/ jueves 30 de junio de 2022

Jim Morrison, el hombre de la libertad

Contemporáneos de The Beatles y de The Rolling Stones, The Doors es una de las bandas de rock más icónicas de los años sesenta, y un referente en rock mundial, que su legado musical subsiste hasta nuestros días.

Y sin duda, su vocalista Jim Morrison es emblema no solo de la música sino también de la libertad, un personaje que vivió al límite, que le gustaba explorar lo desconocido, de desafiar las imágenes de autoridad, pero que la traería la censura y la crítica por parte del ala conservadora de una sociedad que atravesaba por cambios políticos y culturales, eran tiempos de la contracultura.

“Nadie sale vivo de aquí” decía Jim Morrison, refiriendo metafóricamente sobre vivir al máximo, al fin y al cabo nadie sobrevive a la vida. Y bajo esta filosofía, Jim Morrison siempre se condujo con autenticidad consigo mismo, quizás para quienes estaban a su alrededor podría ser alguien autodestructivo, como lo señaló su compañero de grupo, el baterista John Densmore; sin embargo, Jim nunca engañó a nadie siendo alguien que no era, fue fiel a sí mismo y a sus compañeros de grupo.

También hay que mencionar que su espíritu de libertad fue parte importante para ser la imagen de The Doors, y no solo la voz, creando el personaje del Rey Lagarto como también se le conoce, una especie de metáfora sobre la arbitrariedad y la sobrevivencia. Llegó a decir “Soy el Rey Lagarto, puedo hacer lo que sea”. Todo esto contribuyó a que The Doors fueran considerados como la banda del exceso y el misterio.

Hablar de Jim Morrison es también hablar de poesía. Desde joven se interesó por la literatura, especialmente por el movimiento beat, que representaba rebelión contra lo convencional, una manera de expresarse ante las imposiciones de la sociedad. Gran parte de la obra musical de The Doors deriva de los poemas de Jim Morrison, quien no solo escribía la letra de las canciones sino estructuraba musicalmente los temas a pesar de no tocar algún instrumento musical. Ir a un concierto de The Doors y escuchar a Jim Morrison recitar sus poemas en medio de la improvisación musical de sus compañeros era su sello característico: “Fue la mejor noche de mi vida. Aunque todavía no había encontrado una esposa, tenía a mis amigos, justo a mi lado. Estábamos unidos”.

Indudablemente The Doors marcó un antes y un después en la música de rock, fusionaban muy bien diferentes estilos; el blues, el jazz, la música clásica, y el flamenco, por mencionar algunos. Pero la gran personalidad de Jim Morrison superaba los parámetros de la ley, tan es así que fue enjuiciado por conducta indecente en Miami, derivando una censura musical a The Doors que se tradujo en la cancelación de muchos de sus conciertos en su gira por la Unión Americana durante 1969, por lo que una válvula de escape fue una serie de presentaciones en la Ciudad de México a finales de junio de 1969. Un grupo de las grandes ligas se presentaba en tierras aztecas, pero la mala reputación de la banda como un agente del caos no les permitió que tocaran en la majestuosa Plaza de Toros México, teniendo que hacerlo en un club nocturno para la élite mexicana, un público que no era el habitual de The Doors. Cabe mencionar que este viaje de The Doors representó más que nada un pequeño descanso ante un panorama represivo en su país de origen.

Algunas ideas de Jim Morrison sobre la libertad son: “El tipo más importante de libertad es ser quien realmente eres”, “Un amigo es aquel que te da la libertad de ser tú mismo”, “Cancelen mi subscripción a la resurrección”, “Muéstrate a ti mismo ante tu más profundo miedo; después de eso, el miedo ya no tiene poder y eres libre”. Jim Morrison murió un 3 de julio de 1971, a los 27 años, y para sus amigos como el guitarrista Robby Krieger, vivió más que muchos que han tenido una vida longeva, experimentando los límites de la realidad, porque él siempre fue el hombre de la libertad, así de afortunado fue.

