En breve estaremos realizando en el congreso del estado el parlamento juvenil. Un ejercicio de diagnóstico, visiones y búsqueda de mejoramiento de tan significativo sector de la población. De acuerdo con los datos del INEGI, este sector va de los 15 a los 29 años, con el agregado de una segmentación de adolescentes de entre 15 y 19 años.
Como en otros momentos de la vida del país, persiste el sentimiento entre la juventud de no ser considerada ni tomada en cuenta en muchos aspectos de la vida cotidiana, sin embargo, se ha avanzado con dificultades y muy pobremente.
Como presidenta de la Comisión de la Juventud para esta edición del parlamento habré de proponer a mis compañeras y compañeros diputados un ejercicio que vaya más allá de un simple protocolo de “diputado por un día”, considero que la problemática juvenil tiene dimensiones que rebasan las buenas intenciones y discursos como para saltar el objetivo del parlamento. Me parece que podemos ofrecer y dar más. Es además igual de compleja, dinámica y abrumadora, que la propia problemática nacional, sin embargo, aquella tiene la especial característica de que se trata de un presente-futuro que urge respuestas hoy para ponerlas en práctica hoy y que impactarán en años venideros.
Pobreza, educación, cultura, economía, etc., son dimensiones de trabajo hacia una mirada realista de una necesidad juvenil que pueda atender demandas urgentes en los tiempos de una pandemia saliente con rebrotes menos letales que enfrentamos en estos momentos.
Pareciera, pues, que los jóvenes no encuentran su lugar en este mundo, que les puede resultar extraño y desafiante frente a sus aspiraciones personales y colectivas. Mirar con nuevos ojos cada dimensión de la realidad y en particular de la juventud será un reto que sin duda, podremos superar con la participación de todos: las instituciones públicas, privada y la ciudadanía morelense. En breve estaré comentando y difundiendo el programa de trabajo.
