/ lunes 2 de agosto de 2021

Consulta popular: el cristal con que se mira

Llegó el día de fiesta, todo estaba listo para la inédita jornada que representaría un principio sólido en el camino hacia el fortalecimiento democrático del país.

Hay mucha pereza de análisis en aquellos que se limitaron a decir "la ley no se consulta", como si en el país del 90% de delitos impunes se pudiera hablar de un pleno Estado de Derecho digno de presumir.

Y hay mucha pereza porque se limitaron y cerraron a las figuras que por años buscamos en México ¿referéndum, plebiscito, participación ciudadana? La pregunta era lo de menos, hablamos del tránsito para tomar nuestros destinos en nuestras manos, para expresarnos y que esa voz haga mella en el gobernante.

Y qué decir de estas consultas que están establecidas en las convenciones internacionales y nos llaman a la real transición a esa sociedad de derechos.

A nadie le importó nunca tomar la opinión directa sobre el sentir popular y nunca es realmente nunca, el mismo clima parecía colaborar para el primer ejercicio nacional de democracia participativa en nuestra historia.

Sin embargo, resultó empañada por un sinfín de incidencias importantes de revisar.

Se dijeron muchas cosas antes de ver cristalizada la posibilidad de un evento como el del domingo; el INE argumentó carecer de recursos para llevar a cabo la petición del ejecutivo nacional, promovente de la consulta, sin embargo la SCJN concluyó que debía realizarse con los recursos otorgados este año al Instituto.

Creo que nadie en apego a la objetividad podrá calificar como entusiasta la organización del INE en esta consulta, con una escasa (por decir lo menos) difusión parecía haber tomado el encargo a regañadientes, la instalación de la tercera parte de las casillas podría entenderse bajo el argumento de la escasez económica; pero iba dirigida al 100% del electorado, si las condiciones no eran iguales al 6 de junio, entonces debió considerarse bajar la mira y el objetivo, 40% de participación es en realidad una meta muy alta con una logística y difusión precarias.

El entusiasmo de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama en su llamado a la participación ciudadana resultó tardío, mucho diría yo.

Quienes dieron mayor difusión como suele suceder fueron las redes sociales a favor y en contra (se reconoce) así tuvimos ciudadanos indignados como abundan en nuestro país, hasta desquiciados, quienes se atrevieron a ofender a los potenciales participantes de la consulta, sin duda el ex presidente Fox, quedó a deber a la historia debería reconsiderar su forma de hacer política, resulta penoso en verdad.

Iniciada la jornada hubo evidentes complicaciones, los votantes encontraron cerradas sus habituales casillas y a cambio tuvieron que trasladarse incluso a otras colonias para externar su voluntad.

Hay puntos que no resultan claros, si se imprimieron 93,000,000 de boletas como total del padrón electoral, ¿por qué no instalaron un número de casillas para atender atender una eventual convocatoria masiva?

Si con 53,000 casillas el INE se dio por bien servido anunciando la instalación del 93% del total previsto, en junio se prepararon 163 mil casillas para esperar al mismo número de votantes o ¿ahora todos estaban resignados o confabulados para una pobre asistencia?

Lo cierto es que a pesar de la fallida capacidad del ejecutivo y su partido para cautivar a los ciudadanos, a la ambigüedad de la pregunta que apareció en la boleta como un verdadero galimatías, a la apatía del INE ante una justa histórica y pese también a los ataques y burlas a la consulta por parte de muchos actores políticos o figuras públicas (demostrando a muchos no preparados para la democracia real) con todo lo anterior, casi 8 millones de personas decidieron participar de manera directa en el primer ejercicio democrático participativo de esta naturaleza.

Gana la democracia sin duda alguna, los mexicanos con obligación moral y ética pudieron opinar sobre un asunto de interés de todos, interés en el primer domingo de agosto, que pudo verse diezmado por la necesidad de esparcimiento familiar o de fútbol, pierde el capital político de López Obrador en medio precisamente de un evento prometido en campaña sin la convocatoria deseada (a pesar de lo que Mario Delgado diga)

Pierde también el INE porque fue el Instituto Nacional Electoral el promotor y organizador; surge una duda en el ambiente ya de por sí tenso ¿Es el INE de Lorenzo Córdova el que se hará cargo el próximo año del ejercicio de revocación de mandato? Ese será el principal dilema político de aquí en adelante, al tiempo.

Fracasos, triunfalismos y sospechosismos, mentiras o verdades, es menester citar el famoso poema de Ramón de Campoamor “Y es que en el mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.

Llegó el día de fiesta, todo estaba listo para la inédita jornada que representaría un principio sólido en el camino hacia el fortalecimiento democrático del país.

Hay mucha pereza de análisis en aquellos que se limitaron a decir "la ley no se consulta", como si en el país del 90% de delitos impunes se pudiera hablar de un pleno Estado de Derecho digno de presumir.

Y hay mucha pereza porque se limitaron y cerraron a las figuras que por años buscamos en México ¿referéndum, plebiscito, participación ciudadana? La pregunta era lo de menos, hablamos del tránsito para tomar nuestros destinos en nuestras manos, para expresarnos y que esa voz haga mella en el gobernante.

Y qué decir de estas consultas que están establecidas en las convenciones internacionales y nos llaman a la real transición a esa sociedad de derechos.

A nadie le importó nunca tomar la opinión directa sobre el sentir popular y nunca es realmente nunca, el mismo clima parecía colaborar para el primer ejercicio nacional de democracia participativa en nuestra historia.

Sin embargo, resultó empañada por un sinfín de incidencias importantes de revisar.

Se dijeron muchas cosas antes de ver cristalizada la posibilidad de un evento como el del domingo; el INE argumentó carecer de recursos para llevar a cabo la petición del ejecutivo nacional, promovente de la consulta, sin embargo la SCJN concluyó que debía realizarse con los recursos otorgados este año al Instituto.

Creo que nadie en apego a la objetividad podrá calificar como entusiasta la organización del INE en esta consulta, con una escasa (por decir lo menos) difusión parecía haber tomado el encargo a regañadientes, la instalación de la tercera parte de las casillas podría entenderse bajo el argumento de la escasez económica; pero iba dirigida al 100% del electorado, si las condiciones no eran iguales al 6 de junio, entonces debió considerarse bajar la mira y el objetivo, 40% de participación es en realidad una meta muy alta con una logística y difusión precarias.

El entusiasmo de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama en su llamado a la participación ciudadana resultó tardío, mucho diría yo.

Quienes dieron mayor difusión como suele suceder fueron las redes sociales a favor y en contra (se reconoce) así tuvimos ciudadanos indignados como abundan en nuestro país, hasta desquiciados, quienes se atrevieron a ofender a los potenciales participantes de la consulta, sin duda el ex presidente Fox, quedó a deber a la historia debería reconsiderar su forma de hacer política, resulta penoso en verdad.

Iniciada la jornada hubo evidentes complicaciones, los votantes encontraron cerradas sus habituales casillas y a cambio tuvieron que trasladarse incluso a otras colonias para externar su voluntad.

Hay puntos que no resultan claros, si se imprimieron 93,000,000 de boletas como total del padrón electoral, ¿por qué no instalaron un número de casillas para atender atender una eventual convocatoria masiva?

Si con 53,000 casillas el INE se dio por bien servido anunciando la instalación del 93% del total previsto, en junio se prepararon 163 mil casillas para esperar al mismo número de votantes o ¿ahora todos estaban resignados o confabulados para una pobre asistencia?

Lo cierto es que a pesar de la fallida capacidad del ejecutivo y su partido para cautivar a los ciudadanos, a la ambigüedad de la pregunta que apareció en la boleta como un verdadero galimatías, a la apatía del INE ante una justa histórica y pese también a los ataques y burlas a la consulta por parte de muchos actores políticos o figuras públicas (demostrando a muchos no preparados para la democracia real) con todo lo anterior, casi 8 millones de personas decidieron participar de manera directa en el primer ejercicio democrático participativo de esta naturaleza.

Gana la democracia sin duda alguna, los mexicanos con obligación moral y ética pudieron opinar sobre un asunto de interés de todos, interés en el primer domingo de agosto, que pudo verse diezmado por la necesidad de esparcimiento familiar o de fútbol, pierde el capital político de López Obrador en medio precisamente de un evento prometido en campaña sin la convocatoria deseada (a pesar de lo que Mario Delgado diga)

Pierde también el INE porque fue el Instituto Nacional Electoral el promotor y organizador; surge una duda en el ambiente ya de por sí tenso ¿Es el INE de Lorenzo Córdova el que se hará cargo el próximo año del ejercicio de revocación de mandato? Ese será el principal dilema político de aquí en adelante, al tiempo.

Fracasos, triunfalismos y sospechosismos, mentiras o verdades, es menester citar el famoso poema de Ramón de Campoamor “Y es que en el mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.