/ domingo 26 de julio de 2020

Gobiernos deudores

El gobierno estatal, y los 36 municipios, tienen una deuda importante con proveedores diversos que incluyen obra pública, servicios profesionales, materiales y suministros, servicios básicos como energía eléctrica y agua, y otros rubros. Uno pensaría que la caída en la recaudación derivada de la crisis sanitaria que inició en marzo es la responsable única de la falta de pagos millonarios en Morelos, pero no es así, la mayor parte de los adeudos son históricos, algunos de administraciones anteriores y otros adquiridos desde los primeros meses de las que hoy ejercen.

La deuda con proveedores es diferente a la adquirida por créditos de cualquier tipo. Actualmente, el nivel de endeudamiento por préstamos en el estado representa el 2.5% del Producto Interno Bruto del estado, lo que la vuelve bastante manejable, según los expertos en estas cuestiones. Por eso los gobiernos del estado y municipales son capaces de presumir finanzas “sanas”, sin que el fraseo resulte una total mentira. El manejo de la deuda bancaria en Morelos durante los últimos años ha sido competente, pero eso no significa que la administración merezca grandes reconocimientos.

El problema son los otros rubros de endeudamiento. Particularmente preocupa los muchos millones que los municipios y el gobierno estatal deben a proveedores diversos que realizaron obra, dotaron de servicios, entregaron materiales, y no han podido cobrar en muchos meses, y algunos, hasta años.

Los constructores, por ejemplo, se quejan de una deuda de alrededor de 4 millones de pesos del gobierno estatal que equivaldría al salario de más de 40 personas durante un año. Los adeudos con prestadores de servicios, y proveedores de materiales y suministros son aún mayores y contribuyen a la parálisis de empresas que tienen que recortar personal o detener algunas operaciones porque los pagos gubernamentales no fluyen como se programaron.

La actitud de los gobiernos ante sus proveedores se mantiene en el reconocimiento de los adeudos, pero sólo hasta ahí, “no hay dinero” es el argumento frecuente de los administradores. Y en el debo no niego, pago no tengo de los gobiernos, la crisis en la economía estatal se gestó incluso antes de que la pandemia nos alcanzara.

Si a la colección de adeudos se suma la apenas visible ayuda para negocios cerrados por más de tres meses por la pandemia, podría decirse que la gestión económica de la pandemia por parte del gobierno estatal y los municipios, tenía fallas de origen. Muchos de los empresarios afectados por los adeudos aseguraban en abril que si el gobierno liquidara sus adeudos podrían enfrentar el cierre de sus negocios por algunas semanas más. El llamado no fue atendido.

La acumulación de pasivos con empresas, particularmente locales, compromete la posibilidad de una reactivación económica real y rápida. Una buena pregunta es cómo hacen los gobiernos para deber tanto a proveedores si se trata de gastos programados y presupuestados con anticipación. La otra obligada es a cuánto ascienden los adeudos con proveedores locales y cuándo podrían liquidarse y permitir un flujo económico normal.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx



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El gobierno estatal, y los 36 municipios, tienen una deuda importante con proveedores diversos que incluyen obra pública, servicios profesionales, materiales y suministros, servicios básicos como energía eléctrica y agua, y otros rubros. Uno pensaría que la caída en la recaudación derivada de la crisis sanitaria que inició en marzo es la responsable única de la falta de pagos millonarios en Morelos, pero no es así, la mayor parte de los adeudos son históricos, algunos de administraciones anteriores y otros adquiridos desde los primeros meses de las que hoy ejercen.

La deuda con proveedores es diferente a la adquirida por créditos de cualquier tipo. Actualmente, el nivel de endeudamiento por préstamos en el estado representa el 2.5% del Producto Interno Bruto del estado, lo que la vuelve bastante manejable, según los expertos en estas cuestiones. Por eso los gobiernos del estado y municipales son capaces de presumir finanzas “sanas”, sin que el fraseo resulte una total mentira. El manejo de la deuda bancaria en Morelos durante los últimos años ha sido competente, pero eso no significa que la administración merezca grandes reconocimientos.

El problema son los otros rubros de endeudamiento. Particularmente preocupa los muchos millones que los municipios y el gobierno estatal deben a proveedores diversos que realizaron obra, dotaron de servicios, entregaron materiales, y no han podido cobrar en muchos meses, y algunos, hasta años.

Los constructores, por ejemplo, se quejan de una deuda de alrededor de 4 millones de pesos del gobierno estatal que equivaldría al salario de más de 40 personas durante un año. Los adeudos con prestadores de servicios, y proveedores de materiales y suministros son aún mayores y contribuyen a la parálisis de empresas que tienen que recortar personal o detener algunas operaciones porque los pagos gubernamentales no fluyen como se programaron.

La actitud de los gobiernos ante sus proveedores se mantiene en el reconocimiento de los adeudos, pero sólo hasta ahí, “no hay dinero” es el argumento frecuente de los administradores. Y en el debo no niego, pago no tengo de los gobiernos, la crisis en la economía estatal se gestó incluso antes de que la pandemia nos alcanzara.

Si a la colección de adeudos se suma la apenas visible ayuda para negocios cerrados por más de tres meses por la pandemia, podría decirse que la gestión económica de la pandemia por parte del gobierno estatal y los municipios, tenía fallas de origen. Muchos de los empresarios afectados por los adeudos aseguraban en abril que si el gobierno liquidara sus adeudos podrían enfrentar el cierre de sus negocios por algunas semanas más. El llamado no fue atendido.

La acumulación de pasivos con empresas, particularmente locales, compromete la posibilidad de una reactivación económica real y rápida. Una buena pregunta es cómo hacen los gobiernos para deber tanto a proveedores si se trata de gastos programados y presupuestados con anticipación. La otra obligada es a cuánto ascienden los adeudos con proveedores locales y cuándo podrían liquidarse y permitir un flujo económico normal.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx



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