/ lunes 22 de noviembre de 2021

El suicidio de una mexicana en la Catedral de Notre Dame en París

Caminando por la elegante avenida Reforma nuestra amiga Ann Marie, que viene de Francia se encontró con la orgullosa columna que Porfirio Díaz mandó a construir para conmemorar los 100 años de la Independencia “El Ángel de la Independencia” una obra que fue construida por el Arquitecto Antonio Rivas Mercado y que se inauguró el 16 de Septiembre de 1910.

El Arq. Rivas Mercado también fue ingeniero y restaurador mexicano, personaje preferido del entonces presidente Porfirio Díaz y padre de Antonieta su segunda hija. Su madre Matilde Cristina Castellanos quien los abandono cuando todavía eran muy chicos.

Antonieta nació en el año de 1900 en la ciudad de México hija de un matrimonio muy bien acomodado y con una base educativa muy sólida, estudio en París, hablaba cuatro idiomas. Acostumbrada a sus viajes familiares al extranjero, a las reuniones familiares con personajes de esa época, y al respaldo y apoyo de su padre, de quien fuera su hija predilecta.

Antonieta en su juventud desarrolla un profundo proceso personal caracterizado por la necesidad de trabajar intensamente en el ámbito intelectual y artístico. Se casó con Albert Edward Blair a los 18 años ilusionada porque estaba segura que iba a formar una bonita familia, pero no fue así, tuvieron un hijo Donald Antonio Blair Rivas Mercado en septiembre de 1919, la pareja se separó librando un fuerte pleito por la custodia del niño, Albert E. ganó la custodia.

En ese año muere su padre y Antonieta también conoce al pintor Manuel Rodríguez Lozano (anteriormente casado con Carmen Mondragón) quien la introduce en el ambiente de los artistas contemporáneos Antonieta se en amora perdidamente de este pintor, se volvió su sombra le escribió muchas cartas de amor: “Yo no era nada; solo era barro que esperaba ser moldeada en el torno del amor.

Soy algo más que su obra y por eso lo amo con pasión” Aunque el pintor la estimaba mucho y la consideraba una mujer adelantada a su época no podía corresponderle debido a que él era homosexual. Para entonces Antonieta ya estaba teniendo una participación muy importante e influyente en la vida cultural de México durante la posrevolución. Se le considera una mujer desafiante a su tiempo y una vanguardista cuya labor fue muy importante en la modernización de la cultura en México. El tiempo que pasó en Europa y la influencia que género en ella el teatro de vanguardia de París le despertaron la inquietud de promover en nuestro país un teatro que renovará la escena mexicana en donde prevalecía un nacionalismo añejado.

De esta manera y por la recomendación de Manuel Rodríguez Lozano, Antonieta apoyo con su fortuna a los artistas involucrados a poner en marcha el teatro Ulises. Ella no fue cualquier mecenas, desafió a la mujer adinerada que se enamoraba por la cultura. Su labor cultural fue muy diverso, fue escritora, promotora cultural, editora de libro directora teatral, profesora de la UNAM (cuando t o d a v í a n o e r a autónoma) formó el patronato para la orquesta sinfónica de México, bajo la dirección de Carlos Chávez y sobre todo una mujer talentosa comentó Tayde Acosta G. Su inteligencia e inquietud también la llevo a participar en la política, trabajando en la campaña electoral de José Vasconcelos quien en 1929 se postuló para candidato a la presidencia de México.

Antonieta se encargó de realizar la crónica de la campaña de Vasconcelos. Ella y el candidato tuvieron una fuerte relación amorosa, aunque Vasconcelos siempre quiso guardar mucha discreción ya que estaba casado. Antes de culminar la campaña y ante el hostil y duro escenario en México para los partidarios de Vasconcelos, Antonieta tuvo que salir por órdenes de sus doctores debido a causa de una crisis nerviosa por el exceso de trabajo. Antonieta se va a Nueva York y posteriormente a París.

Se cuenta que la última noche que se vio con Vasconcelos en París, platicando animadamente le preguntó. Dime si de verdad tienes necesidad de mí, el después de reflexionar por un momento le respondió “Ninguna alma necesita de otra, nadie, ni hombre ni mujer necesita más que de Dios, cada uno tiene su destino ligado sólo con el creador” En ese preciso instante ella toma su decisión, se lleva la pistola que guardaba Vasconcelos y al otro día en una mañana soleada en febrero de 1931 entra a la Catedral de Notre Dame, se sienta en la primera fila y frente a Jesús crucificado se da un tiro en el corazón.

Así a los 31 años de edad termina la vida de Antonieta Rivas Mercado que mientras ella está pensando en suicidarse su hijo la esperaba en una pensión en Burdeos. La trágica noticia acaparó todos los diarios parisinos y en la Catedral de Notre Dame se realizó una ceremonia especial. El cuerpo de Antonieta fue enterrado en el cementerio de Thiais acompañada por muy pocas personas entre ellas el cónsul y su esposa. Al cumplirse el lapso del tiempo ningún familiar renovó la concesión en el panteón y los restos mortales de Antonieta fueron llevados a la fosa común.

Durante muchos años el nombre de Antonieta fue bloqueado en la sociedad mexicana y de su propia familia. Actualmente el nombre de Antonieta Rivas Mercado ha regresado, se han escritos libros, ensayos, obras de teatro y una película basada en su vida. La casa de su padre ha sido restaurada y está abierta al público.


Profa. Mayra Núñez P.

galeriamayra2@gmal.com www.mayragalleryart.com

YouTube Mayra Gallery Art

Caminando por la elegante avenida Reforma nuestra amiga Ann Marie, que viene de Francia se encontró con la orgullosa columna que Porfirio Díaz mandó a construir para conmemorar los 100 años de la Independencia “El Ángel de la Independencia” una obra que fue construida por el Arquitecto Antonio Rivas Mercado y que se inauguró el 16 de Septiembre de 1910.

El Arq. Rivas Mercado también fue ingeniero y restaurador mexicano, personaje preferido del entonces presidente Porfirio Díaz y padre de Antonieta su segunda hija. Su madre Matilde Cristina Castellanos quien los abandono cuando todavía eran muy chicos.

Antonieta nació en el año de 1900 en la ciudad de México hija de un matrimonio muy bien acomodado y con una base educativa muy sólida, estudio en París, hablaba cuatro idiomas. Acostumbrada a sus viajes familiares al extranjero, a las reuniones familiares con personajes de esa época, y al respaldo y apoyo de su padre, de quien fuera su hija predilecta.

Antonieta en su juventud desarrolla un profundo proceso personal caracterizado por la necesidad de trabajar intensamente en el ámbito intelectual y artístico. Se casó con Albert Edward Blair a los 18 años ilusionada porque estaba segura que iba a formar una bonita familia, pero no fue así, tuvieron un hijo Donald Antonio Blair Rivas Mercado en septiembre de 1919, la pareja se separó librando un fuerte pleito por la custodia del niño, Albert E. ganó la custodia.

En ese año muere su padre y Antonieta también conoce al pintor Manuel Rodríguez Lozano (anteriormente casado con Carmen Mondragón) quien la introduce en el ambiente de los artistas contemporáneos Antonieta se en amora perdidamente de este pintor, se volvió su sombra le escribió muchas cartas de amor: “Yo no era nada; solo era barro que esperaba ser moldeada en el torno del amor.

Soy algo más que su obra y por eso lo amo con pasión” Aunque el pintor la estimaba mucho y la consideraba una mujer adelantada a su época no podía corresponderle debido a que él era homosexual. Para entonces Antonieta ya estaba teniendo una participación muy importante e influyente en la vida cultural de México durante la posrevolución. Se le considera una mujer desafiante a su tiempo y una vanguardista cuya labor fue muy importante en la modernización de la cultura en México. El tiempo que pasó en Europa y la influencia que género en ella el teatro de vanguardia de París le despertaron la inquietud de promover en nuestro país un teatro que renovará la escena mexicana en donde prevalecía un nacionalismo añejado.

De esta manera y por la recomendación de Manuel Rodríguez Lozano, Antonieta apoyo con su fortuna a los artistas involucrados a poner en marcha el teatro Ulises. Ella no fue cualquier mecenas, desafió a la mujer adinerada que se enamoraba por la cultura. Su labor cultural fue muy diverso, fue escritora, promotora cultural, editora de libro directora teatral, profesora de la UNAM (cuando t o d a v í a n o e r a autónoma) formó el patronato para la orquesta sinfónica de México, bajo la dirección de Carlos Chávez y sobre todo una mujer talentosa comentó Tayde Acosta G. Su inteligencia e inquietud también la llevo a participar en la política, trabajando en la campaña electoral de José Vasconcelos quien en 1929 se postuló para candidato a la presidencia de México.

Antonieta se encargó de realizar la crónica de la campaña de Vasconcelos. Ella y el candidato tuvieron una fuerte relación amorosa, aunque Vasconcelos siempre quiso guardar mucha discreción ya que estaba casado. Antes de culminar la campaña y ante el hostil y duro escenario en México para los partidarios de Vasconcelos, Antonieta tuvo que salir por órdenes de sus doctores debido a causa de una crisis nerviosa por el exceso de trabajo. Antonieta se va a Nueva York y posteriormente a París.

Se cuenta que la última noche que se vio con Vasconcelos en París, platicando animadamente le preguntó. Dime si de verdad tienes necesidad de mí, el después de reflexionar por un momento le respondió “Ninguna alma necesita de otra, nadie, ni hombre ni mujer necesita más que de Dios, cada uno tiene su destino ligado sólo con el creador” En ese preciso instante ella toma su decisión, se lleva la pistola que guardaba Vasconcelos y al otro día en una mañana soleada en febrero de 1931 entra a la Catedral de Notre Dame, se sienta en la primera fila y frente a Jesús crucificado se da un tiro en el corazón.

Así a los 31 años de edad termina la vida de Antonieta Rivas Mercado que mientras ella está pensando en suicidarse su hijo la esperaba en una pensión en Burdeos. La trágica noticia acaparó todos los diarios parisinos y en la Catedral de Notre Dame se realizó una ceremonia especial. El cuerpo de Antonieta fue enterrado en el cementerio de Thiais acompañada por muy pocas personas entre ellas el cónsul y su esposa. Al cumplirse el lapso del tiempo ningún familiar renovó la concesión en el panteón y los restos mortales de Antonieta fueron llevados a la fosa común.

Durante muchos años el nombre de Antonieta fue bloqueado en la sociedad mexicana y de su propia familia. Actualmente el nombre de Antonieta Rivas Mercado ha regresado, se han escritos libros, ensayos, obras de teatro y una película basada en su vida. La casa de su padre ha sido restaurada y está abierta al público.


Profa. Mayra Núñez P.

galeriamayra2@gmal.com www.mayragalleryart.com

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