/ martes 22 de junio de 2021

La elección de Estado que no fue

Por lo menos una decena de candidatos “del gobernador” se quejan en privado del Ejecutivo y Cuauhtémoc Blanco. Durante semanas, los aspirantes de oposición (muchos de ellos hoy candidatos electos) denunciaron que se venía una elección de Estado, en la que el gobierno usaría todos sus recursos para tratar de imponer a sus favoritos ubicados primordialmente en la coalición Morena-PES-PNA, y en el Partido Encuentro Social. Equipos jurídicos prepararon impugnaciones por diversas conductas que podrían presumir la intervención del gobierno estatal en la elección y que al final no tuvieron que ser presentadas ya sea por los resultados comiciales o porque no hubo la sustancia para hacerlo.

No era difícil sospechar de la intervención del gobierno en los comicios. El gobernador fue sancionado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que consideró que Cuauhtémoc Blanco violó los principios de imparcialidad y equidad en la contienda al asistir al cierre de campaña de un candidato a la alcaldía de Huejutla, Hidalgo, en octubre de 2020. Ya antes el gobernador había sido señalado por interpretaciones bastante liberales de la norma electoral, así que pensar en que podría intervenir más allá de la retención de recursos para el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, era natural. Muchos de los candidatos a quienes palomeó el mandatario incluyeron en sus cálculos la posibilidad de apoyos del gobierno estatal.

La ciudadanía puede decir, “qué bueno que el gobierno estatal no pudo, o no quiso intervenir a favor de sus candidatos en la elección”, y aún con eso comprender el disgusto de los candidatos morelenses por el abandono del gobierno.

Por supuesto, tampoco se podría esperar demasiado del gobierno estatal en la materia que trató como a todo lo demás en esta administración, sin el menor cuidado y sorteando lo que la realidad le presenta de forma natural. Así que, lejos de una vocación democrática y justa del gobierno estatal, lo que se pudo identificar en el proceso electoral fue la cadencia de una administración que sigue careciendo de un proyecto para el estado.

El escaso cálculo electoral del Ejecutivo, junto a un nivel de desaprobación al gobernador superior al 50%, derivó en lo que muchos candidatos identifican como un voto de castigo hacia los candidatos que se identificaron con Cuauhtémoc Blanco; castigo que se volvió incontrolable por la inoperancia o insuficiencia de las políticas sociales del estado y la exacta identificación en el electorado de la proveniencia de apoyos federales (becas y vacunación, específicamente).

Y si bien el gobernador pudiera presumir una disminución moderada en los niveles de rechazo ciudadano a su administración, lo cierto es que tales no fueron suficientes para ofrecerle asidero alguno en una elección en que ninguno de sus candidatos pudo ganar las estratégicas posiciones que el PES había diseñado para ellos. Tal soledad explica la imagen profusamente difundida ayer por el equipo de comunicación de Blanco en la que aparece junto al presidente López Obrador en que promete “continuará con el trabajo coordinado para materializar el proyecto de nación de la Cuarta Transformación”.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Por lo menos una decena de candidatos “del gobernador” se quejan en privado del Ejecutivo y Cuauhtémoc Blanco. Durante semanas, los aspirantes de oposición (muchos de ellos hoy candidatos electos) denunciaron que se venía una elección de Estado, en la que el gobierno usaría todos sus recursos para tratar de imponer a sus favoritos ubicados primordialmente en la coalición Morena-PES-PNA, y en el Partido Encuentro Social. Equipos jurídicos prepararon impugnaciones por diversas conductas que podrían presumir la intervención del gobierno estatal en la elección y que al final no tuvieron que ser presentadas ya sea por los resultados comiciales o porque no hubo la sustancia para hacerlo.

No era difícil sospechar de la intervención del gobierno en los comicios. El gobernador fue sancionado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que consideró que Cuauhtémoc Blanco violó los principios de imparcialidad y equidad en la contienda al asistir al cierre de campaña de un candidato a la alcaldía de Huejutla, Hidalgo, en octubre de 2020. Ya antes el gobernador había sido señalado por interpretaciones bastante liberales de la norma electoral, así que pensar en que podría intervenir más allá de la retención de recursos para el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana, era natural. Muchos de los candidatos a quienes palomeó el mandatario incluyeron en sus cálculos la posibilidad de apoyos del gobierno estatal.

La ciudadanía puede decir, “qué bueno que el gobierno estatal no pudo, o no quiso intervenir a favor de sus candidatos en la elección”, y aún con eso comprender el disgusto de los candidatos morelenses por el abandono del gobierno.

Por supuesto, tampoco se podría esperar demasiado del gobierno estatal en la materia que trató como a todo lo demás en esta administración, sin el menor cuidado y sorteando lo que la realidad le presenta de forma natural. Así que, lejos de una vocación democrática y justa del gobierno estatal, lo que se pudo identificar en el proceso electoral fue la cadencia de una administración que sigue careciendo de un proyecto para el estado.

El escaso cálculo electoral del Ejecutivo, junto a un nivel de desaprobación al gobernador superior al 50%, derivó en lo que muchos candidatos identifican como un voto de castigo hacia los candidatos que se identificaron con Cuauhtémoc Blanco; castigo que se volvió incontrolable por la inoperancia o insuficiencia de las políticas sociales del estado y la exacta identificación en el electorado de la proveniencia de apoyos federales (becas y vacunación, específicamente).

Y si bien el gobernador pudiera presumir una disminución moderada en los niveles de rechazo ciudadano a su administración, lo cierto es que tales no fueron suficientes para ofrecerle asidero alguno en una elección en que ninguno de sus candidatos pudo ganar las estratégicas posiciones que el PES había diseñado para ellos. Tal soledad explica la imagen profusamente difundida ayer por el equipo de comunicación de Blanco en la que aparece junto al presidente López Obrador en que promete “continuará con el trabajo coordinado para materializar el proyecto de nación de la Cuarta Transformación”.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx