/ lunes 12 de julio de 2021

El adiós al PRD

A final de cuentas, el Impepac prepara la liquidación de doce partidos políticos, nueve locales y tres nacionales, por no haber conseguido el mínimo de 3% de los votos que la legislación electoral requiere para seguir gozando del reconocimiento oficial, las prerrogativas y los asientos en las mesas políticas.

Entre todos obtuvieron el 14% de los sufragios. Es decir, esa proporción de gente que estuvo dispuesta a acudir a las urnas, no fueron seducidos por ninguna de las once fuerzas que sí conservaron su registro, y de las que ninguna fuerza logró por sí sola siquiera el 15% en la elección local. De los que se van, el Partido Verde era el más longevo, 1986; el PRD data de 1989; el Social Demócrata es del 2009; el Humanista del 2014; y el resto: Podemos, Futuro, Armonía, Renovación Política, Bienestar Ciudadano, Fuerza Morelos, Apoyo Social y Encuentro Solidario, todos tuvieron debut y despedida en el 2021. Y poco habrá que extrañar de cualquiera de ellos.

La más sonora derrota es la del PRD, que apenas nueve años después de hacerse de la gubernatura deberá entregar sus haberes, en medio de sentimientos muy nostálgicos de quienes, más izquierdistas moderados que radicales, habían evitado la fuga a Morena o al PT y de los que fueron fundadores de la primera coalición de izquierda agrupada bajo un mismo membrete.

Para muchos ciudadanos de la izquierda moderada y partidaria de vanguardias como la ampliación de derechos, y libertades, la inclusión, el equilibrio económico, la superación de la pobreza mediante la igualdad de oportunidades, el PRD había sido un vehículo para posicionar una agenda política dinámica y digna de reconocimiento. En el caso de Morelos, pese a todos los defectos que tuvo la administración de Graco Ramírez, tendría que reconocerse un amplio avance en materia de derechos y libertades que fue empañado por la sombra de la corrupción (real o percibida), y de la soberbia del grupo en el poder.

Decir que Graco Ramírez junto a su equipo fue responsable de la debacle perredista, resulta tan excesivo como pretender que él mismo fue el único autor de su triunfo en el 2012. El respiro de modernidad que se percibía en aquel PRD nutrido por la sociedad civil y por una plataforma electoral y legislativa de avanzada, contrastaba con una oferta antigua, poco ambiciosa y hasta mezquina de los partidos en provincia. Y aunque el sexenio anterior se avanzó considerablemente en materia de derechos humanos, también lo es que la pobreza, la corrupción, y la lejanía entre el gobierno y la ciudadanía se extendieron al extremo de ser castigado severamente por los electores en la elección gubernamental inmediata posterior.

Pero el PRD en Morelos fue incapaz de mantener esa agenda de avanzada que no sólo quedó inconclusa, también se ve amenazada por fuerzas políticas que hoy tienen poder. Más allá, se asoció con el PRI y el PSD, que poco aportaban a su causa, y que nunca han estado mayormente comprometidos con esa agenda de extensión de derechos, inclusión, generación de empleos y atracción de inversiones, esa que no se soluciona con la entrega de becas o despensas, y que es cada vez más urgente, y se percibe más lejana entre los grupos políticos locales.




@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

A final de cuentas, el Impepac prepara la liquidación de doce partidos políticos, nueve locales y tres nacionales, por no haber conseguido el mínimo de 3% de los votos que la legislación electoral requiere para seguir gozando del reconocimiento oficial, las prerrogativas y los asientos en las mesas políticas.

Entre todos obtuvieron el 14% de los sufragios. Es decir, esa proporción de gente que estuvo dispuesta a acudir a las urnas, no fueron seducidos por ninguna de las once fuerzas que sí conservaron su registro, y de las que ninguna fuerza logró por sí sola siquiera el 15% en la elección local. De los que se van, el Partido Verde era el más longevo, 1986; el PRD data de 1989; el Social Demócrata es del 2009; el Humanista del 2014; y el resto: Podemos, Futuro, Armonía, Renovación Política, Bienestar Ciudadano, Fuerza Morelos, Apoyo Social y Encuentro Solidario, todos tuvieron debut y despedida en el 2021. Y poco habrá que extrañar de cualquiera de ellos.

La más sonora derrota es la del PRD, que apenas nueve años después de hacerse de la gubernatura deberá entregar sus haberes, en medio de sentimientos muy nostálgicos de quienes, más izquierdistas moderados que radicales, habían evitado la fuga a Morena o al PT y de los que fueron fundadores de la primera coalición de izquierda agrupada bajo un mismo membrete.

Para muchos ciudadanos de la izquierda moderada y partidaria de vanguardias como la ampliación de derechos, y libertades, la inclusión, el equilibrio económico, la superación de la pobreza mediante la igualdad de oportunidades, el PRD había sido un vehículo para posicionar una agenda política dinámica y digna de reconocimiento. En el caso de Morelos, pese a todos los defectos que tuvo la administración de Graco Ramírez, tendría que reconocerse un amplio avance en materia de derechos y libertades que fue empañado por la sombra de la corrupción (real o percibida), y de la soberbia del grupo en el poder.

Decir que Graco Ramírez junto a su equipo fue responsable de la debacle perredista, resulta tan excesivo como pretender que él mismo fue el único autor de su triunfo en el 2012. El respiro de modernidad que se percibía en aquel PRD nutrido por la sociedad civil y por una plataforma electoral y legislativa de avanzada, contrastaba con una oferta antigua, poco ambiciosa y hasta mezquina de los partidos en provincia. Y aunque el sexenio anterior se avanzó considerablemente en materia de derechos humanos, también lo es que la pobreza, la corrupción, y la lejanía entre el gobierno y la ciudadanía se extendieron al extremo de ser castigado severamente por los electores en la elección gubernamental inmediata posterior.

Pero el PRD en Morelos fue incapaz de mantener esa agenda de avanzada que no sólo quedó inconclusa, también se ve amenazada por fuerzas políticas que hoy tienen poder. Más allá, se asoció con el PRI y el PSD, que poco aportaban a su causa, y que nunca han estado mayormente comprometidos con esa agenda de extensión de derechos, inclusión, generación de empleos y atracción de inversiones, esa que no se soluciona con la entrega de becas o despensas, y que es cada vez más urgente, y se percibe más lejana entre los grupos políticos locales.




@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx