/ sábado 8 de febrero de 2020

El conflicto por el agua en la frontera

Esta semana vimos cómo un grupo de agricultores se enfrentaban a la Guardia Nacional para tomar el control de la Presa La Boquilla en el estado de Chihuahua. El argumento es que no iban a permitir que se abrieran las compuertas de las presa para darle agua (que ellos necesitan) a los estados de Coahuila y Tamaulipas. Pero de paso tampoco darían el agua que nuestro país tiene comprometida con Estados Unidos desde la firma del Tratado de 1944.

Esta situación se torna preocupante. Y es excelente para ejemplificar la necesidad de tener una autoridad del agua fuerte, respetada.

El agua no es de un municipio, ni de un estado, el agua es propiedad de la nación, y su distribución debe realizarse con criterios de equidad y sustentabilidad para todos los habitantes de la cuenca hidrológica. Esa es la tarea de la autoridad del agua. No hacer valer esa autoridad y responsabilidad implica que los que están aguas arriba de una cuenca pueden dejar sin agua a los que están aguas abajo de la misma. Con el riesgo de producir afectaciones y enfrentamientos.

En el caso que nos ocupa esto se complica porque además compartimos la cuenca (del Rio Bravo) con nuestro poderoso vecino del norte: los Estados Unidos de América.

Precisamente para evitar actos unilaterales que pudieran afectar al otro país, en 1944 se firmó entre ambos un tratado que establece cuánta agua le corresponde a cada uno de las cuencas de los ríos que compartimos, en qué sitios deben entregarse y con qué periodicidad se evalúa su cumplimiento.

El rio Bravo sirve como frontera de ambos países en mas de 2 mil kilómetros, el agua que llueve del lado de ambos países drena hacia el rio Bravo (o Grande), por lo que el agua es compartida entre ambos países, dos terceras partes le corresponden a México y solo una tercera parte le corresponde a Estados Unidos de acuerdo con el Tratado.

Son 4,317 millones de metros cúbicos para México y 2,158 para Estados Unidos en periodos de cinco años (quinquenios). Es decir, el tratado reconoce la variabilidad de las lluvias y se establece un volumen quinquenal, algún año puede ser menos, pero debe compensarse con otros años en los que se entregue mas, el resultado debe ser ese volumen en cinco años.

En el balance promedio, México debe entregarle casi 432 millones de metros cúbicos de agua al año a Estados Unidos del río Bravo a través de las presas La Amistad en Coahuila y Falcón en Tamaulipas. En contraparte, Estados Unidos debe entregarle 1 mil 850 millones de metros cúbicos anuales de agua a México del río Colorado de la Presa Imperial en California. Es decir: "…México recibe más de cuatro veces la cantidad de agua que aporta a ese vecino país, por lo cual se estima que el balance resulta benéfico para México.”

El que un estado no permita que se abran las presas para compartir el agua con los estados que se encuentran aguas abajo ya es de por sí preocupante, el desabasto de agua no sería solo para la producción agrícola, las presas de Coahuila y Tamaulipas también abastecen de agua potable a la población de esos estados. Esto es aún mas preocupante porque de esas presas debe cumplirse el Tratado de 1944, y el incumplimiento por parte de México tendría serias consecuencias.

Algo debe ajustarse en esa cuenca, en este quinquenio, que termina en octubre de este año, se adeudan mas de 200 millones de metros cúbicos de agua, que sumados a los 432 millones de este año, pone a la zona en un alto estrés por el agua, si este año las lluvias resultan por debajo del promedio, entraremos en un serio predicamento, la autoridad del agua será puesta a prueba. #aguaparatodos

Esta semana vimos cómo un grupo de agricultores se enfrentaban a la Guardia Nacional para tomar el control de la Presa La Boquilla en el estado de Chihuahua. El argumento es que no iban a permitir que se abrieran las compuertas de las presa para darle agua (que ellos necesitan) a los estados de Coahuila y Tamaulipas. Pero de paso tampoco darían el agua que nuestro país tiene comprometida con Estados Unidos desde la firma del Tratado de 1944.

Esta situación se torna preocupante. Y es excelente para ejemplificar la necesidad de tener una autoridad del agua fuerte, respetada.

El agua no es de un municipio, ni de un estado, el agua es propiedad de la nación, y su distribución debe realizarse con criterios de equidad y sustentabilidad para todos los habitantes de la cuenca hidrológica. Esa es la tarea de la autoridad del agua. No hacer valer esa autoridad y responsabilidad implica que los que están aguas arriba de una cuenca pueden dejar sin agua a los que están aguas abajo de la misma. Con el riesgo de producir afectaciones y enfrentamientos.

En el caso que nos ocupa esto se complica porque además compartimos la cuenca (del Rio Bravo) con nuestro poderoso vecino del norte: los Estados Unidos de América.

Precisamente para evitar actos unilaterales que pudieran afectar al otro país, en 1944 se firmó entre ambos un tratado que establece cuánta agua le corresponde a cada uno de las cuencas de los ríos que compartimos, en qué sitios deben entregarse y con qué periodicidad se evalúa su cumplimiento.

El rio Bravo sirve como frontera de ambos países en mas de 2 mil kilómetros, el agua que llueve del lado de ambos países drena hacia el rio Bravo (o Grande), por lo que el agua es compartida entre ambos países, dos terceras partes le corresponden a México y solo una tercera parte le corresponde a Estados Unidos de acuerdo con el Tratado.

Son 4,317 millones de metros cúbicos para México y 2,158 para Estados Unidos en periodos de cinco años (quinquenios). Es decir, el tratado reconoce la variabilidad de las lluvias y se establece un volumen quinquenal, algún año puede ser menos, pero debe compensarse con otros años en los que se entregue mas, el resultado debe ser ese volumen en cinco años.

En el balance promedio, México debe entregarle casi 432 millones de metros cúbicos de agua al año a Estados Unidos del río Bravo a través de las presas La Amistad en Coahuila y Falcón en Tamaulipas. En contraparte, Estados Unidos debe entregarle 1 mil 850 millones de metros cúbicos anuales de agua a México del río Colorado de la Presa Imperial en California. Es decir: "…México recibe más de cuatro veces la cantidad de agua que aporta a ese vecino país, por lo cual se estima que el balance resulta benéfico para México.”

El que un estado no permita que se abran las presas para compartir el agua con los estados que se encuentran aguas abajo ya es de por sí preocupante, el desabasto de agua no sería solo para la producción agrícola, las presas de Coahuila y Tamaulipas también abastecen de agua potable a la población de esos estados. Esto es aún mas preocupante porque de esas presas debe cumplirse el Tratado de 1944, y el incumplimiento por parte de México tendría serias consecuencias.

Algo debe ajustarse en esa cuenca, en este quinquenio, que termina en octubre de este año, se adeudan mas de 200 millones de metros cúbicos de agua, que sumados a los 432 millones de este año, pone a la zona en un alto estrés por el agua, si este año las lluvias resultan por debajo del promedio, entraremos en un serio predicamento, la autoridad del agua será puesta a prueba. #aguaparatodos