/ domingo 3 de octubre de 2021

La foto de las diputadas con AMLO

Además del anuncio de la reforma energética, poco fue lo rescatable de la presencia de Andrés Manuel López Obrador en Morelos. En lo público, el presidente no envió a los morelenses mensajes que no se supieran ya: el apoyo a Cuauhtémoc Blanco, el repetitivo y tristemente condicionante “amor con amor se paga”, los compromisos de apoyos a sectores específicos, y los mensajes de continuidad en la colección de políticas públicas que ha emprendido bajo el genérico membrete de cuarta transformación. Probablemente en lo privado, los encuentros del presidente con actores específicos de la política morelense, todos aliados suyos, hayan resultado mucho más significativos que sus apariciones públicas para probables definiciones de política local.

Pero de lo privado sólo sabemos por versiones personalísimas de quienes asistieron a esos encuentros o por lo que reportan sus simpatizantes, así que debieran tomarse con las reservas del caso. Algunos de los trascendidos bien pueden aterrizarse en los hechos, por ejemplo, el reconocimiento del presidente a la labor del alcalde de Jojutla, Juan Ángel Flores Bustamante, a quien las cosas parecen salirle bien siempre que no sirva mixiotes (chiste local). Pero de ese reconocimiento a que haya una proyección mayor para que Juan Ángel sea candidato a la gubernatura hay una enorme distancia.

Tal vez lo más importante para los simpatizantes del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, fue lo ocurrido en la reunión a la que asistieron las diputadas locales, Edi Margarita Soriano, Macrina Vallejo, Ariadna Barrera, Paola Cruz, de Morena, y Mirna Zavala del PES, y la legisladora federal Brenda Espinosa; en que suponen que las legisladoras habrían recibido la “línea de apoyar al gobernador”, que tiene el respaldo del Ejecutivo federal. Difícil la confirmación de ello, porque algunas de las diputadas a referirse a la reunión en redes sociales presumieron que el presidente les autografió su ejemplar de “A la Mitad del Camino”, ese librito en que López Obrador hace un recuento de sus acciones de la primera parte de su mandato y los pendientes para la segunda.

Y probablemente sí haya habido un mensaje como el de los abuelos a los nietos que pelean por la herencia: “ya pórtense bien, ayúdense”, pero similares recomendaciones ha habido antes sin que pase mucho en torno a las relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo locales, que han sido tensas durante toda la administración de Cuauhtémoc Blanco. Mucho de ello queda graficado en la fotografía del recuerdo que se tomaron las legisladoras con el presidente y el gobernador: un intento de abrazo grupal en que López Obrador rodea con el brazo a Edi Margarita, mientras a su derecha, Paola Cruz y Macrina Vallejo sonríen. A la izquierda de Edi Margarita, Brenda Espinosa, Mirna Zavala y Ariadna Barrera, casi un paso atrás, como si se hubiera colado en la foto, aparece un muy sonriente Cuauhtémoc Blanco. La imagen parece contener la situación política de Morelos: un grupo ligado fuertemente al presidente que relega a un gobernador con quien no congenian, y nadie hace esfuerzos para cambiar las cosas ¿qué costaba haber incluido a Cuauh en el abrazo grupal, o siquiera en el primer plano de la foto?


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Además del anuncio de la reforma energética, poco fue lo rescatable de la presencia de Andrés Manuel López Obrador en Morelos. En lo público, el presidente no envió a los morelenses mensajes que no se supieran ya: el apoyo a Cuauhtémoc Blanco, el repetitivo y tristemente condicionante “amor con amor se paga”, los compromisos de apoyos a sectores específicos, y los mensajes de continuidad en la colección de políticas públicas que ha emprendido bajo el genérico membrete de cuarta transformación. Probablemente en lo privado, los encuentros del presidente con actores específicos de la política morelense, todos aliados suyos, hayan resultado mucho más significativos que sus apariciones públicas para probables definiciones de política local.

Pero de lo privado sólo sabemos por versiones personalísimas de quienes asistieron a esos encuentros o por lo que reportan sus simpatizantes, así que debieran tomarse con las reservas del caso. Algunos de los trascendidos bien pueden aterrizarse en los hechos, por ejemplo, el reconocimiento del presidente a la labor del alcalde de Jojutla, Juan Ángel Flores Bustamante, a quien las cosas parecen salirle bien siempre que no sirva mixiotes (chiste local). Pero de ese reconocimiento a que haya una proyección mayor para que Juan Ángel sea candidato a la gubernatura hay una enorme distancia.

Tal vez lo más importante para los simpatizantes del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, fue lo ocurrido en la reunión a la que asistieron las diputadas locales, Edi Margarita Soriano, Macrina Vallejo, Ariadna Barrera, Paola Cruz, de Morena, y Mirna Zavala del PES, y la legisladora federal Brenda Espinosa; en que suponen que las legisladoras habrían recibido la “línea de apoyar al gobernador”, que tiene el respaldo del Ejecutivo federal. Difícil la confirmación de ello, porque algunas de las diputadas a referirse a la reunión en redes sociales presumieron que el presidente les autografió su ejemplar de “A la Mitad del Camino”, ese librito en que López Obrador hace un recuento de sus acciones de la primera parte de su mandato y los pendientes para la segunda.

Y probablemente sí haya habido un mensaje como el de los abuelos a los nietos que pelean por la herencia: “ya pórtense bien, ayúdense”, pero similares recomendaciones ha habido antes sin que pase mucho en torno a las relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo locales, que han sido tensas durante toda la administración de Cuauhtémoc Blanco. Mucho de ello queda graficado en la fotografía del recuerdo que se tomaron las legisladoras con el presidente y el gobernador: un intento de abrazo grupal en que López Obrador rodea con el brazo a Edi Margarita, mientras a su derecha, Paola Cruz y Macrina Vallejo sonríen. A la izquierda de Edi Margarita, Brenda Espinosa, Mirna Zavala y Ariadna Barrera, casi un paso atrás, como si se hubiera colado en la foto, aparece un muy sonriente Cuauhtémoc Blanco. La imagen parece contener la situación política de Morelos: un grupo ligado fuertemente al presidente que relega a un gobernador con quien no congenian, y nadie hace esfuerzos para cambiar las cosas ¿qué costaba haber incluido a Cuauh en el abrazo grupal, o siquiera en el primer plano de la foto?


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx