/ jueves 14 de marzo de 2019

Corrupción, inseguridad ¿y lo demás?

Dos temas fueron centrales el año pasado en términos de opinión pública y básicamente sobre ellos se determinó el resultado de las elecciones locales. Mejorar la seguridad pública y sancionar y acabar con la corrupción fueron las banderas en que el anterior alcalde de Cuernavaca, candidato al gobierno estatal y hoy gobernador, Cuauhtémoc Blanco, centró su gesta política que resultó en un triunfo electoral avasallador, impulsado también por el carisma de los candidatos a la gubernatura, y la presidencia de la República.

Así no es difícil establecer una lógica en la asociación que la gente hace de la figura política del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, con el combate a la corrupción y la lucha contra la inseguridad, y con ello se reduzca su figura en otros temas públicos en los que él mismo (aunque no tan sonoramente), y su gabinete, han mostrado preocupación, como la educación, la salud, el desarrollo económico, la cultura y el turismo. El problema no es que el gobernador sea omiso, sino que su comunicación es orillada a tocar temas cuya solución no es sencilla ni rápida porque no dependen exclusivamente de la voluntad política del mandatario o su gabinete.

Profundicemos, a muchos queda clara la preocupación de Cuauhtémoc Blanco porque la seguridad pública mejore y por el castigo a los funcionarios y ex funcionarios corruptos. Lo dice, o se lo hacen decir, prácticamente todos los días y sigue sonando totalmente sincero. Pero ni una ni otra cosa dependen de su voluntad, por muy férrea que ésta sea.

En materia de seguridad pública, por ejemplo, además de la delincuencia organizada y la omisión de la denuncia ciudadana, interviene la incapacidad evidente de la Fiscalía General del Estado para llevar a la justicia a los maleantes, y la facilidad con que los juzgados parecen liberar a los presuntos (sea por las causas que sea): es decir, cuatro variables adicionales a la autoridad del gobernador y la capacidad de la Comisión Estatal de Seguridad Pública están presentes en el tratamiento del problema de la inseguridad.

En el tema del combate a la corrupción, además de la voluntad política evidente del gobierno estatal, intervienen también muchas variables, desde una fiscalía aparentemente inoperante, hasta instrumentos jurídicos bastante deficientes que hacen legales conductas absolutamente inmorales, y así.

Es decir, aunque efectivos en materia política, los dos temas centrales de la política de Cuauhtémoc Blanco no dependen exclusivamente de su capacidad o voluntad política sino de enormes entramados de intereses (legítimos o no) que suelen entorpecer el avance de las políticas públicas.

¿Convendría a Cuauhtémoc acercarse a otros temas más exitosos de su administración? Probablemente, aunque parece sentirse cómodo cuando habla de combatir corrupción y delincuencia, es importante que el discurso del gobierno estatal deje de la limitación de temas, especialmente considerando que la sociedad, si bien angustiada por la inseguridad y agraviada por la corrupción, tiene también muchas otras necesidades que incluyen temas de política social, desarrollo económico, derechos humanos, turismo, y otros temas que, aunque atendidos por el gobierno del estado, parecen insuficientemente comunicados en el discurso del titular del Ejecutivo; aún cuando sus funcionarios responsables del área parecen estar cumpliendo su trabajo.

Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

Dos temas fueron centrales el año pasado en términos de opinión pública y básicamente sobre ellos se determinó el resultado de las elecciones locales. Mejorar la seguridad pública y sancionar y acabar con la corrupción fueron las banderas en que el anterior alcalde de Cuernavaca, candidato al gobierno estatal y hoy gobernador, Cuauhtémoc Blanco, centró su gesta política que resultó en un triunfo electoral avasallador, impulsado también por el carisma de los candidatos a la gubernatura, y la presidencia de la República.

Así no es difícil establecer una lógica en la asociación que la gente hace de la figura política del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, con el combate a la corrupción y la lucha contra la inseguridad, y con ello se reduzca su figura en otros temas públicos en los que él mismo (aunque no tan sonoramente), y su gabinete, han mostrado preocupación, como la educación, la salud, el desarrollo económico, la cultura y el turismo. El problema no es que el gobernador sea omiso, sino que su comunicación es orillada a tocar temas cuya solución no es sencilla ni rápida porque no dependen exclusivamente de la voluntad política del mandatario o su gabinete.

Profundicemos, a muchos queda clara la preocupación de Cuauhtémoc Blanco porque la seguridad pública mejore y por el castigo a los funcionarios y ex funcionarios corruptos. Lo dice, o se lo hacen decir, prácticamente todos los días y sigue sonando totalmente sincero. Pero ni una ni otra cosa dependen de su voluntad, por muy férrea que ésta sea.

En materia de seguridad pública, por ejemplo, además de la delincuencia organizada y la omisión de la denuncia ciudadana, interviene la incapacidad evidente de la Fiscalía General del Estado para llevar a la justicia a los maleantes, y la facilidad con que los juzgados parecen liberar a los presuntos (sea por las causas que sea): es decir, cuatro variables adicionales a la autoridad del gobernador y la capacidad de la Comisión Estatal de Seguridad Pública están presentes en el tratamiento del problema de la inseguridad.

En el tema del combate a la corrupción, además de la voluntad política evidente del gobierno estatal, intervienen también muchas variables, desde una fiscalía aparentemente inoperante, hasta instrumentos jurídicos bastante deficientes que hacen legales conductas absolutamente inmorales, y así.

Es decir, aunque efectivos en materia política, los dos temas centrales de la política de Cuauhtémoc Blanco no dependen exclusivamente de su capacidad o voluntad política sino de enormes entramados de intereses (legítimos o no) que suelen entorpecer el avance de las políticas públicas.

¿Convendría a Cuauhtémoc acercarse a otros temas más exitosos de su administración? Probablemente, aunque parece sentirse cómodo cuando habla de combatir corrupción y delincuencia, es importante que el discurso del gobierno estatal deje de la limitación de temas, especialmente considerando que la sociedad, si bien angustiada por la inseguridad y agraviada por la corrupción, tiene también muchas otras necesidades que incluyen temas de política social, desarrollo económico, derechos humanos, turismo, y otros temas que, aunque atendidos por el gobierno del estado, parecen insuficientemente comunicados en el discurso del titular del Ejecutivo; aún cuando sus funcionarios responsables del área parecen estar cumpliendo su trabajo.

Twitter: @martinellito

Correo electrónico: dmartinez@elsoldecuernavaca.com.mx

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