/ viernes 17 de enero de 2020

Eliminar nota roja, acto de higiene social

No cabe duda que soplan vientos de cambio en el periodismo local de Morelos. La decisión de la Organización Editorial Mexicana (OEM) de eliminar la nota roja de sus páginas es una de las noticias más positivas que se han publicado en nuestra entidad en los últimos años.

Ante el avance de las redes sociales que operan en manos de los ciudadanos, el periodismo actual ha venido perdiendo espacios en varios terrenos, y por lo mismo la circulación de los mismos se ha visto afectada.

Algunos medios impresos se dedicaron durante años, ante tal situación, a generar un periodismo de baja calidad, nutrido por la violencia, la sangre y el amarillismo que atrajeron mediante el morbo a multitudes, y con cuya venta dichos medios pudieron equilibrar sus finanzas.

Poco les importó que dicho amarillismo dañara gravemente la higiene mental de la sociedad. De hecho, dichas publicaciones se convirtieron en voceras del delito, y por lo mismo, en promotoras de las conductas antisociales de los grupos delincuenciales. Al “salir” en dichas páginas, los delincuentes sentían que había sectores sociales que los entendían, e incluso que simpatizaban con ellos. En este sentido, dicha prensa era una especie de página de sociales del lumpen, página que los hacía socialmente aceptables.

Este daño ya es históricamente irreversible. Por eso es muy gratificante que un medio de comunicación de gran importancia, por cuenta e iniciativa propia, decida eliminar de sus páginas el sangriento espectáculo de los acribillados, los descuartizados y los colgados, espectáculo que no solo denigra al ser humano como tal, sino que lumpeniza a la sociedad, o sea que la degrada moralmente hasta convertirla en masa contemplativa de la barbarie.

Por otra parte, el hecho de que este medio decida publicar, en sustitución de esa miseria, textos sobre las inquietudes de diversos estratos sociales como los científicos, los técnicos, la diversidad sexual, ambientalistas y otros, nos habla del avance moral e intelectual de quienes lo dirigen.

Exhibir las miseria de la sociedad con objeto de obtener ganancias monetarias es, de por sí, una muestra de barbarie, un retroceso moral. En cambio, dar foro a las inquietudes de los artistas e intelectuales, de las minorías sexuales, de los ambientalistas, es una muestra de madurez y salud de quienes son dirigentes, de alguna manera, de la sociedad en su conjunto.

Los medios de comunicación de masas son un eslabón que une la sociedad política con la sociedad civil. Es decir, son un enlace entre la clase dirigente y los diversos sectores sociales.

Si los medios eliminan de sus páginas la publicidad de la violencia, estarán contribuyendo directamente a la salud de la sociedad en su conjunto. Es hacer periodismo con responsabilidad social y política. ¡Enhorabuena! y mi reconocimiento por está decisión para el Director de la Organización Editorial Mexicana (OEM) de Cuernavaca y Cuatla, Daniel Martínez Castellanos.

No cabe duda que soplan vientos de cambio en el periodismo local de Morelos. La decisión de la Organización Editorial Mexicana (OEM) de eliminar la nota roja de sus páginas es una de las noticias más positivas que se han publicado en nuestra entidad en los últimos años.

Ante el avance de las redes sociales que operan en manos de los ciudadanos, el periodismo actual ha venido perdiendo espacios en varios terrenos, y por lo mismo la circulación de los mismos se ha visto afectada.

Algunos medios impresos se dedicaron durante años, ante tal situación, a generar un periodismo de baja calidad, nutrido por la violencia, la sangre y el amarillismo que atrajeron mediante el morbo a multitudes, y con cuya venta dichos medios pudieron equilibrar sus finanzas.

Poco les importó que dicho amarillismo dañara gravemente la higiene mental de la sociedad. De hecho, dichas publicaciones se convirtieron en voceras del delito, y por lo mismo, en promotoras de las conductas antisociales de los grupos delincuenciales. Al “salir” en dichas páginas, los delincuentes sentían que había sectores sociales que los entendían, e incluso que simpatizaban con ellos. En este sentido, dicha prensa era una especie de página de sociales del lumpen, página que los hacía socialmente aceptables.

Este daño ya es históricamente irreversible. Por eso es muy gratificante que un medio de comunicación de gran importancia, por cuenta e iniciativa propia, decida eliminar de sus páginas el sangriento espectáculo de los acribillados, los descuartizados y los colgados, espectáculo que no solo denigra al ser humano como tal, sino que lumpeniza a la sociedad, o sea que la degrada moralmente hasta convertirla en masa contemplativa de la barbarie.

Por otra parte, el hecho de que este medio decida publicar, en sustitución de esa miseria, textos sobre las inquietudes de diversos estratos sociales como los científicos, los técnicos, la diversidad sexual, ambientalistas y otros, nos habla del avance moral e intelectual de quienes lo dirigen.

Exhibir las miseria de la sociedad con objeto de obtener ganancias monetarias es, de por sí, una muestra de barbarie, un retroceso moral. En cambio, dar foro a las inquietudes de los artistas e intelectuales, de las minorías sexuales, de los ambientalistas, es una muestra de madurez y salud de quienes son dirigentes, de alguna manera, de la sociedad en su conjunto.

Los medios de comunicación de masas son un eslabón que une la sociedad política con la sociedad civil. Es decir, son un enlace entre la clase dirigente y los diversos sectores sociales.

Si los medios eliminan de sus páginas la publicidad de la violencia, estarán contribuyendo directamente a la salud de la sociedad en su conjunto. Es hacer periodismo con responsabilidad social y política. ¡Enhorabuena! y mi reconocimiento por está decisión para el Director de la Organización Editorial Mexicana (OEM) de Cuernavaca y Cuatla, Daniel Martínez Castellanos.