Igual que a Lázaro Cárdenas

Era la noche del 18 de marzo de 1938. Ese día fue cuando el Presidente Lázaro Cárdenas decidió dar el gran paso, el de quitarles los bienes de la nación a quienes se enriquecían de éstos; decretó la expropiación petrolera.

Al explicar por qué daba ese histórica marcha, Don Lázaro señalaba que las empresas extranjeras estaban gozando de “privilegios económicos y tolerancia gubernamental”, y que el pueblo no era beneficiario de dichas prerrogativas.

Las y los mexicanos lo escuchaban en sus radios de transistores: “…abuso de una tolerancia que se creó al amparo de la ignorancia, de la prevaricación y de la debilidad de los dirigentes del país…, dinero para la prensa antipatriótica que las defiende…”, argumentaba.

Igual, lamentaba que hubiera quienes frenaban el progreso del país, que abusaban “frecuentemente de (su) poderío económico hasta el grado de poner en riesgo la vida misma de la nación”.

Luego habría de plantear su histórica decisión la que no tendría camino de reversa a pesar de las presiones de las empresas poderosas, por lo que advirtió que “si fuera necesario” su gobierno sabría sacrificarse para “afrontar compromisos”, y pidió “a la nación entera un respaldo moral y material suficiente para llevar a cabo una resolución tan justificada, tan trascendente y tan indispensable”.

Es interesante, no cabe duda, revisar hoy aquel discurso de hace casi 81 años cuando el Presidente salió a la defensa del país y supo enfrentar a quienes se apropiaban de la riqueza nacional, pero también hacer remembranza de cómo el pueblo apoyó aquella decisión cuando se saqueaba lo que le pertenecía a la nación.

Habrá quien piense que no hay paralelismo entre lo que sucedió hace ocho décadas con lo que está sucediendo en estos días cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador decidió denunciar el robo de gasolinas por los “huachicoleros de cuello blanco”.

Sí, la situación no es la misma, pero NO era posible que siguiéramos permitiendo, como lo hicieron los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que se siguiera tranzando a la nación.

Es entendible la molestia y el enojo porque en algunas gasolineras no hay combustibles; su escases tiene que ver también con las compras de pánico que se están promoviendo desde las redes sociales, las cuales también han sido aprovechadas para publicar decenas de face news; igual hemos visto ingeniosos memes, pero también insidiosas campañas que detrás de éstas se encuentrán, no es descartable, los mismos que operaron por décadas, dentro de Pemex, la vergonzosa estafa, la multimillonaria sangría de un país y de una población a la que han engañado y empobrecido.

Esos “huachicoleros de cuello blanco” están haciendo hasta lo imposible para que las cosas sigan como antes, y por ello han buscado generar la percepción de que hay un absoluto descontento contra la decisión del presidente López Obrador.

Como hace 81 años, hoy, la mayoría de la población está apoyando a su Presidente, ha decidido no dejarlo solo frente a quienes pretenden seguir teniendo “privilegios económicos y tolerancia gubernamental”.

Quienes pretendían hacernos creer que hay un clima de rechazo a la decisión del Presidente, se dieron contra la pared, se toparon con las encuestas que dicen que “la población respalda la determinación del cierre de ductos como medida para combatir el robo de combustible, aunque esto implique el desabasto de gasolina por algún tiempo”, como señala la encuesta realizada por el diario Reforma vía telefónica a 400 habitantes del Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Querétaro y la Ciudad de México.

En tanto, la encuesta nacional del Gabinete de Comunicación Estratégicas, destaca que 9 de cada 10 mexicanos apoyan que las fuerzas armadas resguarden las instalaciones de Pemex; mientras que 8 de cada 10 apoyan el cierre de las válvulas de los ductos que trasportan gasolinas

Muy a su pesar, los “huachicoleros de cuello blanco” se han enterado que igual que a Lázaro Cárdenas, López Obrador tienen el apoyo decidido de la población en su decisión de acabar con el robo de gasolinas.