/ lunes 30 de mayo de 2022

Datos y áreas de oportunidad

Los datos son muy importantes, aproximaciones a lo real y ellos mismos son realidad si tienen fundamento y verdad.

En materia de seguridad pública, conocer la incidencia delictiva permite definir estrategias, primero de contención y, posteriormente, de disminución de los delitos.

El reporte DISÍ, que elabora el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, revela un incremento, en el primer cuatrimestre del año, del 11 por ciento en el conjunto de 14 delitos de alto impacto en Morelos, en comparación con el mismo periodo del 2019.

Entre el año 2015 y el 2020 se había mantenido —en el primer cuatrimestre de cada uno de esos años— una tendencia a la baja. A partir del 2021, los delitos de alto impacto empezaron a remontar y este año cerraron con 3 mil 255.

El análisis permite ubicar ilícitos en los que se debe trabajar, desde las autoridades municipales hasta las estatales, en beneficio de las y los morelenses. Por ejemplo, el robo a negocios con violencia fue el que más subió, con 199%, seguido del robo a casa habitación con violencia (86%), robo de vehículo con violencia (59%), feminicidio (50%) y homicidio doloso (8%).

En contraste, destacan las disminuciones obtenidas en robo a transportista, que cayó 75 por ciento y el secuestro con una disminución del 54 por ciento.

La extorsión, uno de los delitos de mayor concurrencia en América Latina, tuvo una baja de 29 por ciento. Las 44 denuncias de este año en la entidad representan el 1.3 por ciento de todo el país.

La política de seguridad en un estado donde la operación pasa en gran medida por el Mando Único, demanda voluntad y coordinación para la ejecución de estrategias entre las policías estatal y municipales.

Restablecer y profundizar las alianzas interinstitucionales en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco es fundamental para posibilitar el éxito en el combate a delitos claramente identificados por su ocurrencia e incremento.

Desde la ciudadanía también se puede construir seguridad, con el impulso a la cultura de la denuncia, que permite identificar zonas y modus operandi para el diseño de esquemas de prevención e intervención.

Los datos, sí, son realidad, y hay que aprovecharlos para mejorar.

@guerrerochipres

Los datos son muy importantes, aproximaciones a lo real y ellos mismos son realidad si tienen fundamento y verdad.

En materia de seguridad pública, conocer la incidencia delictiva permite definir estrategias, primero de contención y, posteriormente, de disminución de los delitos.

El reporte DISÍ, que elabora el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, revela un incremento, en el primer cuatrimestre del año, del 11 por ciento en el conjunto de 14 delitos de alto impacto en Morelos, en comparación con el mismo periodo del 2019.

Entre el año 2015 y el 2020 se había mantenido —en el primer cuatrimestre de cada uno de esos años— una tendencia a la baja. A partir del 2021, los delitos de alto impacto empezaron a remontar y este año cerraron con 3 mil 255.

El análisis permite ubicar ilícitos en los que se debe trabajar, desde las autoridades municipales hasta las estatales, en beneficio de las y los morelenses. Por ejemplo, el robo a negocios con violencia fue el que más subió, con 199%, seguido del robo a casa habitación con violencia (86%), robo de vehículo con violencia (59%), feminicidio (50%) y homicidio doloso (8%).

En contraste, destacan las disminuciones obtenidas en robo a transportista, que cayó 75 por ciento y el secuestro con una disminución del 54 por ciento.

La extorsión, uno de los delitos de mayor concurrencia en América Latina, tuvo una baja de 29 por ciento. Las 44 denuncias de este año en la entidad representan el 1.3 por ciento de todo el país.

La política de seguridad en un estado donde la operación pasa en gran medida por el Mando Único, demanda voluntad y coordinación para la ejecución de estrategias entre las policías estatal y municipales.

Restablecer y profundizar las alianzas interinstitucionales en el gobierno de Cuauhtémoc Blanco es fundamental para posibilitar el éxito en el combate a delitos claramente identificados por su ocurrencia e incremento.

Desde la ciudadanía también se puede construir seguridad, con el impulso a la cultura de la denuncia, que permite identificar zonas y modus operandi para el diseño de esquemas de prevención e intervención.

Los datos, sí, son realidad, y hay que aprovecharlos para mejorar.

@guerrerochipres