Contemporáneos de The Beatles y de The Rolling Stones, The Doors es una de las bandas de rock más icónicas de los años sesenta, y un referente en rock mundial, que su legado musical subsiste hasta nuestros días.

Y sin duda, su vocalista Jim Morrison es emblema no solo de la música sino también de la libertad, un personaje que vivió al límite, que le gustaba explorar lo desconocido, de desafiar las imágenes de autoridad, pero que la traería la censura y la crítica por parte del ala conservadora de una sociedad que atravesaba por cambios políticos y culturales, eran tiempos de la contracultura.

“Nadie sale vivo de aquí” decía Jim Morrison, refiriendo metafóricamente sobre vivir al máximo, al fin y al cabo nadie sobrevive a la vida. Y bajo esta filosofía, Jim Morrison siempre se condujo con autenticidad consigo mismo, quizás para quienes estaban a su alrededor podría ser alguien autodestructivo, como lo señaló su compañero de grupo, el baterista John Densmore; sin embargo, Jim nunca engañó a nadie siendo alguien que no era, fue fiel a sí mismo y a sus compañeros de grupo.

También hay que mencionar que su espíritu de libertad fue parte importante para ser la imagen de The Doors, y no solo la voz, creando el personaje del Rey Lagarto como también se le conoce, una especie de metáfora sobre la arbitrariedad y la sobrevivencia. Llegó a decir “Soy el Rey Lagarto, puedo hacer lo que sea”. Todo esto contribuyó a que The Doors fueran considerados como la banda del exceso y el misterio.

Hablar de Jim Morrison es también hablar de poesía. Desde joven se interesó por la literatura, especialmente por el movimiento beat, que representaba rebelión contra lo convencional, una manera de expresarse ante las imposiciones de la sociedad. Gran parte de la obra musical de The Doors deriva de los poemas de Jim Morrison, quien no solo escribía la letra de las canciones sino estructuraba musicalmente los temas a pesar de no tocar algún instrumento musical. Ir a un concierto de The Doors y escuchar a Jim Morrison recitar sus poemas en medio de la improvisación musical de sus compañeros era su sello característico: “Fue la mejor noche de mi vida. Aunque todavía no había encontrado una esposa, tenía a mis amigos, justo a mi lado. Estábamos unidos”.

Indudablemente The Doors marcó un antes y un después en la música de rock, fusionaban muy bien diferentes estilos; el blues, el jazz, la música clásica, y el flamenco, por mencionar algunos. Pero la gran personalidad de Jim Morrison superaba los parámetros de la ley, tan es así que fue enjuiciado por conducta indecente en Miami, derivando una censura musical a The Doors que se tradujo en la cancelación de muchos de sus conciertos en su gira por la Unión Americana durante 1969, por lo que una válvula de escape fue una serie de presentaciones en la Ciudad de México a finales de junio de 1969. Un grupo de las grandes ligas se presentaba en tierras aztecas, pero la mala reputación de la banda como un agente del caos no les permitió que tocaran en la majestuosa Plaza de Toros México, teniendo que hacerlo en un club nocturno para la élite mexicana, un público que no era el habitual de The Doors. Cabe mencionar que este viaje de The Doors representó más que nada un pequeño descanso ante un panorama represivo en su país de origen.

Algunas ideas de Jim Morrison sobre la libertad son: “El tipo más importante de libertad es ser quien realmente eres”, “Un amigo es aquel que te da la libertad de ser tú mismo”, “Cancelen mi subscripción a la resurrección”, “Muéstrate a ti mismo ante tu más profundo miedo; después de eso, el miedo ya no tiene poder y eres libre”. Jim Morrison murió un 3 de julio de 1971, a los 27 años, y para sus amigos como el guitarrista Robby Krieger, vivió más que muchos que han tenido una vida longeva, experimentando los límites de la realidad, porque él siempre fue el hombre de la libertad, así de afortunado fue.