/ miércoles 11 de noviembre de 2020

Evaluación de los programas sociales en la 4T

En este espacio comentamos en su momento que, en términos de planeación de los programas de la política social de la 4T, existía en los lineamientos operativos de la Secretaría del Bienestar un énfasis territorial para orientar sus efectos en las zonas indígenas, en las zonas de mayor grado de marginación y las zonas con altos índices de violencia.

Recordemos que los programas prioritarios de la Secretaria son: (1) Jóvenes construyendo el futuro; (2) Becas para jóvenes; (3) Pensión para adultos mayores; (4) Pensión para personas con discapacidad; (5) Crédito a la palabra; (6) Reconstrucción para damnificados; (7) Desarrollo urbano en colonias marginadas; y (8) Apoyo a pymes.

Sin embargo, los buenos propósitos o intenciones no siempre logran alcanzar las metas proyectadas de forma completa y a la velocidad deseada. A esta conclusión podemos aproximarnos si analizamos la reciente publicación del Índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales 2020, que de forma regular emite la organización social GESOC A.C.

A reserva de que cada quien pueda analizar con más detalle los resultados de la evaluación del desempeño de los programas y acciones federales, haremos una revisión somera de lo que dicho informe señala respecto a los programas prioritarios. En primer lugar, se destaca que el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, es el único reconocido por GESOC por su manejo óptimo, debido a la alta calidad de diseño, cobertura sustantiva de su población potencialmente beneficiaria y avance significativo en su cumplimiento de metas. Sin embargo, recordemos que este programa no surgió con la 4T.

En otro parámetro se ubican el Programa Nacional de Reconstrucción, el Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente, el Programa de Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez y el Programa Sembrando Vida. Estos programas se clasificaron en la categoría de desempeño escaso, ya que GESOC identificó bajos niveles de cobertura de su población potencialmente beneficiaria y valores bajos y/o avances mediocres en el cumplimiento de sus metas.

En un nivel de desempeño mejorable, GESOC ubica al Programa Jóvenes construyendo el futuro, debido a la calidad de diseño media, los rezagos en la cobertura sustantiva de su población potencialmente beneficiaria y a los problemas de alcance de metas. Y finalmente (ya que no se habla del Desarrollo urbano en colonias marginadas), se identifica al Programa de Microcréditos para el Bienestar como un programa que refleja dispersión programática y presupuestal de la política social debido a que tiene bajo nivel de cobertura y por no estar en condiciones de resolver el problema público que le dio origen.

En términos generales, la evaluación que realiza GESOC a los programas sociales de la 4T permite concluir que una parte importante de la nueva oferta programática no está en condiciones de resolver el problema público original. De ahí que recomienda: (a) “exigir una agenda de mejora sustantiva pública, precisa y monitoreable de estos programas”; y (b) llama a la “administración federal plantear una revisión integral de la política social para evitar los actuales niveles de dispersión”.

Al margen de los resultados de GESOC, me parece que el gobierno debería replantear sus programas sociales en un contexto de depresión económica, aumento de la pobreza y la desigualdad, ambientes de violencia y en el curso de una crisis sanitaria que afecta a millones de personas en el país. El gobierno debería comprender que las condiciones del 2018, no son las del 2020 ni mucho menos las que se estiman para el 2021.

El diseño institucional, sus programas y acciones, son insuficientes y tendrá pocos resultados. Seguir por ese camino no sólo implica que tardarán en mejorar su eficiencia administrativa, sino que para cuando eso pase, se habrá perdido tiempo y nos daremos cuenta que tampoco habrán servido para enfrentar la complejidad y magnitud de los problemas actuales del país.


Facebook/Twitter: @CzarArenas

En este espacio comentamos en su momento que, en términos de planeación de los programas de la política social de la 4T, existía en los lineamientos operativos de la Secretaría del Bienestar un énfasis territorial para orientar sus efectos en las zonas indígenas, en las zonas de mayor grado de marginación y las zonas con altos índices de violencia.

Recordemos que los programas prioritarios de la Secretaria son: (1) Jóvenes construyendo el futuro; (2) Becas para jóvenes; (3) Pensión para adultos mayores; (4) Pensión para personas con discapacidad; (5) Crédito a la palabra; (6) Reconstrucción para damnificados; (7) Desarrollo urbano en colonias marginadas; y (8) Apoyo a pymes.

Sin embargo, los buenos propósitos o intenciones no siempre logran alcanzar las metas proyectadas de forma completa y a la velocidad deseada. A esta conclusión podemos aproximarnos si analizamos la reciente publicación del Índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales 2020, que de forma regular emite la organización social GESOC A.C.

A reserva de que cada quien pueda analizar con más detalle los resultados de la evaluación del desempeño de los programas y acciones federales, haremos una revisión somera de lo que dicho informe señala respecto a los programas prioritarios. En primer lugar, se destaca que el programa Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, es el único reconocido por GESOC por su manejo óptimo, debido a la alta calidad de diseño, cobertura sustantiva de su población potencialmente beneficiaria y avance significativo en su cumplimiento de metas. Sin embargo, recordemos que este programa no surgió con la 4T.

En otro parámetro se ubican el Programa Nacional de Reconstrucción, el Programa Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente, el Programa de Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez y el Programa Sembrando Vida. Estos programas se clasificaron en la categoría de desempeño escaso, ya que GESOC identificó bajos niveles de cobertura de su población potencialmente beneficiaria y valores bajos y/o avances mediocres en el cumplimiento de sus metas.

En un nivel de desempeño mejorable, GESOC ubica al Programa Jóvenes construyendo el futuro, debido a la calidad de diseño media, los rezagos en la cobertura sustantiva de su población potencialmente beneficiaria y a los problemas de alcance de metas. Y finalmente (ya que no se habla del Desarrollo urbano en colonias marginadas), se identifica al Programa de Microcréditos para el Bienestar como un programa que refleja dispersión programática y presupuestal de la política social debido a que tiene bajo nivel de cobertura y por no estar en condiciones de resolver el problema público que le dio origen.

En términos generales, la evaluación que realiza GESOC a los programas sociales de la 4T permite concluir que una parte importante de la nueva oferta programática no está en condiciones de resolver el problema público original. De ahí que recomienda: (a) “exigir una agenda de mejora sustantiva pública, precisa y monitoreable de estos programas”; y (b) llama a la “administración federal plantear una revisión integral de la política social para evitar los actuales niveles de dispersión”.

Al margen de los resultados de GESOC, me parece que el gobierno debería replantear sus programas sociales en un contexto de depresión económica, aumento de la pobreza y la desigualdad, ambientes de violencia y en el curso de una crisis sanitaria que afecta a millones de personas en el país. El gobierno debería comprender que las condiciones del 2018, no son las del 2020 ni mucho menos las que se estiman para el 2021.

El diseño institucional, sus programas y acciones, son insuficientes y tendrá pocos resultados. Seguir por ese camino no sólo implica que tardarán en mejorar su eficiencia administrativa, sino que para cuando eso pase, se habrá perdido tiempo y nos daremos cuenta que tampoco habrán servido para enfrentar la complejidad y magnitud de los problemas actuales del país.


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