/ jueves 24 de febrero de 2022

Identidad y símbolos patrios

En febrero se conmemoran varias fechas significativas en la historia política de México, que podríamos considerarlo como el segundo mes en importancia después de septiembre, el mes patrio.

Y es que el 5 febrero tenemos el Aniversario de la Promulgación de la Constitución Política de México, que es la organización del poder político expresado en normas jurídicas constitucionales de las decisiones políticas fundamentales que determinan el tipo de Estado y la forma de gobierno, y que como sabemos, fue producto de las consignas revolucionarias que configuraron un Estado democrático social de Derecho, destacando los artículos 3°, 27° y 123°; pero que con la llegada de la ola neoliberal se implementaron reformas para reconfigurar al Estado en beneficio del poder económico, pero que actualmente hay una lucha entre factores de poder para hacer prevalecer sus proyectos políticos traducidos entre “primeros los ricos” o “primero los pobres”, no por nada la lucha mediática entre personajes que bajo un discurso de “energías limpias” y “libertad de expresión” cuestionan y atacan el proyecto del gobierno actual que busca fortalecer una soberanía que se desdibujó con los gobiernos de los años 80 hasta 2018.

Ahora bien, también en este mes de febrero se conmemora otra fecha significativa no solo para los cuautlenses y morelenses sino para todos los mexicanos: el inicio del Sitio de Cuautla, posiblemente el episodio más heroico de la Guerra de Independencia. Si bien es cierto, el Sitio de Cuautla quedó registrado como una batalla ganada por el Ejército Realista, la resistencia por el bando Insurgente así como la estoicidad de los pobladores cuautlenses por 72 días, son lo más sobresaliente de este episodio histórico. Y bien, derivado de la estancia del general José María Morelos y Pavón en Cuautla y de su gesta heroica junto con su ejército es que nuestro Estado, fundado en la época de Benito Juárez para quitarle fuerza política al Estado de México, lleva el apellido del Siervo de la Nación. Por lo tanto, este capítulo de nuestra historia abonó a un elemento de identidad en aquellos que buscaban la fundación de una nueva nación, se trató de una “guerra sagrada” en términos de Antonio Velasco Piña.

Y bien, siguiendo esa tesitura, el 24 de febrero se conmemora el Día de la Bandera, siendo una fecha que tiene que ser significativa para los mexicanos, ya que se configuran en el lienzo tricolor dos símbolos patrios, sin embargo, más allá de la referencia que se hace del día de manera oficial por las autoridades, se debe hacer conciencia por parte de los ciudadanos mexicanos de las problemáticas del país para superarlas mediante identidad y cohesión social, elementos que se han ido perdiendo en la postmodernidad derivado de estar inmersos en una sociedad líquida.

Es en esta fecha, un 24 de febrero pero de 1821, que se suscita el Abrazo de Acatempan entre los dos líderes del ejército Insurgente y Realista, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, respectivamente, para conjuntar ambos ejércitos y crear el Ejército Trigarante, y así consumar la Independencia del gobierno español y configurar un nuevo ente político soberano, en virtud de que se llevaban casi 11 años de guerra, mermando la economía de la Nueva España, así como el desgaste político, social y humano que implica un movimiento armado de esa índole. Aunado a ello, con las disposiciones de la Constitución de Cádiz, la clase rica de la Nueva España veían afectados sus intereses, por lo que era más conveniente independizarse de España, por lo tanto, se facilitaron más las cosas para que el general Agustín de Iturbide estrechara lazos con Vicente Guerrero en lo que sería conocido como el Abrazo de Acatempan, en donde también se firmó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías: religión única (la católica), independencia y unión, que se verían reflejadas en tres colores: verde, blanco y rojo, confeccionando una bandera siendo el primer antecedente con los tres colores que conforman nuestro lábaro patrio actual, símbolo de identidad.

Hay que tener presente que una vez que se consumó la independencia el 27 de septiembre de 1821, no fue fácil mantener viable a la naciente organización política en virtud de que aún no podíamos hablar de un Estado por la inestabilidad política que se vivía por la lucha entre los grupos políticos para establecer la forma de gobierno más conveniente. Es con República Restaurada con Benito Juárez que se cimientan las bases del Estado mexicano, y que con Porfirio Díaz se daría una estabilidad política, dejando atrás los levantamientos armados constantes de personajes que veían intereses propios, y que no permitían una cohesión política en las primeras décadas de independencia, pues recordemos que imperaba la lucha constante entre liberales y conservadores que dio pauta a guerras e invasiones que dieron como resultado entre otros, la pérdida de más de la mitad del territorio nacional.

De tal forma que es importante, no solo ver determinadas fechas históricas como oportunidades para no ir a trabajar, sino más bien de conocimiento y reflexión en aras de recuperar esa identidad y cohesión social que se han fracturado en virtud de los efectos de la globalización que se sustenta en una filosofía económica neoliberal que acrecienta la desigualdad social.

Twitter: @jcarlosjaimes

Facebook: Juan Carlos Jaimes




En febrero se conmemoran varias fechas significativas en la historia política de México, que podríamos considerarlo como el segundo mes en importancia después de septiembre, el mes patrio.

Y es que el 5 febrero tenemos el Aniversario de la Promulgación de la Constitución Política de México, que es la organización del poder político expresado en normas jurídicas constitucionales de las decisiones políticas fundamentales que determinan el tipo de Estado y la forma de gobierno, y que como sabemos, fue producto de las consignas revolucionarias que configuraron un Estado democrático social de Derecho, destacando los artículos 3°, 27° y 123°; pero que con la llegada de la ola neoliberal se implementaron reformas para reconfigurar al Estado en beneficio del poder económico, pero que actualmente hay una lucha entre factores de poder para hacer prevalecer sus proyectos políticos traducidos entre “primeros los ricos” o “primero los pobres”, no por nada la lucha mediática entre personajes que bajo un discurso de “energías limpias” y “libertad de expresión” cuestionan y atacan el proyecto del gobierno actual que busca fortalecer una soberanía que se desdibujó con los gobiernos de los años 80 hasta 2018.

Ahora bien, también en este mes de febrero se conmemora otra fecha significativa no solo para los cuautlenses y morelenses sino para todos los mexicanos: el inicio del Sitio de Cuautla, posiblemente el episodio más heroico de la Guerra de Independencia. Si bien es cierto, el Sitio de Cuautla quedó registrado como una batalla ganada por el Ejército Realista, la resistencia por el bando Insurgente así como la estoicidad de los pobladores cuautlenses por 72 días, son lo más sobresaliente de este episodio histórico. Y bien, derivado de la estancia del general José María Morelos y Pavón en Cuautla y de su gesta heroica junto con su ejército es que nuestro Estado, fundado en la época de Benito Juárez para quitarle fuerza política al Estado de México, lleva el apellido del Siervo de la Nación. Por lo tanto, este capítulo de nuestra historia abonó a un elemento de identidad en aquellos que buscaban la fundación de una nueva nación, se trató de una “guerra sagrada” en términos de Antonio Velasco Piña.

Y bien, siguiendo esa tesitura, el 24 de febrero se conmemora el Día de la Bandera, siendo una fecha que tiene que ser significativa para los mexicanos, ya que se configuran en el lienzo tricolor dos símbolos patrios, sin embargo, más allá de la referencia que se hace del día de manera oficial por las autoridades, se debe hacer conciencia por parte de los ciudadanos mexicanos de las problemáticas del país para superarlas mediante identidad y cohesión social, elementos que se han ido perdiendo en la postmodernidad derivado de estar inmersos en una sociedad líquida.

Es en esta fecha, un 24 de febrero pero de 1821, que se suscita el Abrazo de Acatempan entre los dos líderes del ejército Insurgente y Realista, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide, respectivamente, para conjuntar ambos ejércitos y crear el Ejército Trigarante, y así consumar la Independencia del gobierno español y configurar un nuevo ente político soberano, en virtud de que se llevaban casi 11 años de guerra, mermando la economía de la Nueva España, así como el desgaste político, social y humano que implica un movimiento armado de esa índole. Aunado a ello, con las disposiciones de la Constitución de Cádiz, la clase rica de la Nueva España veían afectados sus intereses, por lo que era más conveniente independizarse de España, por lo tanto, se facilitaron más las cosas para que el general Agustín de Iturbide estrechara lazos con Vicente Guerrero en lo que sería conocido como el Abrazo de Acatempan, en donde también se firmó el Plan de Iguala o de las Tres Garantías: religión única (la católica), independencia y unión, que se verían reflejadas en tres colores: verde, blanco y rojo, confeccionando una bandera siendo el primer antecedente con los tres colores que conforman nuestro lábaro patrio actual, símbolo de identidad.

Hay que tener presente que una vez que se consumó la independencia el 27 de septiembre de 1821, no fue fácil mantener viable a la naciente organización política en virtud de que aún no podíamos hablar de un Estado por la inestabilidad política que se vivía por la lucha entre los grupos políticos para establecer la forma de gobierno más conveniente. Es con República Restaurada con Benito Juárez que se cimientan las bases del Estado mexicano, y que con Porfirio Díaz se daría una estabilidad política, dejando atrás los levantamientos armados constantes de personajes que veían intereses propios, y que no permitían una cohesión política en las primeras décadas de independencia, pues recordemos que imperaba la lucha constante entre liberales y conservadores que dio pauta a guerras e invasiones que dieron como resultado entre otros, la pérdida de más de la mitad del territorio nacional.

De tal forma que es importante, no solo ver determinadas fechas históricas como oportunidades para no ir a trabajar, sino más bien de conocimiento y reflexión en aras de recuperar esa identidad y cohesión social que se han fracturado en virtud de los efectos de la globalización que se sustenta en una filosofía económica neoliberal que acrecienta la desigualdad social.

Twitter: @jcarlosjaimes

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