/ martes 17 de marzo de 2020

El cuidado personal es cuidado social

Hace unas semanas comenzaban a sonar pequeñas alertas acerca del esparcimiento del Covid-19 en el mundo. En ese entonces, el virus se mantenía alejado de nuestro continente, y eran más los casos registrados dentro de su zona de origen (Wuhan, China) que los registrados en el exterior. Pasaron los días y los focos rojos se comenzaron a encender alrededor del globo y la llegada de la enfermedad a Estados Unidos y Brasil fueron motivo de alerta en nuestro país, y serían días los que le tomaría para ingresar a suelo mexicano.

Hoy, el esparcimiento del Covid-19 en México es inminente. Dejamos a un lado el “si” para sustituirlo con un “cuando” para referirnos a su propagación. Sin embargo, las dimensiones de esta alerta deben ser medidas con cautela, tomando en consideración las características particulares de este nuevo Coronavirus, las cifras actuales y las medidas de prevención de contagio (propio y hacia otras personas). Vamos por puntos.

La COVID-19 forma parte de una familia de virus (Los coronavirus) que, en varios casos, causa enfermedades respiratorias; mismas que pueden ir desde un resfriado hasta las que amenazan la vida de los infectados. Se manifiesta en la mayoría de los casos con fiebre, cansancio y tos seca; aunque los pacientes que la padecen pueden sufrir de dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. El índice de mortalidad de este virus es de 2.3%, y se eleva al 14.8% para las personas mayores de 80 años.

De acuerdo con un mapa que detalla la situación del Covid-19 en el mundo, publicado por la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés), existen cerca de 137 mil casos confirmados del virus en 123 países, áreas o territorios—siendo China, Italia e Irán los principales países donde se concentra— y se han perdido 5 mil vidas a causa de este.

En México, para el 14 de marzo se habían registrado 26 confirmados de Covid-19, de acuerdo con información brindada por el director general de Epidemiología, José Luis Alomía, acompañado del subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell y el titular de la CCINSHAE Gustavo Reyes Terán. No obstante, estos datos, junto con los proporcionados en el párrafo anterior sufrirán cambios de manera cotidiana.

Entonces, ¿qué hacemos? Bien, la principal recomendación es lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o, en su defecto, con un desinfectante a base de alcohol; mantener una distancia de 1 metro con las personas que tosan o estornuden; evitar tocarse las zonas húmedas de la cara (nariz, boca y ojos); en caso de estornudar, hacerlo hacia el interior del codo o contra un pañuelo (que debe ser desechado una vez utilizado); y si no se encuentra bien, permanecer en casa y buscar atención médica.

Debemos comprender que el esparcimiento de este virus nos amenaza a todas y a todos, no podemos pecar de confiados. Es fundamental seguir las medidas de prevención para cuidarnos y a quienes nos rodean.

Las posibilidades de que esta enfermedad se extienda a lo largo del país son muy altas y debemos estar preparados para cuando esta amenaza crezca; sin embargo, no es necesario apresurarnos a comprar suministros para una cuarentena. En estos momentos, la prevención y la prudencia serán las principales herramientas de salud pública en el país; y a estas le deben seguir medidas de Estado que respondan a dicho desarrollo y cuiden de las personas infectadas. Si queremos protegernos entre todas y todos, debemos comenzar con el cuidado personal.

Hace unas semanas comenzaban a sonar pequeñas alertas acerca del esparcimiento del Covid-19 en el mundo. En ese entonces, el virus se mantenía alejado de nuestro continente, y eran más los casos registrados dentro de su zona de origen (Wuhan, China) que los registrados en el exterior. Pasaron los días y los focos rojos se comenzaron a encender alrededor del globo y la llegada de la enfermedad a Estados Unidos y Brasil fueron motivo de alerta en nuestro país, y serían días los que le tomaría para ingresar a suelo mexicano.

Hoy, el esparcimiento del Covid-19 en México es inminente. Dejamos a un lado el “si” para sustituirlo con un “cuando” para referirnos a su propagación. Sin embargo, las dimensiones de esta alerta deben ser medidas con cautela, tomando en consideración las características particulares de este nuevo Coronavirus, las cifras actuales y las medidas de prevención de contagio (propio y hacia otras personas). Vamos por puntos.

La COVID-19 forma parte de una familia de virus (Los coronavirus) que, en varios casos, causa enfermedades respiratorias; mismas que pueden ir desde un resfriado hasta las que amenazan la vida de los infectados. Se manifiesta en la mayoría de los casos con fiebre, cansancio y tos seca; aunque los pacientes que la padecen pueden sufrir de dolores, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta o diarrea. El índice de mortalidad de este virus es de 2.3%, y se eleva al 14.8% para las personas mayores de 80 años.

De acuerdo con un mapa que detalla la situación del Covid-19 en el mundo, publicado por la Organización Mundial de la Salud (WHO, por sus siglas en inglés), existen cerca de 137 mil casos confirmados del virus en 123 países, áreas o territorios—siendo China, Italia e Irán los principales países donde se concentra— y se han perdido 5 mil vidas a causa de este.

En México, para el 14 de marzo se habían registrado 26 confirmados de Covid-19, de acuerdo con información brindada por el director general de Epidemiología, José Luis Alomía, acompañado del subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, Hugo López-Gatell y el titular de la CCINSHAE Gustavo Reyes Terán. No obstante, estos datos, junto con los proporcionados en el párrafo anterior sufrirán cambios de manera cotidiana.

Entonces, ¿qué hacemos? Bien, la principal recomendación es lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o, en su defecto, con un desinfectante a base de alcohol; mantener una distancia de 1 metro con las personas que tosan o estornuden; evitar tocarse las zonas húmedas de la cara (nariz, boca y ojos); en caso de estornudar, hacerlo hacia el interior del codo o contra un pañuelo (que debe ser desechado una vez utilizado); y si no se encuentra bien, permanecer en casa y buscar atención médica.

Debemos comprender que el esparcimiento de este virus nos amenaza a todas y a todos, no podemos pecar de confiados. Es fundamental seguir las medidas de prevención para cuidarnos y a quienes nos rodean.

Las posibilidades de que esta enfermedad se extienda a lo largo del país son muy altas y debemos estar preparados para cuando esta amenaza crezca; sin embargo, no es necesario apresurarnos a comprar suministros para una cuarentena. En estos momentos, la prevención y la prudencia serán las principales herramientas de salud pública en el país; y a estas le deben seguir medidas de Estado que respondan a dicho desarrollo y cuiden de las personas infectadas. Si queremos protegernos entre todas y todos, debemos comenzar con el cuidado personal.