/ martes 17 de marzo de 2020

El virus del pánico

Durante las últimos meses y semanas hemos sido prácticamente bombardeados de información y desinformación por redes sociales y medios televisivos, la nueva pandemia tiene un ingrediente adicional que sus similares no tuvieron: las redes sociales, datos y más datos unos verídicos y útiles, algunos no tanto y otros verdaderamente patéticos, son los beneficios y perjuicios del internet.

En los Estados Unidos, el Presidente Donald Trump declaró la emergencia nacional por el COVID-19, la medida permite desbloquear hasta 50 mmdd, hasta el día de ayer se habían confirmado 4,138 casos positivos por el coronavirus, 71 fallecimientos y 337 personas recuperadas.

En Italia uno de los países más afectados se menciona una cifra de 27,980 personas infectadas, las cifras parecen ser perturbadoras, la movilidad de la epidemia es alta, el COVID-19 es un virus veloz por decirlo de alguna manera, más de 160,000 casos en un total de 150 países así lo demuestran, pero no se compara con su acompañante, el virus del pánico, peligroso también y mucho más rápido, se alimenta de la desinformación, de la mezquindad política, de la falta de ética en algunos periodistas, de la voracidad de no pocos empresarios y se instala en la población mundial generando todo tipo de afectaciones en la misma.

El cierre de fronteras en varios países del mundo ha iniciado ya, la polémica medida ha agregado tintes apocalípticos al problema, después del anuncio de la emergencia sanitaria por parte del Gobierno Norteamericano las compras de pánico no se hicieron esperar, se subieron videos a redes mostrando gente peleando por productos como papel de baño, gel antibacterial, cubrebocas y todo lo que sirve o uno crea sirve para protegerse de un eventual contagio, los alimentos no perecederos también tuvieron sobredemanda superando incluso a lo registrado en la época navideña, este tipo de conductas consumistas y descontroladas afectaron también los comercios mexicanos instalados en la franja fronteriza, pues muchos ciudadanos estadunidenses cruzaron los puentes internacionales para venir a comprar aquí lo no encontrado allá.

En México el cielo no está limpio, los medios se han enfocado más en las cifras y afectaciones que en la información preventiva, lo primero vender y habiendo tantos actores interesados en golpear políticamente y capitalizar cosas tan delicadas como una pandemia lejos de sumarse en una cruzada común, parecen estar más interesados y atentos de los errores que pudiera cometer el gobierno federal en el manejo de la crisis sanitaria.

Periodistas prestigiados y por qué no decirlo, consentidos de sexenios anteriores difundieron la noticia falsa del primer deceso en México, Joaquín López Dóriga y Raymundo Rivapalacio quisieron ser los primeros en dar por muerto al empresario mexicano José Kuri cuando hasta el momento de escribir estas líneas se encontraba en situación crítica luchando contra el coronavirus, sin ofrecer nunca una disculpa ante el garrafal error, los periodistas solo dijeron seguirán "informando”.

Es evidente que la respuesta a la emergencia sanitaria ha sido empañada y obstaculizada por el accionar político.

China el país donde inició la pandemia, acusa ahora en un comunicado del ministerio de relaciones exteriores de la posibilidad (sin aportar ninguna prueba) de que hayan sido miembros del ejército de los Estados Unidos los responsables de introducir el virus al país asiático, por otra parte, el gobierno alemán acusó directamente al Presidente Donald Trump de intentar hacerse de los derechos de una potencial vacuna en etapa de desarrollo por el laboratorio alemán Cure Vac con la intención de que ésta fuera de uso exclusivo para los Estados Unidos, algo aberrante e inhumano que parece sacado de un thriller hollywoodense.

Lo anterior pone algo en claro, es únicamente a las autoridades sanitarias a quien debemos poner atención y son los cuidados preventivos de nosotros mismos lo que nos hará salir adelante como población, la información es vital, busquemos fuentes confiables, debemos alejarnos de los políticos "epidemiólogos".

La desinformación hace que los anaqueles de los comercios se queden sin gel antibacterial y sin cubrebocas, pero curiosamente el jabón pase inadvertido para muchos, hemos presionado literalmente al gobierno federal a adelantar acciones cuando aún nos encontramos en la fase 1, eso sin duda traerá enormes pérdidas económicas a muchos sectores pero beneficiará las acciones de contención, el distanciamiento social no está contemplado en la fase inicial pero sin duda ayudará, ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte.

La higiene es la mejor forma de contrarrestar la posibilidad de contagio, de nada sirve quejarse de que no se hacen pruebas y detecciones suficientes, consideremos que una vez contagiados, debemos entender no hay tratamiento específico y es nuestro propio organismo quien nos sacará adelante, mientras lleguemos a la vacuna.

La verdadera lucha que podemos y debemos librar como ciudadanos está en el campo de la prevención, nuestras costumbres de higiene deben cambiar, hoy mismo he visto en la calle a 3 personas estornudar sin cubrirse, a gente llegar a un restaurante sin lavarse las manos antes de tomar sus alimentos, esa es la batalla a librar, el COVID-19 y el virus del pánico solo serán derrotados con prevención e información.

Durante las últimos meses y semanas hemos sido prácticamente bombardeados de información y desinformación por redes sociales y medios televisivos, la nueva pandemia tiene un ingrediente adicional que sus similares no tuvieron: las redes sociales, datos y más datos unos verídicos y útiles, algunos no tanto y otros verdaderamente patéticos, son los beneficios y perjuicios del internet.

En los Estados Unidos, el Presidente Donald Trump declaró la emergencia nacional por el COVID-19, la medida permite desbloquear hasta 50 mmdd, hasta el día de ayer se habían confirmado 4,138 casos positivos por el coronavirus, 71 fallecimientos y 337 personas recuperadas.

En Italia uno de los países más afectados se menciona una cifra de 27,980 personas infectadas, las cifras parecen ser perturbadoras, la movilidad de la epidemia es alta, el COVID-19 es un virus veloz por decirlo de alguna manera, más de 160,000 casos en un total de 150 países así lo demuestran, pero no se compara con su acompañante, el virus del pánico, peligroso también y mucho más rápido, se alimenta de la desinformación, de la mezquindad política, de la falta de ética en algunos periodistas, de la voracidad de no pocos empresarios y se instala en la población mundial generando todo tipo de afectaciones en la misma.

El cierre de fronteras en varios países del mundo ha iniciado ya, la polémica medida ha agregado tintes apocalípticos al problema, después del anuncio de la emergencia sanitaria por parte del Gobierno Norteamericano las compras de pánico no se hicieron esperar, se subieron videos a redes mostrando gente peleando por productos como papel de baño, gel antibacterial, cubrebocas y todo lo que sirve o uno crea sirve para protegerse de un eventual contagio, los alimentos no perecederos también tuvieron sobredemanda superando incluso a lo registrado en la época navideña, este tipo de conductas consumistas y descontroladas afectaron también los comercios mexicanos instalados en la franja fronteriza, pues muchos ciudadanos estadunidenses cruzaron los puentes internacionales para venir a comprar aquí lo no encontrado allá.

En México el cielo no está limpio, los medios se han enfocado más en las cifras y afectaciones que en la información preventiva, lo primero vender y habiendo tantos actores interesados en golpear políticamente y capitalizar cosas tan delicadas como una pandemia lejos de sumarse en una cruzada común, parecen estar más interesados y atentos de los errores que pudiera cometer el gobierno federal en el manejo de la crisis sanitaria.

Periodistas prestigiados y por qué no decirlo, consentidos de sexenios anteriores difundieron la noticia falsa del primer deceso en México, Joaquín López Dóriga y Raymundo Rivapalacio quisieron ser los primeros en dar por muerto al empresario mexicano José Kuri cuando hasta el momento de escribir estas líneas se encontraba en situación crítica luchando contra el coronavirus, sin ofrecer nunca una disculpa ante el garrafal error, los periodistas solo dijeron seguirán "informando”.

Es evidente que la respuesta a la emergencia sanitaria ha sido empañada y obstaculizada por el accionar político.

China el país donde inició la pandemia, acusa ahora en un comunicado del ministerio de relaciones exteriores de la posibilidad (sin aportar ninguna prueba) de que hayan sido miembros del ejército de los Estados Unidos los responsables de introducir el virus al país asiático, por otra parte, el gobierno alemán acusó directamente al Presidente Donald Trump de intentar hacerse de los derechos de una potencial vacuna en etapa de desarrollo por el laboratorio alemán Cure Vac con la intención de que ésta fuera de uso exclusivo para los Estados Unidos, algo aberrante e inhumano que parece sacado de un thriller hollywoodense.

Lo anterior pone algo en claro, es únicamente a las autoridades sanitarias a quien debemos poner atención y son los cuidados preventivos de nosotros mismos lo que nos hará salir adelante como población, la información es vital, busquemos fuentes confiables, debemos alejarnos de los políticos "epidemiólogos".

La desinformación hace que los anaqueles de los comercios se queden sin gel antibacterial y sin cubrebocas, pero curiosamente el jabón pase inadvertido para muchos, hemos presionado literalmente al gobierno federal a adelantar acciones cuando aún nos encontramos en la fase 1, eso sin duda traerá enormes pérdidas económicas a muchos sectores pero beneficiará las acciones de contención, el distanciamiento social no está contemplado en la fase inicial pero sin duda ayudará, ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte.

La higiene es la mejor forma de contrarrestar la posibilidad de contagio, de nada sirve quejarse de que no se hacen pruebas y detecciones suficientes, consideremos que una vez contagiados, debemos entender no hay tratamiento específico y es nuestro propio organismo quien nos sacará adelante, mientras lleguemos a la vacuna.

La verdadera lucha que podemos y debemos librar como ciudadanos está en el campo de la prevención, nuestras costumbres de higiene deben cambiar, hoy mismo he visto en la calle a 3 personas estornudar sin cubrirse, a gente llegar a un restaurante sin lavarse las manos antes de tomar sus alimentos, esa es la batalla a librar, el COVID-19 y el virus del pánico solo serán derrotados con prevención e información.