/ miércoles 10 de noviembre de 2021

Cuauh reconciliador

Tuvieron que intervenir el presidente y el secretario de Gobernación para que más de tres años después de su primer desencuentro, Cuauhtémoc Blanco y Rabindranath Salazar acordaran trabajar coordinadamente por el bien del estado.

No se trató de una reunión voluntaria entre partes, sino una cumplida por la instrucción presidencial que reconoce nuevamente al ex senador y hoy subsecretario de gobernación, la calidad de actor político influyente en el estado. El dicho anotó en su cuenta de Twitter que en la reunión se tocaron temas de interés estatal; mientras que el gobernador destacó en su propia cuenta que la reunión fue “a fin (sic) de fortalecer el trabajo entre gobierno (sic) estatal y federal”. Es decir, no se trataron temas exclusivos del despacho que hoy tiene el subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos (pocos hay de relevancia máxima en la agenda estatal), sino de asuntos probablemente mucho más generales, entre ellos, la reconciliación urgente entre la clase política morelense para empezar la recuperación del estado (dicho con toda jiribilla posible).

Previo al reconciliatorio encuentro, hubo una sucesión de hechos relevantes: los resultados de la elección local que dejaron al partido del gobernador reducido a casi nada, pero que también costó votos a candidatos identificados con el subsecretario; el reposicionamiento del PAN como una más o menos sólida segunda fuerza electoral local, la formación coyuntural de un bloque en el Congreso local que tiene una agenda propia que no necesariamente coincide en métodos con el gobierno estatal; el empoderamiento de un sector opositor que, entre diputados y alcaldes, preparan ya una fuerza para enfrentar la elección 2024; las reservas con que el Congreso ha recibido el proyecto de presupuesto del Poder Ejecutivo; la comparecencia del comisionado de Seguridad en que acusó la intromisión del crimen organizado en campañas y operación política de funcionarios locales y legisladores federales; la captura de una presunta jefa de grupo criminal a quien se relaciona con diversos políticos morelenses. Toda esta colección de acontecimientos, junto con la caída del respaldo hacia los partidos que en coalición ganaron la gubernatura en el 2021, Morena, PT y PES, enmarcan y probablemente determinan, la decisión de sentar a los dos actores más influyentes en la política local en búsqueda de una reconciliación que puede venir bien a Morelos y ayudar al impulso de candidaturas conjuntas para el 2024.

Cabe decir que el encuentro no es el más extraño en el escenario político local; por una parte se inscribe en una suerte de restablecimiento de las relaciones del gobierno estatal con actores influyentes en el estado que ha incluido ya a algunos alcaldes electos y a diputados; y por la otra, ningún encuentro derrotaría a la invitación del gobierno estatal a Raúl Israel Hernández Cruz, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, a la Mesa de Seguridad Pública, a la que asistirá este jueves. El enfrentamiento entre el gobierno estatal y el ombudsman ha sido de escándalo constante, por ello la reunión resulta mucho más llamativa. Qué raro, pero qué bueno.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Tuvieron que intervenir el presidente y el secretario de Gobernación para que más de tres años después de su primer desencuentro, Cuauhtémoc Blanco y Rabindranath Salazar acordaran trabajar coordinadamente por el bien del estado.

No se trató de una reunión voluntaria entre partes, sino una cumplida por la instrucción presidencial que reconoce nuevamente al ex senador y hoy subsecretario de gobernación, la calidad de actor político influyente en el estado. El dicho anotó en su cuenta de Twitter que en la reunión se tocaron temas de interés estatal; mientras que el gobernador destacó en su propia cuenta que la reunión fue “a fin (sic) de fortalecer el trabajo entre gobierno (sic) estatal y federal”. Es decir, no se trataron temas exclusivos del despacho que hoy tiene el subsecretario de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos (pocos hay de relevancia máxima en la agenda estatal), sino de asuntos probablemente mucho más generales, entre ellos, la reconciliación urgente entre la clase política morelense para empezar la recuperación del estado (dicho con toda jiribilla posible).

Previo al reconciliatorio encuentro, hubo una sucesión de hechos relevantes: los resultados de la elección local que dejaron al partido del gobernador reducido a casi nada, pero que también costó votos a candidatos identificados con el subsecretario; el reposicionamiento del PAN como una más o menos sólida segunda fuerza electoral local, la formación coyuntural de un bloque en el Congreso local que tiene una agenda propia que no necesariamente coincide en métodos con el gobierno estatal; el empoderamiento de un sector opositor que, entre diputados y alcaldes, preparan ya una fuerza para enfrentar la elección 2024; las reservas con que el Congreso ha recibido el proyecto de presupuesto del Poder Ejecutivo; la comparecencia del comisionado de Seguridad en que acusó la intromisión del crimen organizado en campañas y operación política de funcionarios locales y legisladores federales; la captura de una presunta jefa de grupo criminal a quien se relaciona con diversos políticos morelenses. Toda esta colección de acontecimientos, junto con la caída del respaldo hacia los partidos que en coalición ganaron la gubernatura en el 2021, Morena, PT y PES, enmarcan y probablemente determinan, la decisión de sentar a los dos actores más influyentes en la política local en búsqueda de una reconciliación que puede venir bien a Morelos y ayudar al impulso de candidaturas conjuntas para el 2024.

Cabe decir que el encuentro no es el más extraño en el escenario político local; por una parte se inscribe en una suerte de restablecimiento de las relaciones del gobierno estatal con actores influyentes en el estado que ha incluido ya a algunos alcaldes electos y a diputados; y por la otra, ningún encuentro derrotaría a la invitación del gobierno estatal a Raúl Israel Hernández Cruz, presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, a la Mesa de Seguridad Pública, a la que asistirá este jueves. El enfrentamiento entre el gobierno estatal y el ombudsman ha sido de escándalo constante, por ello la reunión resulta mucho más llamativa. Qué raro, pero qué bueno.

@martinellito

dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx