/ lunes 9 de mayo de 2022

Déficit policial

Contar con un cuerpo policial suficiente y capacitado es fundamental para la seguridad pública, y ello implica la selección y formación de los mejores elementos, dotados del equipo necesario para realizar sus labores y con sueldos que les hagan sentir valorados.

Una remuneración salarial adecuada a los riesgos que conlleva su profesión permitirá, por ejemplo, que las y los policías resistan “los cañonazos” —como se le dice en el argot a los intentos de sobornos— de los integrantes de la delincuencia, del tamaño y tipo que sean.

Esta semana que pasó, el Comisionado Estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, advirtió que Morelos no cumple con la media establecida por la ONU que apunta que por cada habitante debe haber al menos tres policías; es decir, la entidad necesitaría 12 mil elementos, sin embargo, solo cuenta con 3 mil 500. Un déficit del 29%.

Esta escasez también está relacionada con el sueldo que reciben los elementos policiacos, que oscila entre 3 mil y 10 mil pesos mensuales, una cifra que no motiva a integrarse a la corporación.

Contar con más y mejores policías es una condición indispensable para abatir la incidencia delictiva y cambiar la percepción ciudadana. La seguridad pública es una de las preocupaciones principales de los habitantes, en cualquier lugar. Vivir en paz, transportarse en vehículo privado o público y caminar sin temor a ser asaltado es un derecho que debe hacerse valer.

En este sentido, en Morelos aún hay una deuda en la que se trabaja para solventar. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI indica que a marzo pasado el 81% de las y los ciudadanos de Cuernavaca se sintieron inseguros.

Cuando más temor sienten es al acudir a algún cajero automático localizado en la vía pública, al ir al banco y al utilizar el transporte público. Y esto se refleja al calificar el desempeño de las autoridades. Solo el 37% aprobó la labor de la policía preventiva municipal y el 40% confía en ella.

Incrementar el número de policías no es garantía de mejorar la seguridad pública si la estrategia no está acompañada de una mejoría sustancial en la calidad policial, que se logra con capacitación y desarrollo de habilidades.

Además —y es de probados resultados en otras entidades, como en la CDMX— de una política integral que atienda el origen de la delincuencia, desde su dinámica social hasta la familiar, y una verdadera y adecuada coordinación entre instituciones. Ese es el reto.

@guerrerochipres

Contar con un cuerpo policial suficiente y capacitado es fundamental para la seguridad pública, y ello implica la selección y formación de los mejores elementos, dotados del equipo necesario para realizar sus labores y con sueldos que les hagan sentir valorados.

Una remuneración salarial adecuada a los riesgos que conlleva su profesión permitirá, por ejemplo, que las y los policías resistan “los cañonazos” —como se le dice en el argot a los intentos de sobornos— de los integrantes de la delincuencia, del tamaño y tipo que sean.

Esta semana que pasó, el Comisionado Estatal de Seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, advirtió que Morelos no cumple con la media establecida por la ONU que apunta que por cada habitante debe haber al menos tres policías; es decir, la entidad necesitaría 12 mil elementos, sin embargo, solo cuenta con 3 mil 500. Un déficit del 29%.

Esta escasez también está relacionada con el sueldo que reciben los elementos policiacos, que oscila entre 3 mil y 10 mil pesos mensuales, una cifra que no motiva a integrarse a la corporación.

Contar con más y mejores policías es una condición indispensable para abatir la incidencia delictiva y cambiar la percepción ciudadana. La seguridad pública es una de las preocupaciones principales de los habitantes, en cualquier lugar. Vivir en paz, transportarse en vehículo privado o público y caminar sin temor a ser asaltado es un derecho que debe hacerse valer.

En este sentido, en Morelos aún hay una deuda en la que se trabaja para solventar. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI indica que a marzo pasado el 81% de las y los ciudadanos de Cuernavaca se sintieron inseguros.

Cuando más temor sienten es al acudir a algún cajero automático localizado en la vía pública, al ir al banco y al utilizar el transporte público. Y esto se refleja al calificar el desempeño de las autoridades. Solo el 37% aprobó la labor de la policía preventiva municipal y el 40% confía en ella.

Incrementar el número de policías no es garantía de mejorar la seguridad pública si la estrategia no está acompañada de una mejoría sustancial en la calidad policial, que se logra con capacitación y desarrollo de habilidades.

Además —y es de probados resultados en otras entidades, como en la CDMX— de una política integral que atienda el origen de la delincuencia, desde su dinámica social hasta la familiar, y una verdadera y adecuada coordinación entre instituciones. Ese es el reto.

@guerrerochipres