/ sábado 14 de diciembre de 2019

El control de la calidad de agua para consumo humano

En mi columna pasada referí los datos mas recientes publicados en el Informe Mundial para el Desarrollo de los Recursos Hídricos, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas, donde se reconoce que a nivel mundial, el acceso al agua y saneamiento inadecuados genera al menos diez veces mas muertes que los conflictos armados, los sismos o las epidemias.

De acuerdo con el Informe, el agua y saneamiento inadecuados generan 780 mil muertes en promedio al año, en tanto que las muertes causadas por las guerras ascienden a 75 mil y las causadas por sismos y epidemias a 56 mil.

De ahí la importancia de mejorar sustancialmente el control de la calidad del agua.

En México no contamos con estas estadísticas, de hecho no contamos con registros sistematizados de calidad de agua que se abastece en las diferentes localidades del país. A pesar de que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios se encarga de vigilar el cumplimiento de la norma que regula la calidad del agua potable, esa información no es pública, el acceso a ella es restringido.

La Comisión Nacional del Agua cuenta con una Red de Monitoreo de la Calidad del Agua cuyos resultados si son públicos, pero los datos se obtienen al nivel de cuerpos de agua, es decir, mide la calidad del agua en puntos establecidos en las presas, los ríos, los lagos o acuíferos, por lo que no es posible saber con esos datos si el agua que se abastece en los hogares puede considerarse potable.

Es necesario desarrollar un sistema de información que permita contar con una base de datos confiable sobre la calidad del agua potable suministrada a la población. Con esta información la población tendría los elementos para valorar y tener confianza en el agua abastecida a sus hogares o de lo contrario exigir a las dependencias responsables se les entregue agua de calidad.

Como consecuencia de la divulgación de la información y el interés de la sociedad en esta, se podría incidir en la mejora de los servicios de potabilización y abastecimiento de agua en los organismos operadores, en la reducción de enfermedades gastrointestinales y en beneficios económicos al dotar de agua a la población que puede ser ingerida con seguridad sin necesidad de la compra de agua embotellada.

El sistema de agua potable es el responsable del control de la calidad del agua que produce y distribuye, y de la seguridad del sistema que opera. Para garantizar la calidad del agua que abastece debe atender el mantenimiento preventivo y aplicar buenas prácticas operativas, apoyándose en la evaluación continua de la calidad de las fuentes, de los procesos de potabilización y del sistema de distribución, conjuntamente con las inspecciones sanitarias, lo que le permitirá asegurar la buena calidad del agua y la ausencia de contaminación en alguna parte del sistema de distribución.

Normalmente, al sistema de agua público o privado se le asigna un área de suministro y su responsabilidad, desde el punto de vista de la calidad del producto entregado (agua con la calidad establecida en las normas), abarca desde la fuente, que normalmente es un pozo o un manantial, pasando por la planta potabilizadora y los tanques de almacenamiento, considera las redes de distribución, y llega hasta el ingreso a la vivienda del usuario. La calidad del agua en el domicilio es responsabilidad de los habitantes de la vivienda. En México los tinacos y cisternas son otra fuente de contaminación. Pero ese es un tema que abordaré en otra ocasión.

En mi columna pasada referí los datos mas recientes publicados en el Informe Mundial para el Desarrollo de los Recursos Hídricos, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas, donde se reconoce que a nivel mundial, el acceso al agua y saneamiento inadecuados genera al menos diez veces mas muertes que los conflictos armados, los sismos o las epidemias.

De acuerdo con el Informe, el agua y saneamiento inadecuados generan 780 mil muertes en promedio al año, en tanto que las muertes causadas por las guerras ascienden a 75 mil y las causadas por sismos y epidemias a 56 mil.

De ahí la importancia de mejorar sustancialmente el control de la calidad del agua.

En México no contamos con estas estadísticas, de hecho no contamos con registros sistematizados de calidad de agua que se abastece en las diferentes localidades del país. A pesar de que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios se encarga de vigilar el cumplimiento de la norma que regula la calidad del agua potable, esa información no es pública, el acceso a ella es restringido.

La Comisión Nacional del Agua cuenta con una Red de Monitoreo de la Calidad del Agua cuyos resultados si son públicos, pero los datos se obtienen al nivel de cuerpos de agua, es decir, mide la calidad del agua en puntos establecidos en las presas, los ríos, los lagos o acuíferos, por lo que no es posible saber con esos datos si el agua que se abastece en los hogares puede considerarse potable.

Es necesario desarrollar un sistema de información que permita contar con una base de datos confiable sobre la calidad del agua potable suministrada a la población. Con esta información la población tendría los elementos para valorar y tener confianza en el agua abastecida a sus hogares o de lo contrario exigir a las dependencias responsables se les entregue agua de calidad.

Como consecuencia de la divulgación de la información y el interés de la sociedad en esta, se podría incidir en la mejora de los servicios de potabilización y abastecimiento de agua en los organismos operadores, en la reducción de enfermedades gastrointestinales y en beneficios económicos al dotar de agua a la población que puede ser ingerida con seguridad sin necesidad de la compra de agua embotellada.

El sistema de agua potable es el responsable del control de la calidad del agua que produce y distribuye, y de la seguridad del sistema que opera. Para garantizar la calidad del agua que abastece debe atender el mantenimiento preventivo y aplicar buenas prácticas operativas, apoyándose en la evaluación continua de la calidad de las fuentes, de los procesos de potabilización y del sistema de distribución, conjuntamente con las inspecciones sanitarias, lo que le permitirá asegurar la buena calidad del agua y la ausencia de contaminación en alguna parte del sistema de distribución.

Normalmente, al sistema de agua público o privado se le asigna un área de suministro y su responsabilidad, desde el punto de vista de la calidad del producto entregado (agua con la calidad establecida en las normas), abarca desde la fuente, que normalmente es un pozo o un manantial, pasando por la planta potabilizadora y los tanques de almacenamiento, considera las redes de distribución, y llega hasta el ingreso a la vivienda del usuario. La calidad del agua en el domicilio es responsabilidad de los habitantes de la vivienda. En México los tinacos y cisternas son otra fuente de contaminación. Pero ese es un tema que abordaré en otra ocasión.

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