/ jueves 1 de agosto de 2019

La ENIGH 2018/primera parte

El día de ayer el INEGI publicó la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto en los Hogares 2018.

Recordemos que el periodo de levantamiento fue entre agosto y noviembre de 2018; su cobertura es nacional y por primera vez permite una representatividad a nivel entidad federativa con estimaciones para zonas urbanas y rurales. Tiene como objetivo proporcionar información sobre el comportamiento de los ingresos y gastos, características ocupaciones y socioeconómicas en los hogares, a partir de una muestra de poco más de 87 mil viviendas.

El ingreso por trabajo es la principal fuente de ingresos en los hogares con el 67.3% del ingreso total. Esta ha sido una tendencia generalizada y desde ahí debería concentrarse las políticas sociales para revertir la desigualdad y la pobreza. Un segundo dato interesante es que el valor del Coeficiente de Gini en 2018 para la distribución del ingreso con transferencias por deciles de hogares fue de 0.426, lo que representa una ligera reducción de la concentración de la riqueza con respecto a 2016. Por entidad federativa, Morelos se encuentra por debajo del promedio nacional del ingreso y gasto de los hogares.

Lo que sigue es que el Coneval procese toda esta información para emitir su informe de pobreza 2018, con la distinción especial que en esta ocasión se tiene preparado mostrar una serie de tiempo de 10 años, fecha en que ese organismo comenzó a medir la pobreza bajo el enfoque multidimensional.

Preocupa que la forma este por encima del fondo y que la medición pueda ser desestimada por las actuales críticas al instituto. El Presidente ha señalado lo alto de los salarios de sus titulares; preguntó en Zongolica (Vereacruz) si conocían a Coneval, obviamente nadie supo de su existencia, lo tildó como un organismo creado para simular que se atendía la pobreza y en una pregunta mañanera evidentemente a modo, consideró que sus funciones las podría realizar el INEGI.

El propio Gonzalo Hernández Licona comento para la revista Proceso (2230), que sería muy grave para el organismo que la austeridad extrema pueda paralizar las funciones del Coneval. Como hemos señalado también, en otra ocasión, recomendó al gobierno que concentrarse “en transferir recursos a los beneficiarios de los programas sociales, sino también invertir masivamente en salud y educación para garantizar un acceso efectivo a los derechos en esas materias; para ello se necesita una política redistributiva más agresiva, que pasaría por una mayor recaudación de impuestos a los más ricos, entre otros”.

Con la información de la INEGH 2018 ya es posible desprender varios análisis y permite a las autoridades encargadas de los asuntos económicos y sociales afinar, corregir o replantear sus políticas de corto y mediano plazo.

Sin embargo, surge un primer dilema que desde el punto de vista formal debía resolver el Plan Nacional de Desarrollo, ya que como lo comenté en semanas pasadas y el propio Carlos Urzúa señala (El Universal, 29 de julio) los planeas sectoriales, institucionales, regionales y especiales no tendrán ningún tipo de parámetros de referencia con el tipo de plan que se encuentra vigente.

En conclusión, las acciones institucionales de reducción de la pobreza no tendrán en este sexenio una articulación armonizada por primera vez en mucho tiempo. Ahí tenemos un enorme vacío que urge encontrar la forma de llenar.

Con la siguiente y última entrega de este artículo abordaremos los resultados de pobreza que para Morelos publique el Coneval en próximos días.


Twitter / Facebook: @CzarArenas

El día de ayer el INEGI publicó la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto en los Hogares 2018.

Recordemos que el periodo de levantamiento fue entre agosto y noviembre de 2018; su cobertura es nacional y por primera vez permite una representatividad a nivel entidad federativa con estimaciones para zonas urbanas y rurales. Tiene como objetivo proporcionar información sobre el comportamiento de los ingresos y gastos, características ocupaciones y socioeconómicas en los hogares, a partir de una muestra de poco más de 87 mil viviendas.

El ingreso por trabajo es la principal fuente de ingresos en los hogares con el 67.3% del ingreso total. Esta ha sido una tendencia generalizada y desde ahí debería concentrarse las políticas sociales para revertir la desigualdad y la pobreza. Un segundo dato interesante es que el valor del Coeficiente de Gini en 2018 para la distribución del ingreso con transferencias por deciles de hogares fue de 0.426, lo que representa una ligera reducción de la concentración de la riqueza con respecto a 2016. Por entidad federativa, Morelos se encuentra por debajo del promedio nacional del ingreso y gasto de los hogares.

Lo que sigue es que el Coneval procese toda esta información para emitir su informe de pobreza 2018, con la distinción especial que en esta ocasión se tiene preparado mostrar una serie de tiempo de 10 años, fecha en que ese organismo comenzó a medir la pobreza bajo el enfoque multidimensional.

Preocupa que la forma este por encima del fondo y que la medición pueda ser desestimada por las actuales críticas al instituto. El Presidente ha señalado lo alto de los salarios de sus titulares; preguntó en Zongolica (Vereacruz) si conocían a Coneval, obviamente nadie supo de su existencia, lo tildó como un organismo creado para simular que se atendía la pobreza y en una pregunta mañanera evidentemente a modo, consideró que sus funciones las podría realizar el INEGI.

El propio Gonzalo Hernández Licona comento para la revista Proceso (2230), que sería muy grave para el organismo que la austeridad extrema pueda paralizar las funciones del Coneval. Como hemos señalado también, en otra ocasión, recomendó al gobierno que concentrarse “en transferir recursos a los beneficiarios de los programas sociales, sino también invertir masivamente en salud y educación para garantizar un acceso efectivo a los derechos en esas materias; para ello se necesita una política redistributiva más agresiva, que pasaría por una mayor recaudación de impuestos a los más ricos, entre otros”.

Con la información de la INEGH 2018 ya es posible desprender varios análisis y permite a las autoridades encargadas de los asuntos económicos y sociales afinar, corregir o replantear sus políticas de corto y mediano plazo.

Sin embargo, surge un primer dilema que desde el punto de vista formal debía resolver el Plan Nacional de Desarrollo, ya que como lo comenté en semanas pasadas y el propio Carlos Urzúa señala (El Universal, 29 de julio) los planeas sectoriales, institucionales, regionales y especiales no tendrán ningún tipo de parámetros de referencia con el tipo de plan que se encuentra vigente.

En conclusión, las acciones institucionales de reducción de la pobreza no tendrán en este sexenio una articulación armonizada por primera vez en mucho tiempo. Ahí tenemos un enorme vacío que urge encontrar la forma de llenar.

Con la siguiente y última entrega de este artículo abordaremos los resultados de pobreza que para Morelos publique el Coneval en próximos días.


Twitter / Facebook: @CzarArenas

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