/ lunes 10 de enero de 2022

La cuarta ola

Covid-19 nos presenta este invierno a su variante más veloz, la transmisibilidad de ómicron es 70 veces más rápida que la de su prima delta, aunque todo apunta en principio a una menor gravedad.

A pesar de que la nueva variante salta más fácilmente de una persona a otra, no causa tanto daño en tejidos pulmonares como lo hicieron las cepas predecesoras, citan los expertos.

Los escenarios para Ómicron son muy distintos, el mundo tiene ahora vacunas y aunque no han sido distribuidas equitativamente ya representan un punto de apoyo en conjunto a la inmunidad temporal que las personas recuperadas tienen; en factores en contra tenemos grandes sectores de la población mundial sin recibir vacuna, ya sea por la falta de éstas o por decisión propia; ahora sumemos nuestra visión y conducta ciudadana situada de forma permanente en semáforo verde es decir, nos estamos relajando y eso salta a simple vista.

Hay puntos de vista y predicciones variadas y encontradas, algunos expertos opinan que estamos viviendo la cuarta pero tal vez última ola, mientras otros creen que Ómicron pondrá al mundo de rodillas en un pasillo bastante prolongado.

Es incuestionable la velocidad del virus, el sábado pasado México alcanzó la cifra más alta de contagios desde el inicio de la crisis, fueron 30,671 casos nuevos, número suficiente para romper el récord vigente desde el 18 de agosto de 2021 cuando se contaron 28,953 personas infectadas en una sola jornada.

El infierno no es endémico, en las primeras horas de este año, nuestro vecino del norte registró la escalofriante cifra de un millón 80 mil contagios en un solo día, algo sin precedentes a nivel mundial desde el arranque de la pandemia, según informó la Universidad Johns Hopkins que también dio a conocer 1,688 decesos en 24 horas en los Estados Unidos.

Ahora su sistema de salud se reporta en riesgo de hasta 78% en hospitalizaciones a causa de la enfermedad.

Durante el fin de semana en 24 horas, Francia reportó 297 mil, India 180 mil, Italia 155 mil, Gran Bretaña 141 mil, Australia 100 mil, Argentina 73 mil, Turquía 61 mil, Países Bajos 32 mil y Alemania 30 mil.

Ante la velocidad en la tasa de reproducción del virus, la Jefa de Gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum, pidió ante síntomas de resfriado común aislarse y dar por hecho la infección por SARS-CoV-2, lo anterior no es descabellado si tomamos en cuenta tres cosas: el vertiginoso contagio ocasionado por las nuevas cepas, sumado a que nuestro país no se ha distinguido por una gran cantidad de pruebas de diagnóstico, sin olvidar la existencia de datos recientes que revelan la gran capacidad de ómicron para evadir las realizadas por antígenos.

Con base en lo anterior, sorprende ver al Presidente en la mañanera se presentó con una ligera ronquera, pues si acude a realizarse las pruebas correspondientes, debe en concordancia optar por el distanciamiento social.

Nos hemos relajado ante señales de alarma, la cancelación de vuelos en los aeropuertos de todo el mundo incluyendo nuestro país solo mueve a los directamente afectados y eso por los perjuicios recibidos; no se trata de cierre de fronteras, las salidas se ven suspendidas por los contagios entre las tripulaciones y esa situación sí era atípica; sin embargo fuera del perímetro de los aeropuertos la vida transcurre normal, usted va al “súper” y las medidas han disminuido notablemente, hoy se encuentra (en el mejor de los casos) una persona con una botella de algo que parece ser gel o quizá un líquido de incierta procedencia, nadie guarda sana distancia no hay desinfección profunda de los carritos y la situación es peor en la mayor parte de comercios y sitios públicos.

La cuarta ola se encuentra ya entre nosotros, en las próximas semanas veremos si en esta desesperada carrera entre las vacunas y las mutaciones del virus, seguimos perdiendo.

Covid-19 nos presenta este invierno a su variante más veloz, la transmisibilidad de ómicron es 70 veces más rápida que la de su prima delta, aunque todo apunta en principio a una menor gravedad.

A pesar de que la nueva variante salta más fácilmente de una persona a otra, no causa tanto daño en tejidos pulmonares como lo hicieron las cepas predecesoras, citan los expertos.

Los escenarios para Ómicron son muy distintos, el mundo tiene ahora vacunas y aunque no han sido distribuidas equitativamente ya representan un punto de apoyo en conjunto a la inmunidad temporal que las personas recuperadas tienen; en factores en contra tenemos grandes sectores de la población mundial sin recibir vacuna, ya sea por la falta de éstas o por decisión propia; ahora sumemos nuestra visión y conducta ciudadana situada de forma permanente en semáforo verde es decir, nos estamos relajando y eso salta a simple vista.

Hay puntos de vista y predicciones variadas y encontradas, algunos expertos opinan que estamos viviendo la cuarta pero tal vez última ola, mientras otros creen que Ómicron pondrá al mundo de rodillas en un pasillo bastante prolongado.

Es incuestionable la velocidad del virus, el sábado pasado México alcanzó la cifra más alta de contagios desde el inicio de la crisis, fueron 30,671 casos nuevos, número suficiente para romper el récord vigente desde el 18 de agosto de 2021 cuando se contaron 28,953 personas infectadas en una sola jornada.

El infierno no es endémico, en las primeras horas de este año, nuestro vecino del norte registró la escalofriante cifra de un millón 80 mil contagios en un solo día, algo sin precedentes a nivel mundial desde el arranque de la pandemia, según informó la Universidad Johns Hopkins que también dio a conocer 1,688 decesos en 24 horas en los Estados Unidos.

Ahora su sistema de salud se reporta en riesgo de hasta 78% en hospitalizaciones a causa de la enfermedad.

Durante el fin de semana en 24 horas, Francia reportó 297 mil, India 180 mil, Italia 155 mil, Gran Bretaña 141 mil, Australia 100 mil, Argentina 73 mil, Turquía 61 mil, Países Bajos 32 mil y Alemania 30 mil.

Ante la velocidad en la tasa de reproducción del virus, la Jefa de Gobierno de la CDMX Claudia Sheinbaum, pidió ante síntomas de resfriado común aislarse y dar por hecho la infección por SARS-CoV-2, lo anterior no es descabellado si tomamos en cuenta tres cosas: el vertiginoso contagio ocasionado por las nuevas cepas, sumado a que nuestro país no se ha distinguido por una gran cantidad de pruebas de diagnóstico, sin olvidar la existencia de datos recientes que revelan la gran capacidad de ómicron para evadir las realizadas por antígenos.

Con base en lo anterior, sorprende ver al Presidente en la mañanera se presentó con una ligera ronquera, pues si acude a realizarse las pruebas correspondientes, debe en concordancia optar por el distanciamiento social.

Nos hemos relajado ante señales de alarma, la cancelación de vuelos en los aeropuertos de todo el mundo incluyendo nuestro país solo mueve a los directamente afectados y eso por los perjuicios recibidos; no se trata de cierre de fronteras, las salidas se ven suspendidas por los contagios entre las tripulaciones y esa situación sí era atípica; sin embargo fuera del perímetro de los aeropuertos la vida transcurre normal, usted va al “súper” y las medidas han disminuido notablemente, hoy se encuentra (en el mejor de los casos) una persona con una botella de algo que parece ser gel o quizá un líquido de incierta procedencia, nadie guarda sana distancia no hay desinfección profunda de los carritos y la situación es peor en la mayor parte de comercios y sitios públicos.

La cuarta ola se encuentra ya entre nosotros, en las próximas semanas veremos si en esta desesperada carrera entre las vacunas y las mutaciones del virus, seguimos perdiendo.