/ jueves 21 de julio de 2022

El cambio climático, las sequías y las inundaciones: Jinetes del apocalipsis climático


El calentamiento global está amplificando las sequías severas y las inundaciones al destruir las poderosas corrientes en chorro a gran altura que se mueven de oeste a este en el hemisferio norte. En los ultmos años, estos fenómenos (sequías devastadoras en California, olas de calor en los Estados Unidos de Norteamérica y Europa occidental, inundaciones mortales en Pakistán) han empeorado el cambio climático, consecuencia de la ctividad humana, ha alterado esas corrientes.

El cambio climático no solo está impulsando eventos aún más extremos a través de los mecanismos habituales, estos “mecanismos habituales” incluyen temperaturas más cálidas, que provocan más olas de calor y sequías, así como más humedad en el aire, lo que ocasiona más inundaciones o nevadas. Además de estos efectos, el calentamiento global está cambiando el patrón de la corriente en chorro de una manera que favorece anomalías climáticas más extremas y persistentes.

Las corrientes en chorro son corrientes de aire que atraviesan la mitad norte del globo, a altitudes de entre ocho y once kilómetros sobre la superficie de la Tierra.

Impulsadas por el contraste entre el aire polar frío y el clima tropical, las corrientes en chorro viajan dentro de una banda de varios cientos de kilómetros de ancho a velocidades de alrededor de 300 kilómetros por hora. Cuando estas corrientes de aire se alentan o se detienen, estos fenómenos meteorológicos pueden volverse más extremos y provocar períodos prolongados de calor o precipitaciones.

¿Y qué hace que estas corrientes de aire se detengan? Pequeñas diferencias de temperatura entre el aire del Ártico y el de los trópicos. Esto puede suceder naturalmente, pero ha sucedido con más frecuencia desde que se produjo el cambio climático.


El Ártico se ha calentado más del doble del promedio mundial de los últimos 50 años, ya que su temperatura aumentó dos grados centígrados. El aire sobre las masas de tierra también se calentó más rápido que sobre los océanos.

En 2021, según un informe del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), 22,3 millones de personas fueron desplazadas internamente debido a desastres relacionados con el clima en todo el mundo, en comparación con 14,4 millones desplazados por conflictos y violencia.

Las inundaciones y la sequía son cada vez más frecuentes e intensas y afectan gravemente las regiones de México y el mundo y los desastres relacionados por el cambio climático corren el riesgo no sólo debe de empeorar la pobreza el hambre y el acceso de los recursos naturales, como el agua, sino también el aumento de la inestabilidad y la violencia.

La evidencia climática disponible, indica que estos desastres están influenciados por el cambio climático.

El calentamiento global, principal causa del cambio climático que afecta al planeta, es un fenómeno exponencial que está superando las predicciones de los modelos de lluvias del año anterior que no pudieron pronosticarse con tal intensidad. En algunos lugares, cuando las aguas caían, estos dejaban un residuo salino que complicaba futuras cosechas. Las extensas sequías de la segunda mitad del año nos volvieron a sorprender y en muchos casos, nos dejaron sin reacción. Es un fenómeno complejo que estamos tratando apenas de entender.

Un problema que interfiere mucho con las inundaciones en las grandes ciudades y que no parece tener una solución rápida es el alto nivel de contaminación, provocado tanto por la falta de conciencia de la población como por los ineficientes sistemas de recolección o distribución de basura. La ocurrencia de inundaciones en las ciudades también puede estar relacionada con problemas en los sistemas de drenaje.

A pesar de todos los problemas mencionados anteriormente, la causa principal de las inundaciones es sin duda la impermeabilización del suelo. Con la pavimentación de calles y el cimentado de patios y aceras, la mayor parte del agua, que debería filtrarse al suelo, sale a la superficie, provocando un aumento de escurrimientos y crecidas de ríos.

Existen numerosas medidas para combatir las inundaciones, uno de ellos es realizar la debida prevención, a través de la construcción de sistemas de drenaje eficientes, la evacuación de áreas de riesgo, la creación de reservas forestales en las riberas de los ríos, la reducción de los índices de contaminación y generación de basura, además de una planificación urbana más consistente.

Muy ligadas a las inundaciones en las ciudades, y contribuyendo efectivamente al aumento de los ríos están las lluvias, que en algunos lugares incluso arrasa y destruye varias ciudades, causando daños a los residentes locales.

El cambio climático es uno de los peores peligros para la seguridad colectiva en todo el mundo y es lamentable aceptar que las disputas por el agua y el avance de la desertificación ya son factores de guerra en África.

El clima, el cambio climático, es una de las peores amenzas para nuestra seguridad. Si continuamos en esta situación, tendremos vastas áreas del mundo donde las sequías obligarán a las poblaciones a moverse por millones, creando una enorme inestabilidad atmosférica.


