/ jueves 17 de junio de 2021

El éxito de Nueva Alianza

Al Partido Nueva Alianza le fue relativamente bien en la pasada elección. El objetivo de mantener el registro y con ello ser considerado actor de la política estatal funcionó. También tiene por lo menos una curul de mayoría en el Congreso del Estado y en términos relativos y reales logró una mayor votación distrital que en el 2018.

Los números favorecen a la dirigencia que encabeza Zitlally Suárez. En el 18, Nueva Alianza obtuvo alrededor del 4.2% de la votación por diputados, con 38 mil 933 electores a favor de los turquesa; mientras que en el 21, aún siendo una elección intermedia en la que hubo una participación menor (del 66% disminuyó al 53%), Nueva Alianza registró 40 mil 726 votos, que le representan el 5.4% de la elección distrital. Los casi dos mil votos por arriba de su anterior marca, se dieron aún con la fragmentación del voto magisterial en opciones diversas, como Morena, Redes Sociales Progresistas, y hasta Acción Nacional (en estrategias de voto útil en Cuernavaca, por ejemplo).

Aún con esos buenos resultados, en las elecciones de ayuntamientos, espacio en que en el 18 lograron el 5.1% de la votación total, en el 21 los números cayeron al 1.5%. Los abanderados de Nueva Alianza perdieron tres de los cuatro ayuntamientos que habían logrado en el 18, y pudieron conservar el de probablemente menor población: Totolapan.

El fenómeno se explica por dos definiciones previas al proceso electoral que resultaron en el fortalecimiento de los votos a favor de los turquesa en las distritales y la caída del sufragio en las municipales. La determinación de coalición parcial con Morena y Encuentro Social, y la postulación de los Agustines Alonso, padre e hijo, en Yautepec.

La determinación de coalición con Morena ubicó a Nueva Alianza como una opción adicional para quienes, peleados con las siglas del partido del presidente (por decisiones locales o nacionales), respaldaran a candidatos atractivos y considerados de izquierda. Le ofreció al PNA acceso a espacios donde antes no figuraba, aunque no a todos. La votación por los turquesas en Cuernavaca, por ejemplo, fue prácticamente irrelevante.

El conseguir reclutar a los Alonso, quienes en diversos momentos se pronunciaron a favor de Morena pero en contra del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, significó al turquesa lograr una enorme cantidad de votos (más del 40%) en un municipio densamente poblado, como es Yautepec. Lo que Nueva Alianza logró en la zona, difícilmente se podría atribuir a una operación turquesa, sino a la presencia de dos figuras políticas que tienen totalmente dominada el área.

Ahora, de acuerdo al listado de diputaciones oficial del Impepac, Nueva Alianza tiene dos curules de mayoría, la de Agustín Alonso Gutiérrez y la de Verónica Anrubio Kempis (lograda en la coalición con Morena y el PES). La futura legisladora que ganó el distrito 10 con cabecera en Ayala, podría decantarse por Morena, por Nueva Alianza o hasta por el PES en su momento.

Por cierto, en efecto, el SNTE no tendrá representación directa en la nueva legislatura, por primera vez desde la fundación de su partido, que usaron como bastión para incluirse en los Congresos locales, ojalá que Agustín Alonso no les renuncie pronto.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Al Partido Nueva Alianza le fue relativamente bien en la pasada elección. El objetivo de mantener el registro y con ello ser considerado actor de la política estatal funcionó. También tiene por lo menos una curul de mayoría en el Congreso del Estado y en términos relativos y reales logró una mayor votación distrital que en el 2018.

Los números favorecen a la dirigencia que encabeza Zitlally Suárez. En el 18, Nueva Alianza obtuvo alrededor del 4.2% de la votación por diputados, con 38 mil 933 electores a favor de los turquesa; mientras que en el 21, aún siendo una elección intermedia en la que hubo una participación menor (del 66% disminuyó al 53%), Nueva Alianza registró 40 mil 726 votos, que le representan el 5.4% de la elección distrital. Los casi dos mil votos por arriba de su anterior marca, se dieron aún con la fragmentación del voto magisterial en opciones diversas, como Morena, Redes Sociales Progresistas, y hasta Acción Nacional (en estrategias de voto útil en Cuernavaca, por ejemplo).

Aún con esos buenos resultados, en las elecciones de ayuntamientos, espacio en que en el 18 lograron el 5.1% de la votación total, en el 21 los números cayeron al 1.5%. Los abanderados de Nueva Alianza perdieron tres de los cuatro ayuntamientos que habían logrado en el 18, y pudieron conservar el de probablemente menor población: Totolapan.

El fenómeno se explica por dos definiciones previas al proceso electoral que resultaron en el fortalecimiento de los votos a favor de los turquesa en las distritales y la caída del sufragio en las municipales. La determinación de coalición parcial con Morena y Encuentro Social, y la postulación de los Agustines Alonso, padre e hijo, en Yautepec.

La determinación de coalición con Morena ubicó a Nueva Alianza como una opción adicional para quienes, peleados con las siglas del partido del presidente (por decisiones locales o nacionales), respaldaran a candidatos atractivos y considerados de izquierda. Le ofreció al PNA acceso a espacios donde antes no figuraba, aunque no a todos. La votación por los turquesas en Cuernavaca, por ejemplo, fue prácticamente irrelevante.

El conseguir reclutar a los Alonso, quienes en diversos momentos se pronunciaron a favor de Morena pero en contra del gobierno de Cuauhtémoc Blanco, significó al turquesa lograr una enorme cantidad de votos (más del 40%) en un municipio densamente poblado, como es Yautepec. Lo que Nueva Alianza logró en la zona, difícilmente se podría atribuir a una operación turquesa, sino a la presencia de dos figuras políticas que tienen totalmente dominada el área.

Ahora, de acuerdo al listado de diputaciones oficial del Impepac, Nueva Alianza tiene dos curules de mayoría, la de Agustín Alonso Gutiérrez y la de Verónica Anrubio Kempis (lograda en la coalición con Morena y el PES). La futura legisladora que ganó el distrito 10 con cabecera en Ayala, podría decantarse por Morena, por Nueva Alianza o hasta por el PES en su momento.

Por cierto, en efecto, el SNTE no tendrá representación directa en la nueva legislatura, por primera vez desde la fundación de su partido, que usaron como bastión para incluirse en los Congresos locales, ojalá que Agustín Alonso no les renuncie pronto.


@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx