/ martes 28 de diciembre de 2021

¡Feliz Año Nuevo!

Con el fin de año concluyen también las administraciones municipales elegidas en 2018. En aquel entonces no nos imaginábamos las condiciones tan difíciles que vendrían un año después, al comenzar a conocerse el contagio por un nuevo virus que finalmente crecería de tal manera que se convertiría en pandemia.

Las nuevas administraciones no tendrán de manera evidente las mejores condiciones para cumplir con sus funciones, no solo debido a la insuficiencia de recursos para cubrir la demanda de los ciudadanos, sino también porque la política en materia de salud debido a la pandemia es federalizada y por tanto las acciones más significativas no dependen de los ayuntamientos; en gran medida las acciones municipales en este rubro se han concentrado en apoyo sobre todo en alimentos a la población más necesitada o sanitización de algunos centros de elevado contagio o llamados a observar las medidas preventivas y algunas otras de menor impacto, como puede notarse, muy complicada la posición de las autoridades municipales.

Con un panorama incierto definido por una pandemia no controlada, las nuevas autoridades deberán hacer su mejor esfuerzo para hacer frente a la problemática que se les presenta desde el primer minuto de su gestión. Un momento como este, que además tiene infinidad de aristas respecto a cómo se percibe la pandemia y como afecta a los hogares morelenses, sin duda requiere de las mayores sumas unas posibles por parte de los actores de todos los sectores a fin de ir sorteando de la mejor manera tan complejo tiempo en que nos ha tocado vivir.

Desde la modestia de una representación popular alcanzada por el voto de la ciudadanía habré de hacer todo lo que a mi alcance se pueda realizar para contribuir al bien público del estado. No es el congreso una instancia ejecutiva que disponga de recursos para distribuir entre la población, sin embargo, puede convertirse en un interlocutor eficaz para generar la aplicación de las autoridades estatales y federales hacia determinadas problemáticas que sea prioridad municipal.

Sin duda, en medio de este panorama, mantener la esperanza no es algo fácil, pero es el único camino viable que puede darnos no solo perspectiva de futuro inmediato sino también de crecimiento frente a la adversidad. Con este ánimo que lleva inherente la expectativa de un nuevo comienzo es con el que cerraremos un año más e iniciaremos otro.

Sea este el medio para desear a todos un muy Feliz Año Nuevo en compañía de sus familiares y seres queridos, hago votos por que el 2022 sea de fortaleza, crecimiento y esperanza.


Con el fin de año concluyen también las administraciones municipales elegidas en 2018. En aquel entonces no nos imaginábamos las condiciones tan difíciles que vendrían un año después, al comenzar a conocerse el contagio por un nuevo virus que finalmente crecería de tal manera que se convertiría en pandemia.

Las nuevas administraciones no tendrán de manera evidente las mejores condiciones para cumplir con sus funciones, no solo debido a la insuficiencia de recursos para cubrir la demanda de los ciudadanos, sino también porque la política en materia de salud debido a la pandemia es federalizada y por tanto las acciones más significativas no dependen de los ayuntamientos; en gran medida las acciones municipales en este rubro se han concentrado en apoyo sobre todo en alimentos a la población más necesitada o sanitización de algunos centros de elevado contagio o llamados a observar las medidas preventivas y algunas otras de menor impacto, como puede notarse, muy complicada la posición de las autoridades municipales.

Con un panorama incierto definido por una pandemia no controlada, las nuevas autoridades deberán hacer su mejor esfuerzo para hacer frente a la problemática que se les presenta desde el primer minuto de su gestión. Un momento como este, que además tiene infinidad de aristas respecto a cómo se percibe la pandemia y como afecta a los hogares morelenses, sin duda requiere de las mayores sumas unas posibles por parte de los actores de todos los sectores a fin de ir sorteando de la mejor manera tan complejo tiempo en que nos ha tocado vivir.

Desde la modestia de una representación popular alcanzada por el voto de la ciudadanía habré de hacer todo lo que a mi alcance se pueda realizar para contribuir al bien público del estado. No es el congreso una instancia ejecutiva que disponga de recursos para distribuir entre la población, sin embargo, puede convertirse en un interlocutor eficaz para generar la aplicación de las autoridades estatales y federales hacia determinadas problemáticas que sea prioridad municipal.

Sin duda, en medio de este panorama, mantener la esperanza no es algo fácil, pero es el único camino viable que puede darnos no solo perspectiva de futuro inmediato sino también de crecimiento frente a la adversidad. Con este ánimo que lleva inherente la expectativa de un nuevo comienzo es con el que cerraremos un año más e iniciaremos otro.

Sea este el medio para desear a todos un muy Feliz Año Nuevo en compañía de sus familiares y seres queridos, hago votos por que el 2022 sea de fortaleza, crecimiento y esperanza.


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