/ miércoles 20 de octubre de 2021

Eliminando al PES

Los resultados electorales de Morelos en 2021 dejan claro que el Partido Encuentro Social en el gobierno no significa un mayor aporte para quienes fueron sus aliados en el 2018, Morena y el Partido del Trabajo, que a partir de ello se han sentido con bastante libertad como para empezar a diseñar candidaturas al 2024 sin la variable que representaba el partido de Cuauhtémoc Blanco. El adelantado lance de Tania Valentina Rodríguez, la diputada del PT que da a entender su intención de buscar la gubernatura en el 2024, y los probablemente menos públicos trabajos de representantes de Morena para llegar mejor posicionados al definitorio diciembre de 2023, son evidencias de que el gobernador y su equipo bien podrían dedicarse a trabajar y tomar decisiones ya sin el peso del cálculo electoral para la próxima elección en la que difícilmente sería incluido personaje alguno del gobierno actual.

Los nombres en Morena son muchos, pero a lo mejor no tantos, el subsecretario de Gobernación, Rabindranath Salazar Solorio; y los alcaldes de Jiutepec, Rafael Reyes Reyes, y el de Jojutla, Juan Ángel Flores Bustamante, se ubican como los aspirantes más serios a la candidatura de Morena a la gubernatura del estado. La solución no es sencilla porque hay por lo menos tres tiradores relevantes a sólo una posición y, probablemente, una senaduría de consolación. Al menos uno de los tres personajes tendría que conformarse con una diputación federal o local. Cada uno de los tres mencionados ha hecho su trabajo y tienen posicionamiento suficiente para aspirar a la candidatura. Otros podrían levantar la mano, pero el tercio de personajes parecen llevar una muy amplia ventaja y parecen bastante capaces de lograr acuerdos que eviten la ruptura.

Lo difícil para Morena, en todo caso, estará en las otras nominaciones que podrían significarle a quien busque la gubernatura un costo importante en votos. Porque en las posiciones municipales y diputaciones locales es donde pareciera contaminarse todo a los de Morena, sobre todo por la enorme cantidad de aspirantes. Si a ello sumamos el desgaste propio que el partido ha tenido para ser gobierno, de ninguna manera podría darse por sentado que logrará triunfos sencillos en solitario, por lo que coaligarse con partidos emergentes parece una solución inteligente. El problema es que tanto PT como Nueva Alianza venderán carísimo su amor.

Por Nueva Alianza, el diputado Agustín Alonso aspira a ser gobernador, y difícilmente pactaría por menos. En el PT, la aspiración de Tania Valentina podría solucionarle con un pacto que le resolviera ser senadora o en su peor escenario, diputada federal. Sin los votos del PT y los de Nueva Alianza, a Morena podría dificultársele mucho refrendar los triunfos raspadones que logró en el 2021, y mucho más si se considera que la figura de Andrés Manuel López Obrador no aparecerá, ni como un fantasma, en las boletas.

Probablemente les dé confianza que en la cancha de enfrente no hay mucho. Los posibles aspirantes se reducen por el momento, al senador medio del PRI, Ángel García Yáñez; y al alcalde electo de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, medio independiente, a quien todavía le falta demostrar que puede.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Los resultados electorales de Morelos en 2021 dejan claro que el Partido Encuentro Social en el gobierno no significa un mayor aporte para quienes fueron sus aliados en el 2018, Morena y el Partido del Trabajo, que a partir de ello se han sentido con bastante libertad como para empezar a diseñar candidaturas al 2024 sin la variable que representaba el partido de Cuauhtémoc Blanco. El adelantado lance de Tania Valentina Rodríguez, la diputada del PT que da a entender su intención de buscar la gubernatura en el 2024, y los probablemente menos públicos trabajos de representantes de Morena para llegar mejor posicionados al definitorio diciembre de 2023, son evidencias de que el gobernador y su equipo bien podrían dedicarse a trabajar y tomar decisiones ya sin el peso del cálculo electoral para la próxima elección en la que difícilmente sería incluido personaje alguno del gobierno actual.

Los nombres en Morena son muchos, pero a lo mejor no tantos, el subsecretario de Gobernación, Rabindranath Salazar Solorio; y los alcaldes de Jiutepec, Rafael Reyes Reyes, y el de Jojutla, Juan Ángel Flores Bustamante, se ubican como los aspirantes más serios a la candidatura de Morena a la gubernatura del estado. La solución no es sencilla porque hay por lo menos tres tiradores relevantes a sólo una posición y, probablemente, una senaduría de consolación. Al menos uno de los tres personajes tendría que conformarse con una diputación federal o local. Cada uno de los tres mencionados ha hecho su trabajo y tienen posicionamiento suficiente para aspirar a la candidatura. Otros podrían levantar la mano, pero el tercio de personajes parecen llevar una muy amplia ventaja y parecen bastante capaces de lograr acuerdos que eviten la ruptura.

Lo difícil para Morena, en todo caso, estará en las otras nominaciones que podrían significarle a quien busque la gubernatura un costo importante en votos. Porque en las posiciones municipales y diputaciones locales es donde pareciera contaminarse todo a los de Morena, sobre todo por la enorme cantidad de aspirantes. Si a ello sumamos el desgaste propio que el partido ha tenido para ser gobierno, de ninguna manera podría darse por sentado que logrará triunfos sencillos en solitario, por lo que coaligarse con partidos emergentes parece una solución inteligente. El problema es que tanto PT como Nueva Alianza venderán carísimo su amor.

Por Nueva Alianza, el diputado Agustín Alonso aspira a ser gobernador, y difícilmente pactaría por menos. En el PT, la aspiración de Tania Valentina podría solucionarle con un pacto que le resolviera ser senadora o en su peor escenario, diputada federal. Sin los votos del PT y los de Nueva Alianza, a Morena podría dificultársele mucho refrendar los triunfos raspadones que logró en el 2021, y mucho más si se considera que la figura de Andrés Manuel López Obrador no aparecerá, ni como un fantasma, en las boletas.

Probablemente les dé confianza que en la cancha de enfrente no hay mucho. Los posibles aspirantes se reducen por el momento, al senador medio del PRI, Ángel García Yáñez; y al alcalde electo de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, medio independiente, a quien todavía le falta demostrar que puede.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx