificadora (la ley que obliga a usar cubrebocas) es aparentemente inaplicable por el desaseo en el trabajo legislativo. La intención fue buena, pero se trata de política, no de ocurrencias.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx