/ martes 11 de enero de 2022

Homicidio y descomposición

El asesinato del alcalde de Xoxocotla, Benjamín López, evidencia el grado de descomposición y el enorme riesgo en que se ha convertido la práctica de la política en Morelos, aún no repuesta del escándalo que ha significado la aparición de imágenes de gobernador, alcaldes y diputados, posando junto a presuntos jefes criminales. Los primeros reportes indican que siete sujetos armados habrían entrado al domicilio del presidente del Concejo Indígena del municipio, y dispararon en por lo menos seis ocasiones antes de darse a la fuga, es decir, no se trató de un hecho de delincuencia común, sino de un atentado directo contra quien, apenas hace diez días había rendido protesta como alcalde de la comunidad indígena más extensa y poblada del estado.

Benjamín López fue declarado alcalde electo después de un gran litigio. En las elecciones del 6 de junio del año pasado su hermano, Juan López, había resultado electo en un proceso en que participaron 14 planillas. El proceso fue impugnado y llegó un momento en que había dos candidatos que se asumían como alcaldes electos. Frente a ello, se realizaron nuevas elecciones, ya sin Juan López que murió de un ataque cardiaco apenas seis días después de los primeros comicios. En el nuevo proceso electoral, Benjamín ganó la elección y tres nuevos litigios, obtuvo el reconocimiento de los tribunales electorales locales.

Dados los líos jurídicos el proceso de entrega recepción se atrasó en el municipio al grado de que la transición de poderes empezaba a realizarse este mes. El proceso no pudo concluirse finalmente por el homicidio.

Xoxocotla padecía los mismos problemas que otros municipios, adeudos con trabajadores, fuertes presiones de los grupos de interés a las autoridades municipales, pero el alcalde declaraba a El Sol de Cuernavaca recién el 28 de diciembre que confiaba en un proceso pacífico que permitiera trabajar por el bien de la comunidad.

El municipio indígena es un escenario político complicado. La asunción de la comunidad, antes parte de Puente de Ixtla, como una nueva demarcación no redujo el nivel de conflictividad en la zona, pero tampoco (y esto hay que reconocerlo) lo elevó notoriamente. El asesinato del alcalde abre un nuevo capítulo matizado ahora también por las enormes dudas sobre la penetración de grupos criminales en la actividad política de Morelos. En Xoxocotla se reconocía a Benjamín López Palacio como un hombre decente y de trabajo y sin vínculos con grupos de maleantes, lo que vuelve aún más delicado el asunto.

El homicidio de cualquier persona es gravísimo, cuando se trata de un alcalde toma un matiz necesariamente político y eleva el daño a otra esfera; en el caso de Morelos, el asesinato se da en un contexto de autoridades rebasadas por la inseguridad y bajo sospechas probablemente fundadas de nexos con grupos delictivos. La reacción del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, sobre el homicidio en su cuenta de Twitter no tranquiliza: “Lamento profundamente el cobarde asesinato del alcalde de Xoxocotla, Benjamín López. Condeno este atroz crimen, llegaremos hasta las últimas consecuencias para llevar a los responsables ante la justicia”. Más o menos lo mismo ha dicho en casos de la misma magnitud.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

El asesinato del alcalde de Xoxocotla, Benjamín López, evidencia el grado de descomposición y el enorme riesgo en que se ha convertido la práctica de la política en Morelos, aún no repuesta del escándalo que ha significado la aparición de imágenes de gobernador, alcaldes y diputados, posando junto a presuntos jefes criminales. Los primeros reportes indican que siete sujetos armados habrían entrado al domicilio del presidente del Concejo Indígena del municipio, y dispararon en por lo menos seis ocasiones antes de darse a la fuga, es decir, no se trató de un hecho de delincuencia común, sino de un atentado directo contra quien, apenas hace diez días había rendido protesta como alcalde de la comunidad indígena más extensa y poblada del estado.

Benjamín López fue declarado alcalde electo después de un gran litigio. En las elecciones del 6 de junio del año pasado su hermano, Juan López, había resultado electo en un proceso en que participaron 14 planillas. El proceso fue impugnado y llegó un momento en que había dos candidatos que se asumían como alcaldes electos. Frente a ello, se realizaron nuevas elecciones, ya sin Juan López que murió de un ataque cardiaco apenas seis días después de los primeros comicios. En el nuevo proceso electoral, Benjamín ganó la elección y tres nuevos litigios, obtuvo el reconocimiento de los tribunales electorales locales.

Dados los líos jurídicos el proceso de entrega recepción se atrasó en el municipio al grado de que la transición de poderes empezaba a realizarse este mes. El proceso no pudo concluirse finalmente por el homicidio.

Xoxocotla padecía los mismos problemas que otros municipios, adeudos con trabajadores, fuertes presiones de los grupos de interés a las autoridades municipales, pero el alcalde declaraba a El Sol de Cuernavaca recién el 28 de diciembre que confiaba en un proceso pacífico que permitiera trabajar por el bien de la comunidad.

El municipio indígena es un escenario político complicado. La asunción de la comunidad, antes parte de Puente de Ixtla, como una nueva demarcación no redujo el nivel de conflictividad en la zona, pero tampoco (y esto hay que reconocerlo) lo elevó notoriamente. El asesinato del alcalde abre un nuevo capítulo matizado ahora también por las enormes dudas sobre la penetración de grupos criminales en la actividad política de Morelos. En Xoxocotla se reconocía a Benjamín López Palacio como un hombre decente y de trabajo y sin vínculos con grupos de maleantes, lo que vuelve aún más delicado el asunto.

El homicidio de cualquier persona es gravísimo, cuando se trata de un alcalde toma un matiz necesariamente político y eleva el daño a otra esfera; en el caso de Morelos, el asesinato se da en un contexto de autoridades rebasadas por la inseguridad y bajo sospechas probablemente fundadas de nexos con grupos delictivos. La reacción del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, sobre el homicidio en su cuenta de Twitter no tranquiliza: “Lamento profundamente el cobarde asesinato del alcalde de Xoxocotla, Benjamín López. Condeno este atroz crimen, llegaremos hasta las últimas consecuencias para llevar a los responsables ante la justicia”. Más o menos lo mismo ha dicho en casos de la misma magnitud.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx