/ jueves 25 de mayo de 2023

Nueva Delhi, la ciudad que se escandaliza por muestras de afecto

La poca amigable Nueva Delhi es una ciudad difícil y caótica. Al ser la capital federal de la república de la India, es la metrópoli más poblada y la quinta del mundo con poco más de 18, 980 000 habitantes.

No obstante, posee una sociedad de fuertes tradiciones, donde en los últimos años se ha abierto una brecha entre los sectores más conservadores y los liberales.

Hace unos días, en esta ciudad, la presencia de policías en el metro incrementó luego del anuncio que hicieran las autoridades correspondientes, quienes informaron que este operativo tiene el objetivo de evitar actividades obscenas dentro de los vagones.

Todo comenzó cuando un pasajero tomó en manos su dispositivo móvil y comenzó a grabar a una pareja besándose en un vagón, de inmediatolas reacciones de los usuarios del metro fueron de total desaprobación, calificando tal acción como un acto obsceno.

Esto luego de que el ciudadano difundiera el video por redes sociales, viralizándose en poco tiempo, dejando entrever el rechazo hacia esta acción de afectoentre la conservadora sociedad india.

La respuesta a este y a otros acontecimientos similares acontecidos trajo como consecuencia que el gobierno decidiera disponer de un gran despliegue de patrullas de vigilancia para prevenir actos de este tipo.

// La India, una sociedad que no quiere a sus mujeres //

Aunado a la precaria forma de pensar de la mayoría de sus ciudadanos, la violencia y la discriminación contra la mujer son alarmantes.

Su denigración está profundamente enraizada en las redes de esta sociedad y se manifiesta de las formas más absurdas. Allá no se percibe que la mujer se encuentre al mismo nivel que el hombre y mucho menos que sea sujeto de los mismos derechos.

A sus mujeres, las consideran inferiores y que deben estar subordinadas al género masculino.

Como resultado es una sociedad patriarcal.

Sin ser los únicos problemas que enfrenta la mujer hindú, los índices de violencia intrafamiliar son altísimos, el matrimonio de niñas es un mal que persiste en el país.

El feticidio (considerada una acción intermedia entre el aborto y el infanticidio, diferenciándose del aborto en que este último consiste en la finalización prematura del embarazo de forma natural) y la violación sexual son dos de los fenómenos más frecuentes en una sociedad que deja claro que no quiere a sus mujeres.

// México, por cierto, no se queda atrás //

Desde luego, también en México tristemente hacemos gala de educar y diseminar prototipos masculinos que disponen de la vida de sus mujeres.

En Chilpancingo, en la alta montaña de Guerrero, específicamente en la comunidad “na savi” ocurren actos aberrantes. Como la venta de niñas para matrimonio.

En Oaxaca, pueblos originarios venden a sus niñas hasta por 150 pesos.

En los últimos años, la abogada del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, Neil Arias, documentó 50 casos de venta de niñas, 10 por año.

// Abandonada a su suerte //

Por su apariencia y el estado de los edificios pareciera que un día dijeron “señores, lo dejamos aquí”, abandonándola a su suerte a partir de ese momento, sin darle el necesario mantenimiento a una ciudad tan sumamente poblada.

Es, además un Estado con armas nucleares y diferendos fronterizos, que mantiene una gran dependencia de las importaciones de armas y resulta una víctima recurrente del terrorismo.

En suma, Delhi es una ciudad que enlaza dos mundos: Old Delhi, antaño la capital de la India islámica y, en contraste, la ciudad de Nueva Delhi construida por el imperio británico.

Y si hacemos un retroceso en la historia, tras la descolonización, a partir de 1947, la ciudad experimentó un desarrollo espectacular sobre todo en el área sub-urbana. Nació una nueva ciudad, New Delhi, y fue declarada oficialmente la sede del Gobierno y el Parlamento Indio.

Así, en medio de una importante supremacía financiera y de la ser la democracia más grande del mundo, es a su vez, la más corrupta y en donde reina la impunidad a sus anchas.

