/ martes 26 de marzo de 2019

Democracia participativa, la sobredosis indicada

Y un buen día, después de mucho tiempo, un gobierno mexicano pensó que sería bueno preguntarle a su pueblo si se sentían bien representados o si deseaban correrlo, así, con todas las letras y sin ceremonias, pareciera que lo anterior forma parte de un panorama justo y democrático sin embargo, en una sociedad como la nuestra y con políticos como los que aquí viven, eso no podía ser tan sencillo, claro que no.

La descafeinada oposición y no pocos analistas, opinan que la propuesta de revocación del mandato que López Obrador desea cristalizar y que fue toral en su campaña, es una especie de antesala a la reelección, pero con el correr de los días y ante la firma de una especie de carta compromiso por parte del titular del ejecutivo, en donde juraba y perjuraba no se iba a atrever a buscar permanecer en el cargo al concluir su periodo de 6 años, el verdadero temor o terror de los partidos políticos se desnudó y puso de manifiesto que la verdadera pesadilla que les roba la tranquilidad es la posibilidad de tener la imagen de Andrés Manuel en las boletas electorales, subestimando la inteligencia de un electorado cuando demostrado está, piensa y participa.

La cámara baja como era de suponerse no puso ninguna oposición al instrumento de democracia participativa propuesto, pero en el senado las cosas son distintas, al menos por ahora, ahí no se ha logrado la mayoría calificada y las cuentas no dan para aprobar la iniciativa tal y como la propone y desea López Obrador, a pesar de que antes se había dicho que las consultas deberían ser organizadas y reguladas por las autoridades electorales y también llevarse a cabo durante los comicios para evitar gastos excesivos, pues eso, ante la inoperancia de una oposición que no ha tenido la resiliencia política para levantarse de entre sus cenizas, no aplica, todo lo contrario, el cambio de fecha de la consulta será como es de esperarse, la posición a defender más importante para las aspiraciones de todos los frentes políticos en el 2021.

Sumado a lo anterior, las estrategias para ganar puntos han bajado de nivel, casos como la “Operación Berlín” son muestra de ello o que me dice usted de los evidentes acarreos de abucheadores como el sucedido en la inauguración del nuevo Estadio de Béisbol de los “diablos rojos” en la CDMX y si opino que fue un acarreo y un montaje no es porque López Obrador sea intocable para la desaprobación pública, pero si revisamos lo hechos vemos los siguientes elementos: El anfitrión, Alfredo Harp Helú ha manifestado siempre y de forma abierta su aversión hacia López Obrador, “la porra fifí”, como la llamó el presidente, estaba instalada cercana a la primera base del diamante de béisbol, “casualmente” en esta zona por la naturaleza propia del deporte se acostumbra a ubicar a buena parte de los representantes de los medios informativos, a esto añada que el suceso tuvo lugar en la Ciudad de México, bastión lopezobradorista por excelencia y en un tiempo, en donde la popularidad medida del tabasqueño por lo menos en la actualidad, está por las nubes.

En conclusión, la oposición política debe modificar sus estrategias por el bien del país, se debe aprender de los errores del pasado, ¿Acaso no basta con el dinero que Peña Nieto gastó en propaganda política y que literalmente tiró a la basura ante los escasos resultados, para saber que el juego no se trata de imagen? Lo que hará bajar la popularidad del presidente será una política equivocada y la falta de resultados ante los enormes problemas que agobian a nuestro país, hoy la gente está informada, la revocación de mandato debe ir, porque la única sobredosis que no trae efectos secundarios adversos es la de libertad, tomando en cuenta que “todos los excesos son malos, exceptuando a la democracia”.

Twitter: @michelleonofre

Y un buen día, después de mucho tiempo, un gobierno mexicano pensó que sería bueno preguntarle a su pueblo si se sentían bien representados o si deseaban correrlo, así, con todas las letras y sin ceremonias, pareciera que lo anterior forma parte de un panorama justo y democrático sin embargo, en una sociedad como la nuestra y con políticos como los que aquí viven, eso no podía ser tan sencillo, claro que no.

La descafeinada oposición y no pocos analistas, opinan que la propuesta de revocación del mandato que López Obrador desea cristalizar y que fue toral en su campaña, es una especie de antesala a la reelección, pero con el correr de los días y ante la firma de una especie de carta compromiso por parte del titular del ejecutivo, en donde juraba y perjuraba no se iba a atrever a buscar permanecer en el cargo al concluir su periodo de 6 años, el verdadero temor o terror de los partidos políticos se desnudó y puso de manifiesto que la verdadera pesadilla que les roba la tranquilidad es la posibilidad de tener la imagen de Andrés Manuel en las boletas electorales, subestimando la inteligencia de un electorado cuando demostrado está, piensa y participa.

La cámara baja como era de suponerse no puso ninguna oposición al instrumento de democracia participativa propuesto, pero en el senado las cosas son distintas, al menos por ahora, ahí no se ha logrado la mayoría calificada y las cuentas no dan para aprobar la iniciativa tal y como la propone y desea López Obrador, a pesar de que antes se había dicho que las consultas deberían ser organizadas y reguladas por las autoridades electorales y también llevarse a cabo durante los comicios para evitar gastos excesivos, pues eso, ante la inoperancia de una oposición que no ha tenido la resiliencia política para levantarse de entre sus cenizas, no aplica, todo lo contrario, el cambio de fecha de la consulta será como es de esperarse, la posición a defender más importante para las aspiraciones de todos los frentes políticos en el 2021.

Sumado a lo anterior, las estrategias para ganar puntos han bajado de nivel, casos como la “Operación Berlín” son muestra de ello o que me dice usted de los evidentes acarreos de abucheadores como el sucedido en la inauguración del nuevo Estadio de Béisbol de los “diablos rojos” en la CDMX y si opino que fue un acarreo y un montaje no es porque López Obrador sea intocable para la desaprobación pública, pero si revisamos lo hechos vemos los siguientes elementos: El anfitrión, Alfredo Harp Helú ha manifestado siempre y de forma abierta su aversión hacia López Obrador, “la porra fifí”, como la llamó el presidente, estaba instalada cercana a la primera base del diamante de béisbol, “casualmente” en esta zona por la naturaleza propia del deporte se acostumbra a ubicar a buena parte de los representantes de los medios informativos, a esto añada que el suceso tuvo lugar en la Ciudad de México, bastión lopezobradorista por excelencia y en un tiempo, en donde la popularidad medida del tabasqueño por lo menos en la actualidad, está por las nubes.

En conclusión, la oposición política debe modificar sus estrategias por el bien del país, se debe aprender de los errores del pasado, ¿Acaso no basta con el dinero que Peña Nieto gastó en propaganda política y que literalmente tiró a la basura ante los escasos resultados, para saber que el juego no se trata de imagen? Lo que hará bajar la popularidad del presidente será una política equivocada y la falta de resultados ante los enormes problemas que agobian a nuestro país, hoy la gente está informada, la revocación de mandato debe ir, porque la única sobredosis que no trae efectos secundarios adversos es la de libertad, tomando en cuenta que “todos los excesos son malos, exceptuando a la democracia”.

Twitter: @michelleonofre

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