Como los propios candidatos lo han reconocido, no se trató de una casualidad el encuentro entre Fidel Demédicis Hidalgo, Jorge Meade Ocaranza y Víctor Manuel Caballero Solano, candidatos al gobierno del estado, independiente, por el Partido Revolucionario Institucional, y la coalición Por Morelos al Frente, PAN-MC. La reunión fue calculada e incluida en la agenda de los candidatos unas horas antes de que se celebrara y se buscó un escenario muy visible, la terraza de un restaurante ubicado en la Plaza de Armas de Cuernavaca, para que los fotógrafos hicieran sus gráficas y las especulaciones empezaran a hacerse circular desde equipos de campaña de algunos hacia un ignorante segmento del electorado morelense al que se hace creer que un candidato puede declinar a favor de otro (pues ni que fuera Jiutepec. Es conveniente anotar que las declinaciones en el sistema electoral mexicano no abonan las preferencias o los votos que al candidato retirado tiene, a otro aspirante en automático, aunque haya quienes en Jiutepec lo crean así).
Los candidatos se reunieron para visibilizar un problema común que aseguran enfrentar: las prácticas antidemocráticas promovidas desde el Gobierno del Estado y el derroche de recursos de dos de los candidatos a la gubernatura Cuauhtémoc Blanco Bravo y Rodrigo Gayosso Cepeda, a quienes acusan de violentar los topes de campaña y la ética de los procesos electorales; según acusaron en un comunicado posterior al encuentro, ya que muchos “analistas” adheridos a campañas políticas habían hasta repartido los cargos en un eventual gobierno de quien resultara beneficiario supuesto de las declinaciones que no existen.
A lo mejor hay razones para la sospecha, de acuerdo con la información de la Unidad de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral, al corte de este martes el gasto en campaña de Gayosso Cepeda alcanzaba los 8.5 millones de pesos reportados; mientras que el de Cuauhtémoc Blanco Bravo casi llegaba a los 7 millones de pesos; los otros seis candidatos juntos no alcanzan los casi 15.5 millones de pesos que han gastado estos dos aspirantes y al ritmo que se gasta, parece que no los alcanzarán nunca. De hecho, el gasto total reportado por los candidatos a la gubernatura de Morelos es de 27.361 millones de pesos hasta ahora. Y aún faltan los cierres.
A Caballero, Demédicis y Meade les preocupa que en la lucha por el poder sin miramiento ético alguno, se ha polarizado la opinión y que dos de sus rivales, a través de prácticas de muy dudosa ética, pretenden polarizar al electorado haciendo creer que hay sólo dos contendientes: el Gayo y el Cuauh, cuando el abanico de opciones es mucho más amplio. De hecho, para los políticos tradicionales, muchos de ellos candidatos en este proceso electoral, tanto Cuauhtémoc Blanco como Rodrigo Gayosso representan accidentes en la política, y hasta especulan que sin ellos, tendríamos una contienda muy normal por la gubernatura. En los hechos, parece algo muy similar a esa teoría, y justamente esos otros candidatos, los normales, por llamarles de alguna forma, han comenzado pláticas para defender la libertad del voto y la efectividad del sufragio de los morelenses, dos elementos que, por cierto, sus partidos disputarían de forma férrea y a lo mejor con una que otra licencia moral, si no estuvieran tan dominados por quienes parecen representar la mayor de las rupturas en la política morelense.
Por lo pronto, esperaremos que el debate de hoy demuestre este renovado ánimo de limpieza, y les permita presentar propuestas que fortalezcan el debate político en el estado. Sería una buena evidencia de que no se ha sepultado lo bueno de la práctica política.
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