La poca amigable Nueva Delhi es una ciudad difícil y caótica. Al ser la capital federal de la república de la India, es la metrópoli más poblada y la quinta del mundo con poco más de 18, 980 000 habitantes.

No obstante, posee una sociedad de fuertes tradiciones, donde en los últimos años se ha abierto una brecha entre los sectores más conservadores y los liberales.

Hace unos días, en esta ciudad, la presencia de policías en el metro incrementó luego del anuncio que hicieran las autoridades correspondientes, quienes informaron que este operativo tiene el objetivo de evitar actividades obscenas dentro de los vagones.

Todo comenzó cuando un pasajero tomó en manos su dispositivo móvil y comenzó a grabar a una pareja besándose en un vagón, de inmediatolas reacciones de los usuarios del metro fueron de total desaprobación, calificando tal acción como un acto obsceno.

Esto luego de que el ciudadano difundiera el video por redes sociales, viralizándose en poco tiempo, dejando entrever el rechazo hacia esta acción de afectoentre la conservadora sociedad india.

La respuesta a este y a otros acontecimientos similares acontecidos trajo como consecuencia que el gobierno decidiera disponer de un gran despliegue de patrullas de vigilancia para prevenir actos de este tipo.

// La India, una sociedad que no quiere a sus mujeres //

Aunado a la precaria forma de pensar de la mayoría de sus ciudadanos, la violencia y la discriminación contra la mujer son alarmantes.

Su denigración está profundamente enraizada en las redes de esta sociedad y se manifiesta de las formas más absurdas. Allá no se percibe que la mujer se encuentre al mismo nivel que el hombre y mucho menos que sea sujeto de los mismos derechos.

A sus mujeres, las consideran inferiores y que deben estar subordinadas al género masculino.

Como resultado es una sociedad patriarcal.

Sin ser los únicos problemas que enfrenta la mujer hindú, los índices de violencia intrafamiliar son altísimos, el matrimonio de niñas es un mal que persiste en el país.

El feticidio (considerada una acción intermedia entre el aborto y el infanticidio, diferenciándose del aborto en que este último consiste en la finalización prematura del embarazo de forma natural) y la violación sexual son dos de los fenómenos más frecuentes en una sociedad que deja claro que no quiere a sus mujeres.

// México, por cierto, no se queda atrás //

Desde luego, también en México tristemente hacemos gala de educar y diseminar prototipos masculinos que disponen de la vida de sus mujeres.

En Chilpancingo, en la alta montaña de Guerrero, específicamente en la comunidad “na savi” ocurren actos aberrantes. Como la venta de niñas para matrimonio.

En Oaxaca, pueblos originarios venden a sus niñas hasta por 150 pesos.

En los últimos años, la abogada del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, Neil Arias, documentó 50 casos de venta de niñas, 10 por año.

// Abandonada a su suerte //

Por su apariencia y el estado de los edificios pareciera que un día dijeron “señores, lo dejamos aquí”, abandonándola a su suerte a partir de ese momento, sin darle el necesario mantenimiento a una ciudad tan sumamente poblada.

Es, además un Estado con armas nucleares y diferendos fronterizos, que mantiene una gran dependencia de las importaciones de armas y resulta una víctima recurrente del terrorismo.

En suma, Delhi es una ciudad que enlaza dos mundos: Old Delhi, antaño la capital de la India islámica y, en contraste, la ciudad de Nueva Delhi construida por el imperio británico.

Y si hacemos un retroceso en la historia, tras la descolonización, a partir de 1947, la ciudad experimentó un desarrollo espectacular sobre todo en el área sub-urbana. Nació una nueva ciudad, New Delhi, y fue declarada oficialmente la sede del Gobierno y el Parlamento Indio.

Así, en medio de una importante supremacía financiera y de la ser la democracia más grande del mundo, es a su vez, la más corrupta y en donde reina la impunidad a sus anchas.