El calentamiento global está amplificando las sequías severas y las inundaciones al destruir las poderosas corrientes en chorro a gran altura que se mueven de oeste a este en el hemisferio norte. En los ultmos años, estos fenómenos (sequías devastadoras en California, olas de calor en los Estados Unidos de Norteamérica y Europa occidental, inundaciones mortales en Pakistán) han empeorado el cambio climático, consecuencia de la ctividad humana, ha alterado esas corrientes.

El cambio climático no solo está impulsando eventos aún más extremos a través de los mecanismos habituales, estos “mecanismos habituales” incluyen temperaturas más cálidas, que provocan más olas de calor y sequías, así como más humedad en el aire, lo que ocasiona más inundaciones o nevadas. Además de estos efectos, el calentamiento global está cambiando el patrón de la corriente en chorro de una manera que favorece anomalías climáticas más extremas y persistentes.

Las corrientes en chorro son corrientes de aire que atraviesan la mitad norte del globo, a altitudes de entre ocho y once kilómetros sobre la superficie de la Tierra.

Impulsadas por el contraste entre el aire polar frío y el clima tropical, las corrientes en chorro viajan dentro de una banda de varios cientos de kilómetros de ancho a velocidades de alrededor de 300 kilómetros por hora. Cuando estas corrientes de aire se alentan o se detienen, estos fenómenos meteorológicos pueden volverse más extremos y provocar períodos prolongados de calor o precipitaciones.

¿Y qué hace que estas corrientes de aire se detengan? Pequeñas diferencias de temperatura entre el aire del Ártico y el de los trópicos. Esto puede suceder naturalmente, pero ha sucedido con más frecuencia desde que se produjo el cambio climático.


El Ártico se ha calentado más del doble del promedio mundial de los últimos 50 años, ya que su temperatura aumentó dos grados centígrados. El aire sobre las masas de tierra también se calentó más rápido que sobre los océanos.

En 2021, según un informe del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno (IDMC), 22,3 millones de personas fueron desplazadas internamente debido a desastres relacionados con el clima en todo el mundo, en comparación con 14,4 millones desplazados por conflictos y violencia.

Las inundaciones y la sequía son cada vez más frecuentes e intensas y afectan gravemente las regiones de México y el mundo y los desastres relacionados por el cambio climático corren el riesgo no sólo debe de empeorar la pobreza el hambre y el acceso de los recursos naturales, como el agua, sino también el aumento de la inestabilidad y la violencia.

La evidencia climática disponible, indica que estos desastres están influenciados por el cambio climático.

El calentamiento global, principal causa del cambio climático que afecta al planeta, es un fenómeno exponencial que está superando las predicciones de los modelos de lluvias del año anterior que no pudieron pronosticarse con tal intensidad. En algunos lugares, cuando las aguas caían, estos dejaban un residuo salino que complicaba futuras cosechas. Las extensas sequías de la segunda mitad del año nos volvieron a sorprender y en muchos casos, nos dejaron sin reacción. Es un fenómeno complejo que estamos tratando apenas de entender.

Un problema que interfiere mucho con las inundaciones en las grandes ciudades y que no parece tener una solución rápida es el alto nivel de contaminación, provocado tanto por la falta de conciencia de la población como por los ineficientes sistemas de recolección o distribución de basura. La ocurrencia de inundaciones en las ciudades también puede estar relacionada con problemas en los sistemas de drenaje.

A pesar de todos los problemas mencionados anteriormente, la causa principal de las inundaciones es sin duda la impermeabilización del suelo. Con la pavimentación de calles y el cimentado de patios y aceras, la mayor parte del agua, que debería filtrarse al suelo, sale a la superficie, provocando un aumento de escurrimientos y crecidas de ríos.

Existen numerosas medidas para combatir las inundaciones, uno de ellos es realizar la debida prevención, a través de la construcción de sistemas de drenaje eficientes, la evacuación de áreas de riesgo, la creación de reservas forestales en las riberas de los ríos, la reducción de los índices de contaminación y generación de basura, además de una planificación urbana más consistente.

Muy ligadas a las inundaciones en las ciudades, y contribuyendo efectivamente al aumento de los ríos están las lluvias, que en algunos lugares incluso arrasa y destruye varias ciudades, causando daños a los residentes locales.

El cambio climático es uno de los peores peligros para la seguridad colectiva en todo el mundo y es lamentable aceptar que las disputas por el agua y el avance de la desertificación ya son factores de guerra en África.

El clima, el cambio climático, es una de las peores amenzas para nuestra seguridad. Si continuamos en esta situación, tendremos vastas áreas del mundo donde las sequías obligarán a las poblaciones a moverse por millones, creando una enorme inestabilidad atmosférica.