/ miércoles 23 de marzo de 2022

¡Crisis legislativa, tres meses y contando!

Tres meses han transcurrido desde la ruptura que generó la crisis que continua en el congreso del estado.

La tensión debida al tema presupuestal 2022 dejo un conflicto provocado por razones económicas, legislativas y políticas, entre otras. Económicas, provocadas por la visión simplista de incrementar ciertas partidas dejando al ejecutivo estatal la carga de ajustar el presupuesto como si se tratara tan solo de sumas y restas sin considerar que tales incrementos obligan a decrementos en otras partidas porque como se dice “la cobija es solo una”. Resulta fácil decir “auméntale aquí y tu ve de donde lo tomas” pero no, no es nada fácil operarlo de esa manera por las diversas obligaciones legales, económicas y fiscales que deben observarse, en fin, nada de ello fue tomado en cuenta. Legislativas, porque circularon diversos dictámenes sin tener claridad sobre la versión definitiva; igualmente no hubo transparencia en el proceso correspondiente al manejo de la dictaminación lo que causó obvias incertidumbres. Finalmente, políticas porque quizá en “enojo” o “venganza”, o lo que sea, al no compartir una visión se tomaron decisiones arbitrarias y antidemocráticas como el retirar las presidencias de las comisiones de los diputados que no la compartíamos, aunado al despojo de los recursos humanos, materiales y económicos necesarios para el cumplimiento de nuestras obligaciones como legisladores; de igual manera las pretensiones vueltas exigencia, y que se han ventilado públicamente, del cambio de coordinación en el grupo parlamentario de MORENA. Se pueden enunciar más, pero dejémoslo ahí.

Hay que decir que se hizo un esfuerzo por retomar el diálogo y los consensos que permitiera el funcionamiento regular del poder legislativo. Lamentablemente no se acercaron posiciones. La ultima controversia se protagonizó en la conmemoración del día internacional de la mujer: el tradicional Parlamento de Mujeres que anualmente debe realizar el Congreso del Estado se vio menguado por las evidencias de la crisis vigente.

Y aquí estamos, a la espera activa y estancados, hasta el regreso de la prudencia y los valores democráticos obligados en nuestro sistema político. Creo que la salida es muy sencilla, pero al mismo tiempo complicada: el regreso al estatus hasta antes de la última sesión ordinaria de diciembre que solo requiere voluntad política, sin embargo, complicado porque de realizarlo quizá sea tomado como debilidad, muy triste. El juego de poder también tiene reglas que, lamentablemente en varios aspectos de la vida parlamentaria, se ha enviado al baúl de los recuerdos. Insistiré, como lo he venido haciendo, en la urgencia de sentarnos a dialogar y encontrar salidas de ganar-ganar evitando la negativa dicotomía ganar-perder. Lo merecen los morelenses. ¡Que sea una Feliz Primavera!.



Tres meses han transcurrido desde la ruptura que generó la crisis que continua en el congreso del estado.

La tensión debida al tema presupuestal 2022 dejo un conflicto provocado por razones económicas, legislativas y políticas, entre otras. Económicas, provocadas por la visión simplista de incrementar ciertas partidas dejando al ejecutivo estatal la carga de ajustar el presupuesto como si se tratara tan solo de sumas y restas sin considerar que tales incrementos obligan a decrementos en otras partidas porque como se dice “la cobija es solo una”. Resulta fácil decir “auméntale aquí y tu ve de donde lo tomas” pero no, no es nada fácil operarlo de esa manera por las diversas obligaciones legales, económicas y fiscales que deben observarse, en fin, nada de ello fue tomado en cuenta. Legislativas, porque circularon diversos dictámenes sin tener claridad sobre la versión definitiva; igualmente no hubo transparencia en el proceso correspondiente al manejo de la dictaminación lo que causó obvias incertidumbres. Finalmente, políticas porque quizá en “enojo” o “venganza”, o lo que sea, al no compartir una visión se tomaron decisiones arbitrarias y antidemocráticas como el retirar las presidencias de las comisiones de los diputados que no la compartíamos, aunado al despojo de los recursos humanos, materiales y económicos necesarios para el cumplimiento de nuestras obligaciones como legisladores; de igual manera las pretensiones vueltas exigencia, y que se han ventilado públicamente, del cambio de coordinación en el grupo parlamentario de MORENA. Se pueden enunciar más, pero dejémoslo ahí.

Hay que decir que se hizo un esfuerzo por retomar el diálogo y los consensos que permitiera el funcionamiento regular del poder legislativo. Lamentablemente no se acercaron posiciones. La ultima controversia se protagonizó en la conmemoración del día internacional de la mujer: el tradicional Parlamento de Mujeres que anualmente debe realizar el Congreso del Estado se vio menguado por las evidencias de la crisis vigente.

Y aquí estamos, a la espera activa y estancados, hasta el regreso de la prudencia y los valores democráticos obligados en nuestro sistema político. Creo que la salida es muy sencilla, pero al mismo tiempo complicada: el regreso al estatus hasta antes de la última sesión ordinaria de diciembre que solo requiere voluntad política, sin embargo, complicado porque de realizarlo quizá sea tomado como debilidad, muy triste. El juego de poder también tiene reglas que, lamentablemente en varios aspectos de la vida parlamentaria, se ha enviado al baúl de los recuerdos. Insistiré, como lo he venido haciendo, en la urgencia de sentarnos a dialogar y encontrar salidas de ganar-ganar evitando la negativa dicotomía ganar-perder. Lo merecen los morelenses. ¡Que sea una Feliz Primavera!.