La inversión pública es la utilización del dinero recaudado en impuestos, por parte del Gobierno Federal y los Estados, para reinvertirlo en beneficios dirigidos a la población que atiende, representada en obras, infraestructura, servicios, desarrollo de proyectos productivos, incentivo en la creación y desarrollo de empresas, promoción de las actividades comerciales, generación de empleo, protección de derechos fundamentales, y mejoramiento de la calidad de vida en general.
La inversión pública se encuentra regulada por leyes, normas y procedimientos, que definen lo que es viable y lo que está prohibido, los responsables y montos autorizados, actividades permitidas y requisitos que deben cumplir y lo más difícil y cuestionable, ser reales y tangibles.
Hoy en día la inversión Pública y Privada la debemos de analizar y con ella, determinar las políticas públicas que detonen la economía de nuestro país y estado, mientras que en los sectores de Comunicaciones y Transportes (Publica 42.27% vs Privado 57.73%), Desarrollo Urbano y Vivienda (52.73% vs 47.27%) los porcentajes están muy parejos, en los sectores de Energía (72.70% vs 27.30%) Hidráulico (88.61% vs 11.39) y Salud (98.54% vs 1.46%), la Inversión Pública es por mucho, quien “aporta” la mayor cantidad de flujo, solo el sector Turismo (38.09% vs 61.91%) es quien detona y participa en mayor proporción al desarrollo de las actividades secundarias y terciarias y las cuales son las más representativas de la economía nacional y también, de Morelos.
Esto, nos debe hacer reflexionar en cuales deben de ser los factores de éxito que podamos aprovechar y capitalizar, cuales deben de ser las estrategias a seguir en el mediano y largo plazo y por consiguiente, la detección de las áreas de oportunidad para explotar nuestras virtudes y aprender de lo que se hizo bien en el pasado, no hace 3, 4 ni 6 ni 10 años, hoy debemos de buscar hacia el interior para demostrarnos a nosotros mismos que si podemos lograr un crecimiento sostenido de nuestra economía sin depender de un solo sector, aunque para ser sensatos, el camino debemos de construirlo de manera conjunta gobierno, y empresarios para de esta forma, encontrar al final de camino, un resultado positivo.
Aunque la inversión pública debe estar orientada a mejorar la capacidad de prestar servicios públicos del Estado de forma que éstos nos brinden a los ciudadanos de manera oportuna, eficaz, pero sobre todo tangible, beneficios en los cuales nuestra calidad de vida sea, lo suficientemente decorosa y materialice el reflejo de una muy buena implementación de lo recaudado de nuestros impuestos y que sean ciertamente, bien ejecutados, de nada nos servirá generar altas expectativas de crecimiento con inversión privada, si la planeación inadecuada en el mediano y largo plazo ante condiciones económicas que cada vez nos acerca a una desaceleración que nos dejará por debajo de la expectativa de crecimiento en 2019 del 1.9% al 1.2%, nos hace ser cautos al momento de reinvertir utilidades o pensar en incrementar nuestra producción y más grave, no pensar en la contratación de más fuentes de empleo fijo y canalizar nuestros resultados a un esquema variable de pago a nuestros trabajadores el cual sea por resultados y que nos obligue a ofrecer mayor capacitación de los mismos y lograr potencializar las capacidades naturales y adquiridas, el resultado en el largo plazo bajo este esquema, sin duda nos garantiza que tendremos mejor recurso humano, más profesional y más consciente de que las aptitudes y el esfuerzo, será aprovechado por ambas partes, hagamos que la inversión sea una realidad y no, un discurso político.
¡Que así sea!
